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Narra Isedo:

—¡¿Qué coño hacéis aquí?!— dije cuando los vi entrar por la puerta.
—¿Qué pasa? ¿no te alegras de vernos?— me dijo Milda empujando al cuerpo inerte del guardia que estaba en el suelo a un lado.

Los miré asustado, no pensé que me encontrarían.

—¿Tenemos visita?— escuché la voz de mi hermano bajando las escaleras.
—¡No bajes!— le grité.

Milda miró a Dail, quien estaba en las escaleras y escuché después un golpe fuerte.
Fui corriendo hacia Nifeo, pero Dail se puso enfrente mía, vi de reojo que él estaba en el suelo.

—¿¡Qué le has hecho!?— lo empujé, pero él no se movió del sitio.

Milda me colocó la mano en el hombro.

—Se despertará tranquilo— me dijo con un tono sereno.

Asentí, pero, la verdad es que no me creía nada de ella y eso me hacía ponerme más nervioso e inquieto.
Espero que sea verdad, pensé.

—Qué hacéis aquí— dije con cara de pocos amigos.
—Venir a por ti— dijo Laumi.
—Seguro que lo has pasado bastante mal con este grandullón a tu lado todo el rato— señaló al cuerpo tendido en el suelo.

Negué con la cabeza.

—Estaba bien con él y sin vosotros— escupí.

Milda hizo un gesto irónico de estar ofendida y después se rió locamente.

—Me es igual— se sentó en la mesa— te necesitamos— se miró las uñas.
—No contéis conmigo— dije apoyándome en la pared.

Milda alzó una ceja.

—Te hemos salvado del grandullón este, eres libre— me miró fijamente.
—Me da lo mismo— le miré sin apartarle la mirada.
—Tu mismo— dijo levantándose de la mesa— meses sin ver a tu querida Steny, nosotros te damos la oportunidad de verla y la desaprovechas—  se dirigió hacia la puerta de la salida, Dail y Laumi la siguieron.
—Hasta otra — se despidió Milda.

Narra Milda:

Chantaje emocional.

—¿Y ahora qué? — dijo Laumi sin comprender nada— se supone que nos dijiste que vendría seguramente con nosotros.
— Y lo hará — le respondí sonriente.
—Pues... — le tapé la boca.
—Uno...— susurré— dos... y... tres.
—¡ESPERAD!— era la voz de Isedo.

Laumi y Dail me miraron impresionados.

Me di la vuelta y me metí las manos en los bolsillos de la sudadera.

—Vaya— me hice la sorprendida.
—He cambiado de opinión— dijo este mientras respiraba agitadamente.
—Bueno, pues vámonos— me giré y comencé a andar.

Narra Clady:

—¿Estás bien? — me preguntó Steny entrando al baño.

Respiré hondo y asentí con la cabeza sonriendo, pero en realidad me encontraba mal.
Llevo ya varios días que lo que como lo vomito y el olor de la comida que me gusta me parece insoportable, estaba cansada de estar así.

— A mi no me mientes— se acercó a mi y se agachó junto a mi.
—Llevo días con dolor de cabeza y náuseas— le dije agarrándome del pelo hacia un lado.

Esta se quedó pensativa.

—Deberías de ir al médico— colocó su mano sobre mi hombro.

Miré el agua azul de la taza del Wc y me levanté.

—Vayamos ahora antes de que te pongas peor— me dijo mientras salíamos del baño.

Me vestí simple, con unos vaqueros pitillo, deportivas blancas y una camiseta blanca simple junto con una chaqueta roja, me peiné y me tapé las ojeras.
Salimos todos de la casa, nos montamos en el coche de Siul y de repente me bombardearon a preguntas, las cuales no tenía ganas de contestar, pero Steny respondió por mi.

Llegamos a urgencias y mientras los tres encontraban aparcamiento, Steny me acompañó, por suerte no había mucha gente y después de una mujer íbamos nosotras.

—Seguro que no es nada grave— me tranquilizó mientras me cogía de las manos.

La mujer salió de la sala.

—¿Siguiente?— dijo el doctor.

¿Te acuerdas de mi? TRILOGÍA VENGANZA II (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora