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Narra Siul:

—Que bonito— oí detrás mía.

Me di la vuelta y vi a Éneon apoyado en la puerta de su coche.
El taxi ya había desaparecido y en mis labios aún recordaba el contacto con los labios de Steny. La voy a echar de menos.

—¿Qué?— pregunté sin entenderlo.
—Nada, nada— dijo Éneon con una sonrisa de medio lado.
—Bueno...— dijo Melune estirándose— me voy.
—¿Ya?— dijo Éneon— vamos a tomarnos algo ¿no?— se colocó las manos en los bolsillos delanteros del pantalón.
—No, estoy cansado — le contestó Melune mientras bostezaba— pero gracias por la invitación — le sonrió para luego darse la vuelta y entrar en el portal del piso.

Éneon me miró y sonrió, sacó las llaves del coche y abrió la puerta del copiloto.

—¿Te llevo al trabajo?— me preguntó.
—Si te ofreces como chófer, no voy a negar tu petición — sonreí chistosamente.
—Eres un capullo— se rió Éneon.

Me monté en el coche y aún me seguía acordando del beso.

—Tienes suerte— me dijo cuando paró ante el semáforo en rojo.

Sonreí tontamente.

—¿Te puedo hacer una pregunta? — me dijo cuando volvió a arrancar al ponerse en verde.
—Claro— le contesté.
—Si no hubieras conocido a Steny ¿qué habría sido de ti?— me preguntó mientras me miraba de reojo.
—Seguiría mi vida diaria, pero sin ella— contesté.
—Sabes que no fue casualidad conocerla— sonrió.
—Ya, pero, es pasado, por eso no lo recuerda— suspiré— prefiero que sea así.
—Venga Siul — giró hacia la derecha y aparcó frente al pituclub— ¿por qué le sigues engañando?
—Déjalo estar, estoy feliz con ella, eso es lo que importa— contesté enfadado.
—Provocaste aquel accidente y te pusieron una orden de alejamiento.

Salí del coche y pegué un portazo.

—¡Es pasado, olvídalo ya!

Narra Melune:

No puedo evitarlo, se me parte el corazón en pequeños pedazos como una simple hoja de papel echa trizas.
No sé ahora qué hacer, se fue, se ha ido, y ya no tendré la oportunidad de conquistarla.
Los ojos me ardían cada vez que la veía besarse con Siul, siempre apartaba la vista para no hacerme mas daño a mi mismo, pero me era imposible.
Cuando vi alejarse el taxi, me aguanté las lágrimas, ahora, tras despedirme de los chicos, me estoy desahogando desconsoladamente sentado en una esquina de mi habitación a oscuras con una botella de Larios, no servirá de nada emborracharme, pero, lo único que quiero hacer ahora es desahogarme entre lágrimas.
Deseo gritar a los cuatro vientos, lo estúpido que fui, me arrepiento mucho de todo.
Ahora, lo único que escucho es el sonido del silencio.

—Steny...— gesticulé sin pronunciar sonido.

Narra Éneon:

Me parece muy injusto todo lo que esta pasando, estaba muy enfadado y cada vez que recordaba aquel puto beso entre Steny y Siul me ponía enfermo.
Me fui a un descampado a toda velocidad. Iba por una carretera desierta con demasiados baches los cuales hacían que botara dentro del coche con gran brusquedad.
Llegué a la nada y salí cerrando de un portazo para después gritar furiosamente y agarrarme de los pelos, le pegué una patada a una caja de cartón que encontré en el suelo y salté sobre ella hasta dejarla destrozada.

—¡HIJO DE PUTA!— grité alzando mi vista al cielo.

Respiraba agitadamente algo más calmado y volví al coche, miré al frente visualizando la nada, cada vez veía más borroso, las lágrimas brotaban por mis ojos, apoyé la cabeza en el volante y lloré desconsoladamente.

Narra Steny:

Estaba tumbada boca arriba sobre mi cama mirando el techo mientras pensaba en Siul y los chicos, los iba a echar de menos, pero, verdaderamente lo que más me preocupaba era aquel novio que se había echado mi madre, se nota perfectamente que la quiere por el dinero, pues últimamente a mi madre le va bien en el trabajo y le subieron de puesto a parte de darle un ascenso, poco a poco se ha ido haciendo algo rica.

Llamaron a la puerta.

—Quien— contesté sin ganas.
—Steny, abre por favor— era una voz varonil, ¿no habrá tenido cojones de venir a hablar conmigo?

No contesté.

—Steny, abre la puerta— me ordenó.

Seguí sin contestar.

—¡Abre la puerta, soy tu padre!— se dignó a decirme alzando la voz.

¿Mi padre? esa palabra errónea en su frase hizo que me levantara y abriera la puerta.

—Tu lo que eres es un gilipollas y un aprovechado de mierda, no mi "padre"— le contesté con cara de pocos amigos.
—Ese vocabulario pequeña— hizo el intento de ponerme la mano en el hombro, pero se la aparté.
—Ni se te ocurra tocarme— le dije seriamente.

Este se rió y su cara cambio totalmente, me cogió de la camiseta y entró cerrando la puerta estampándome contra la pared haciendo que me diera un gran golpe en la cabeza.

—Mira niñata— me miro fijamente— estoy hasta los huevos de ser amable contigo para intentar que hagamos una buena familia como en las que salen en la televisión — me agarró con más fuerza— y tú necesitas un par de hostias para dejar ese asqueroso comportamiento que tienes— hizo una pausa— soy tu padre, quieras o no y me tienes que respetar.
—Hijo de puta— le escupí en la cara— nunca serás mi padre.
—Muy bien— alzó su brazo libre con la mano en puño— tú lo has querido.

¿Te acuerdas de mi? TRILOGÍA VENGANZA II (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora