¿Te acuerdas de mi? TRILOGÍA VENGANZA II (Terminada)

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Narra Clady:

Éneon se encontraba de pie, cabizbajo, apoyado en la pared. Por el movimiento de su pierna derecha, se le notaba nervioso e impaciente, cada vez que pasaba alguna enfermera o doctor por el pasillo, levantaba la cabeza esperando alguna noticia, pero siempre pasaban de largo.

—¿Seguro que Siul está bien? — le pregunté a Naúm quien estaba a mi lado.
Este asintió mirándome a los ojos — sé habrá despertado ya— me dijo mientras miraba la hora.

Tras la respuesta miré de nuevo al aparente frío suelo de mármol.
Pasaron otros diez minutos más y un doctor se nos acercó.

—¿Familiares de Steny Macfy?— nos preguntó.
—Amigos— respondió Éneon mirándolo fijamente.
—Acompañadme— nos dijo con una sonrisa.

Naúm y yo nos levantamos, cuando alcé la vista vi que Éneon ya se encontraba siguiendo los pasos del doctor.
Atravesamos casi todo el pasillo hasta llegar a unas de las penúltimas habitaciones, el doctor nos abrió la puerta dándonos el paso.

—Steny— la llamé al verla sentada sobre la camilla.

Narra Steny:

No sentía nada, ningún dolor, sólo que no sabía por qué estaba en el hospital, ¿qué me ha pasado?
Al oír mi nombre, giré mi cabeza y vi a una chica morena, de pelo rizado, unos impactantes ojos verdes y una abultada barriga que llamaba la atención, iba a compañada por dos chicos los cuales no conocía, en todo caso, la chica me era familiar.

—Steny— me volvió a llamar, esta vez estaba enfrente de mi y mi acariciaba la mejilla con suavidad.
—¿Quién eres?— le pregunté mientras forzaba mi mente para poder recordarla.
—Soy tu mejor amiga— me respondió con un tono de preocupación— Clady— se presentó.

Un flashback apareció en mi mente, ahora si la recordaba, mi amiga, mi mejor amiga, mi apoyo.

Sonrí al recordarla.

—Clady— dije su nombre asegurándome de que era ella.

Esta sonrió y me colocó su mano en mi mejilla.

—¿Y mis padres?— le pregunté mirándola aturdida— ¿por qué estoy aquí? — dije con la voz temblorosa.

Otro flashback volvió a mi mente, esta vez se trataba de un accidente de coche.

—¡¿Dónde están mis padres?!— le pregunté alzando la voz esperando una respuesta inmediata.

Clady frunció el ceño y su rostro volvió a un estado neutro, aún así, se le notaba en la mirada que estaba preocupada.

—Tus padres están en las afueras, trabajando— me contestó.
—No— dije mientras negaba con la cabeza— tuve un accidente de coche— comencé a hablar con la voz entrecortada solo de recordarlo— un coche se interpuso en nuestro camino y chocamos bruscamente con el— recorrí la vista a mi alrededor con temor.

Narra Éneon :

Lo recuerda, pensé, ha recuperado la memoria del pasado, no recuerda lo que le que le está sucediendo en el presente, apreté mi mandíbula con fuerza.

El doctor miraba atento a sus papeles mientras escuchaba con atención todo lo que decía Steny.

—¿Recuerdas algo más? — le preguntó.
—Siul... — lo nombró.

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El médico salió de la habitación entre pensativo y alarmado, pero no le sirvió de mucho. Cuando atravesó el pasillo con toda la velocidad del mundo, entró al interior de una habitación de investigación mientras seguía mirando su informe con total atención.
No puede ser, pensó.

—Hay un nuevo caso— dijo al entrar a la sala.
—¿De qué se trata?— le preguntó alguien.
—La paciente Steny Macfy ha recuperado la memoria del pasado, cuando tenía entre unos catorce o quince años— dijo sin apartar la vista del informe.
—¡Qué divertido!— dijo alguien con una voz de niña pequeña.

El doctor miró al frente y vio a sus verdaderos compañeros tendidos en el suelo sobre una manta de sangre.
Una chica, le quitó un cuchillo a uno de los investigadores del cuello e hizo un sonido desagradable. Tiró los papeles al suelo y dio un paso atrás.

—¿Quiénes sois?— se dignó a preguntar cuando se chocó contra la puerta.
—¿Te interesa?— dijo la chica.

No hubo respuesta alguna, la chica suspiró y se encogió de hombros.

—Aburrido— dijo mientras le lanzó una mirada a un chico que había a su lado, este asintió y se dirigió al doctor mientras se sacaba del bolsillo una pequeña navaja.
—No— dijo el doctor con la voz entrecortada— no, por favor— suplicó— tengo mujer e hijos, ¡haré lo que queráis!— dijo en aquel acto de desesperación por salvar su vida.
—Una excusa barata— contestó la chica a su súplica— mátalo— le ordenó al chico

A partir de ahí, sólo se escuchó el sonido del cuerpo pesado del doctor callendo bruscamente sobre el charco de sangre que habían derramado posteriormente sus compañeros.

—Uno menos— dijo alguien al verle en el suelo sin vida.