21

45 11 9
                                    

Narra Steny:

Oí el sonido de la puerta de mi habitación abrirse, alcé la cabeza para ver de quién se trataba y por la luz de la luna pude ver el rostro de Siul.

—¿Siul?— dije en voz baja.

Este cerró la puerta de mi habitación y me sonrió.

—¿Qué haces aquí? — le pregunté frunciendo el ceño y aclarando la vista a la oscuridad.

Se acercó hacia mi cama y se metió entre las sábanas.

—Quería dormir contigo— me besó la frente.

Estaba dispuesta a darme la vuelta y seguir durmiendo, pero él se puso encima mío y me besó los labios.
Me quedé con los ojos abiertos sin entender nada.

—Steny— me susurró al oído— no puedo aguantarlo más— pegó su cuerpo contra el mio y noté un bulto rozando contra mi zona íntima.
—¿Por qué... — me interrumpió.
—Por favor...— me besó el cuello e hizo que se me erizara la piel.

Continuó los besos por el cuello que hicieron que abriera la boca ligeramente para después ser cerrada por un beso con lengua.
Su mano bajó a mi cintura y se dirigió hacia mis pechos por debajo de la camiseta, los acarició mientras me seguía besando, me comenzaba a excitar.
Llevé mis manos a su cabello atrayéndolo hacia mi.
En un acto rápido, estábamos los dos bajo las sábanas desnudos, cuerpo con cuerpo.
Siul se mordió el labio y me miró con deseo, me ruboricé ante aquella mirada.

—¿Lista?— me susurró.

Asentí con la cabeza y este alargó la mano hacia donde había dejado el pantalón, sacó un condón. Quitó el plástico que lo envolvía con la boca y se lo puso.
He de reconocer que estaba algo nerviosa, pero suspiré y me tranquilicé un poco, sabía que podía confiar en él.
Él cogió su miembro y lo guió hacia la entrada que daba a mi interior, una vez que dio con ella empujó poco a poco hacia dentro hasta meterlo todo. Gemí al notar que comenzaba a moverse y ha notar una extraña sensación dentro de mí, quería más, más fuerte, me comenzaba a gustar más de lo que imaginé.

—Siul— lo llamé entre pequeños gemidos.

Este me miró preocupado.

—Más— le dije mordiéndome el labio inferior.

Este sonrió y se colocó de tal manera que comenzó a darme con más rapidez. Apreté mis labios y aguanté la respiración para no armar jaleo y despertar a los demás, pero no podía aguantarlo y abrí la boca para soltarlo, recé para que no lo hubiesen oído.
Siul me dio más fuerte con más rapidez, mi interior comenzaba a palpitar, iba a correrme.

—Siul— lo llamé— me vengo.

Este se acercó más a mi y comenzó a besarme, mi espalda se arqueó involuntariamente echando todo el flujo vaginal, Siul sin embargo lo hacía con más rapidez, él también iba a venirse.

—¡Joder! — dijo entre dientes— me abrazó fuerte y noté que se corrió dentro de mí.

Mi cuerpo se quedó sin fuerzas, me temblaban las piernas y mi respiración era agitada, Siul estaba encima mío, oía su respiración entrecortada.

Salió de mi interior y se quitó el condón, lo dejó en el suelo.

—No sabes las ganas que tenía de hacer esto contigo— dijo entrecortadamente.

Yo sólo me limité a coger aire y a tranquilizarme. Vi de reojo que giró su cabeza para mirarme.

—Te quiero— esto hizo que girara la cabeza y le mirase a los ojos.

Se acercó a mi y me besó.

Narra Isedo:

Esta era la décima vez que volvía a releer la conversación que tuve con Steny, ella me creía, ella sabía que no estaba de parte de los otros y eso me alegraba.

—Han escapado— me dijo Lindert preocupado.

Aquello hizo que soltara el móvil al momento.

—¿Qué?— le miré confundido.
—Tus amigos, Dail y Milda— me miró— se han escapado y tienen otra aliada— se llevó una mano a la frente.

Abrí mi boca con asombro, ¿cómo se han podido escapar si las cárceles donde fueron encerrados eran de máxima seguridad?

—No te tenían que haber dejado salir del centro— se levantó arrastrando la silla.
—¿Qué?, ¿por qué? — di un paso hacia atrás cuando lo vi que se acercaba a mi.

Me agarró del brazo.

—Volverás allí— me empujó hacia la puerta.
—¡Ey, ey!— exclamó Nifeo— ¡qué pasa aquí! — dijo entrando por la puerta del salón.

Me deshice de su agarre y me masajeé la muñeca.

—No me voy a ir a ninguna parte— dije con cara de pocos amigos.

Lindert me miró sorprendido.

—No tengo nada que ver con ellos— le miré fijamente a los ojos.

Iba a hablar, pero finalmente no lo hizo y volvió a sentarse en la silla mirando a un punto fijo, Nifeo nos miró a los dos confundido.

Me senté tranquilamente enfrente del guardia, este me miró alzando una ceja.

—Van a por ella—.

¿Te acuerdas de mi? TRILOGÍA VENGANZA II (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora