Capítulo 6

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Capítulo 6

Ya habían pasado un par de meses desde que era amiga de Seth, en este tiempo me la pasaba las tardes después del colegio en su casa, hacíamos los deberes juntos, yo lo ayudaba más que todo en literatura, era la que peor se le daba y el me ayudaba a mí en ciencias, soy un asco en ellas.

Mis tardes nunca eran iguales, la mejor decisión que pude haber tomado fue ir esa tarde a la Push, cambio mi vida para bien, aunque no todo era color de rosas, últimamente mi madre me prestaba más atención de la requerida, le molestaba que llegara tarde a la casa, pues en este tiempo yo no dejaba que Seth viniera y pasáramos las tardes aquí, mi madre estaba empezando hacer algo que nunca antes había hecho, me castigaba y gritaba todo lo que estaba mal conmigo, eso no era lo peor, sino el pensar de que podría tener razón, pero creo que no la tiene, se cómo soy y no me molesta, no tiene por qué ser así conmigo, yo no considero haberla criticado nunca con respecto a lo que hacía con su vida, la única vez que lo hice fue el último día que la vi sonreír.

No puedo juzgarla, sé que no he sido justa con ella, que necesita su tiempo para sanar esa herida, no quiero apresurarla, pero no me parece justo que me trate de esa manera.

Hoy tenía pensado ir a casa de Seth, pero mi madre quería otra cosa, dijo que pasaba mucho tiempo ahí, que ¿Qué pensarían ellos que estoy siempre en su casa?, y no pude ir, estoy en mi cuarto sola porque mi madre salió, sé que podría irme y ella no se enteraría, pero no soy capaz de mentirle de esa manera. Ya era de noche cuando escuché un ruido extraño, sé que es raro y estúpido pero fui a ver que era, al terminar de bajar las escaleras me quede sin aire.

-Hola Juliette - dice Exen que está ahí parado en mi sala.

-¿Qué haces aquí?- es lo único que sale de mis labios en medio de un balbuceo.

-Vine a ver a tu madre.

-Sera bastante difícil- le digo mientras me voy acercando para poder sentarme porque siento que las piernas me fallan, él no debería de estar aquí.

-Entonces ¿es cierto?- pregunta y noto que está desesperado y no sé por qué.

-¿Qué es cierto?- le pregunto para saber de qué me está hablando.

-Que tu madre tuvo un accidente y que por eso no ha vuelto - responde y pareciera que le es difícil de pronunciar esas palabras.

-No sé de qué accidente me hablas, ella solo me dijo, corrección, me ordeno que no saliera hoy de la casa y luego se fue- él trato de interrumpirme pero seguí hablando.- Ya volverá, es usual en ella ahora salir y llegar tarde, claro ya no se ocupa de mí, ni me habla, exceptuando solo para regañarme.

-¿Estas echándome la culpa?- me pregunta incrédulo.

-En parte sí, pero eso ya no importa, ya la destruiste, ya el daño está hecho, no puedes hacer nada para cambiarlo- sé que fui algo dura al decirle eso, pero no me importaba. Estaba a punto de irme cuando el teléfono de la casa sonó y fui a atender.

-Buenas tardes, habla Juliette, ¿Con quién desea hablar?- dije en el teléfono.

-¿Juliette?, es Sue, necesito que vengas urgente- era la mamá de Seth, parecía desesperada y estaba ¿llorando?

-Sue, ¿Qué te pasa? ¿Le paso algo a Seth? ¿Él está bien? – pregunto preocupada, no podía pasarle nada a mi único y mejor amigo, no sé qué sería de mi si llegara a faltarme Seth ahora que me había acostumbrado a su presencia.

-No, él está bien, es Harry – dice Sue y puedo percibir el dolor y el temblor en su voz.

-¿Qué le paso?- pregunto.

-Él tuvo un infarto hoy.

-Oh por Dios, y ¿Está bien? ¿Ya está en el hospital?

-Murió- y ahí ella rompió a llorar con más desesperación de la que ya tenía.

-Oh Dios, Sue, cuanto lo siento, yo ya voy para allá, me quedare en tu casa con Seth, no te preocupes por él, yo lo cuidare y si quieres me quedo hay una semana, no importa cuánto tiempo, el que necesites, hahaa yo... ya voy para allá - respondo con nerviosismo, no me esperaba que fuese algo tan doloroso como la muerte del señor Harry Clearwater, ahora ellos me necesitan y no los dejare solos en este momento tan delicado.

-Gracias Juliette.

-No hay de que Sue- y colgué, salí corriendo hasta mi cuarto, tome el primer bolso que encontré y metí en el todo lo necesario, me cambie de ropa, ahora sí que no me importaba si mi mamá no me dejaba salir, tenía que ver a Seth, él me necesitaba en este momento y yo debo estar ahí para él. Cuando ya estoy llegando a la puerta, recuerdo que no estoy sola, me volteo para verlo, sé que no me dejara irme sino le digo a donde voy.

-¿A dónde vas?- lo sabía, me iba a preguntar.

-A casa de Seth.

-¿Y eso es...?- vuelve a preguntar.

-En la reserva de los Quileuten.

-No puedo llevarte, debo esperar a tu madre – responde sin expresión en su rostro.

-Pues, te diré algo, me llevas y luego vuelves, llegaras aquí y ella aun no habrá llegado, te lo aseguro.

-Te diré la verdad, no me es permitido entrar en la reserva - dice como argumento y poder quedarse a esperar a mi madre.

-No es necesario que me lleves hasta la puerta de su casa, déjame lo más cerca que puedas y con lo rápido que eres te tomara menos de veinte minutos.

-Está bien - dice rendido y yo sonrió. -¿tienes todo?- yo solo asiento.

Y tal como dije en menos de diez minutos me había dejado lo más cerca que según él podía, por suerte no tuve que caminar mucho para llegar a casa de Seth, toque la puerta esperando que me abriera, pero solo se escuchaban cosas romperse, no espere más y entre.

No me esperaba ver lo que vi, todas las decoraciones de la sala destrozadas y en el medio del desastre estaba el culpable de todo, rojo por la ira y el dolor, temblaba levemente, su rostro empapado de lágrimas que caían sin parar, eso me partió el corazón, tire mi bolso en algún lado y salí corriendo hasta él, envolví mis brazos alrededor de su torso y lo abrace con fuerza él seguía inmóvil y llorando desconsoladamente.

No sé cuánto tiempo estuvimos así, pero llego un momento que ya no podía seguir abrazándolo estaba hirviendo en fiebre, me aleje de él y fui por algo para tratar de bajarla, cuando volví a la sala de la cocina, Seth se estaba yendo, fui corriendo he intente detenerlo pero no me escuchaba, hasta que exploto.

-Déjame en paz, lárgate, no te necesito, quédate aquí- me grito para luego ir corriendo al bosque y perderse en él.

Pequeñas lagrimas caían por mi rostro, rápidamente las seque, sé que estaba dolido y que tarde o temprano se arrepentiría, volví a la casa y como no tenía nada que hacer más que esperar que volviera, decidí ordenar un poco este desastre para así no tener nada en que pensar.

Termine antes de lo esperado, fui a su cuarto y vi que estaba desordenado y eso no era habitual en Seth, su habitación siempre estaba ordenada, seguro era para descargar la rabia que termino desordenando todo, por suerte este desorden no era nada a comparación con la sala. Rápidamente comencé arreglar todo y al terminar fui a la sala a esperar a que Seth volviera. Pasaban las horas y él no volvía, poco a poco el sueño me fue ganando, hasta que me quede dormida y no pude saber si Seth había vuelto.


𝔻𝕚𝕤𝕔𝕖𝕕𝕚𝕥𝕖 𝕒 𝕞𝕖, 𝔸𝕞𝕠𝕣𝕖. | 𝐀𝐥𝐞𝐜 𝐕𝐮𝐥𝐭𝐮𝐫𝐢 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora