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—Me alegro de verte— me sonrió.
—¿¡Qué haces aquí!?— no pude evitar formular la pregunta que calmaría todas mis dudas.
—Pues ya lo ves— sonrió— me llamaron para trabajar y aquí estoy.

Mi mente se quedó en blanco y ahí fue cuando me acordé de Isedo, ¿cómo estará?

Clady y mi madre me miraron, pero mientras tanto, aprovechando el silencio, pidieron la comida, Nifeo tomó nota y se marchó.

—¿Y bien?— me preguntó Clady.
—¿Quién es?— dijo mi madre.
—Es el hermano de Isedo— respondí mientras jugueteaba con la servilletero de metal.

Las dos me miraron con el ceño fruncido.

—Lo conocí antes de que ocurriera...— no me dejaron terminar.
—Si, ya- dijo Clady— olvida lo ocurrido.
—Eso— afirmó mi madre mientras asentía con la cabeza.
—Bueno...—suspiré— pues eso...lo conocí en un parque y eso es todo.

Mi madre me miró convencida, pero Clady sabía perfectamente que había ocurrido algo más y no lo había dicho. Cuando mi madre se levantó para ir al baño, aproveché para decírselo todo con detalle y ahí fue cuando su rostro cambió de mosqueo a sorpresa.

—¿Te iba a forzar así por la cara?-—me dijo elevando la voz por cada palabra que formuló en la pregunta.
—Shh...—le hice bajar el tono— ya te dije que Isedo me salvó y no pasó nada más—resoplé.
—Ya, pero...
—Nada de peros, no le des más vueltas a lo que te he dicho-—la miré poniendo los ojos en blanco.

A lo lejos vi a Nifeo hablando a través de la barra con un joven con gafas de sol y una gorra, acompañado por un señor más mayor, con cara de pocos amigos y el cuerpo tonificado.

¿Un famoso?, me pregunté.

Mi mirada se cruzó con la de aquel chico misterioso y este me sonrió, Nifeo también miró y sonrió.

Esto me resulta bastante confuso.

Desvié la mirada, para toparme con la figura de mi madre a lo lejos saliendo del cuarto de baño y al volver la vista hacia donde estaba el chico misterioso, este había desaparecido y sólo vi a Nifeo dirigirse a mi mesa con una bandeja repleta de las cosas que habían pedido entre Clady y mi madre.
Nifeo, pareció ser que aprovechó el momento y mientras las demás comenzaban a comer, a mi me dio una nota disimuladamente y al mirarlo con confusión me guiñó un ojo.
Se fue de mi mesa para atender otra y disimuladamente miré que se trataba de su número de teléfono.

¡¿Será descarado?!

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—¡ALTO, PARAD!— gritaba uno de los diez guardias que estaban persiguiendo a Milda y a su acompañante.

Estas giraron a la izquierda y se escondieron detrás de una columna.

—Joder— sonrió Milda— ¿ya va a comenzar ha haber muertos?— soltó una fuerte carcajada.
—¡No es momento para reírse!— gritó su acompañante.
—¿Por qué no?, ¡es divertido!— Milda se asomó por el costado de la columna que la cubría y disparó a dos guardias en la frente.

Salieron corriendo del escondite tras visualizar la salida, forzaron la puerta, estaba cerrada.

—Mierda— dijo Milda frustrada.

Los guardias ya la habían alcanzado y estaban acorralándolas.

—¡Dejad las armas en el suelo!— ordenó uno de ellos.

Milda se rió psicópatamente e hizo que los guardias le tuvieran más miedo.

—Qué ilusos— sonrió de medio lado.

Sacó una bomba de humo de su bolsillo y la tiró al suelo.
Aprovechando que ninguno de ellos sabían dónde estaban, escaparon rápidamente por el conducto del aire.

—¡JODER!— gritó un guardia enfadado mientras se tapaba la boca y evitaba tragar aquel humo que ya había echo caer a cuatro de los suyos inconscientes en el suelo.
—¡QUE NO SE ESCAPEN!— gritó uno de ellos.
—¡REFORZAD LAS SALIDAS!— ordenó otro.

¿Te acuerdas de mi? TRILOGÍA VENGANZA II (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora