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Narra Clady:

Hasta que no salieron de la habitación aquellos que habían entrado con Steny no me moví del sitio.

—Espero que no le pase nada— dije en voz alta.
—Seguramente la están interrogando— me dijo Melune, no me había dado cuenta de que aún estaba a mi lado.

Suspiré.

—Me voy yendo— me posó su mano en mi hombro— te espero abajo.

Le sonreí en respuesta y lo vi de reojo desaparecer por las escaleras.
Me quedé esperando un rato más, pero mis piernas no aguantaban más estar de pie, miré hacia mi barriga y vi que estaba algo más grande que antes, sonreí y lo acaricié.

— Ya mismo sabremos quien es tu papá— dije en un susurro.

La puerta se abrió.
—Gracias por tu tiempo— dijo el grandullón.

Los dos que estaban dentro salieron y me ignoraron.

—¿Estás bien?— le pregunté a Steny al verla en la puerta.
—Eso creo— se sopló un pelo que cayó sobre su frente.
—Me has tenido muy preocupada— le dije acercándome a la puerta.
—No deberías— sonrió— ya tienes cosas más importantes de las que preocuparte— me miró la barriga.
—Bueno... pero esto no quiere decir que no tenga por que preocuparme de ti— fruncí el ceño.
—Está bien— rodeó los ojos.

Sonreí sintiéndome la ganadora.

—Bueno, me vuelvo dentro— dijo cerrando la puerta.

Evité que lo hiciera.

—¿Qué ocurre?— preguntó sin entender nada.
—Vas a salir— dije seriamente.
—Clady... — suspiró mi nombre mientras echó la cabeza hacia atrás.
—Por favor...— le supliqué.
—Necesito recapacitar— me dijo en un susurro.

Suspiré molesta.

—Te prometo que cuando termine bajaré— me sonrió.

Le di un abrazo en respuesta, cerró la puerta. Suspiré contenta.

Me dirigí al baño para darme una ducha, esto del yoga me está haciendo sudar, es más, por más que lo haga, siempre me entra el hambre, seguramente acabaré con más kilos de los que quiero.
Cerré la puerta al entrar y lo preparé todo a mi gusto. Una vez que entré en el agua caliente no me moví del sitio.
Estaba tan bien que pensé que las horas pasaban y pasaban. Al ver que las manos comenzaron a ponerse como pasas, salí de la bañera y me coloqué una toalla que me llegaba más para arriba de la rodilla, me sequé el pelo con otra toalla.

—¡¡CLADY!!— oí mi nombre— ¡TIENES VISITA!
—¿Visita?— pensé en voz alta.

Me eché el pelo hacia atrás y sin importarme mis pintas salí del baño como estaba y bajé las escaleras, al llegar abajo vi a Naúm.

—¡Naúm!— grité su nombre al verle.

Este me miró y sonrió.
De la emoción me acerqué a él con el paso acelerado mientras me sujetaba con fuerza la toalla. Me acerqué a él dispuesta a darle un abrazo, pero me tropecé con la alfombra que había en el suelo, estaba a punto de toparme con el de cara, pero alguien me agarró rápidamente.

Narra Naúm:

Oí mi nombre y sonreí al verla, vino hacia a mi, pero se tropezó accidentalmente con el borde de la alfombra, en un acto reflejo, acabé de rodillas en el suelo sujetándola por las axilas para evitar su caída.
La toalla que envolvía su cuerpo se deslizó suavemente dejando ver su parte trasera del cuerpo y parte de la delantera, pero antes de que todo fuera a peor, la cogí y se la coloqué. Ella rápidamente se la colocó mejor avergonzada por lo sucedido.

—Eres una torpe— se rió Melune.
—Ten más cuidado a la próxima— dijo Siul sin miramiento ninguno.

Mientras que ellos se reían, la levanté del suelo y la abracé.

—Podemos ir arriba si quieres— me dijo mientras miraba mal a los que se burlaban de ella.
—Lo que quieras— contesté.

Me cogió de la mano para guiarme, pero la voz de Éneon me detuvo.

—¿Vas a decirme qué era lo que tenías que decir?— me dijo arqueando una ceja.
—Ah, si... sobre el coche — cogí aire— le di un golpe sin querer al aparcar y he visto que le he hecho mucho daño.

El me miró con los ojos abiertos.

—¡Mi bebé!— se llevó las manos a la cabeza— serás...— se dirigió a mi con malas intenciones, Clady se iba a poner en medio para detenerlo, pero la detuve.

Me llevé la mano al bolsillo donde tenía la cartera y al sacarla la abrí.

—Ten— le entregué como unos ochocientos euros en billetes de cien. Él bajó el puño y me miró impresionado— No quiero problemas— me justifiqué— fue un fallo mío al aparcar y te lo pago— le cogí la mano y le coloqué el dinero— si necesitas más me lo dices— le sonreí.

Pareció que no supo cómo reaccionar así que Clady me volvió a coger de la mano y desaparecimos del salón.

¿Te acuerdas de mi? TRILOGÍA VENGANZA II (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora