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Narra Steny:

— Lleva más de un mes en coma...— oí de fondo— tenéis que hacer algo.
—Lo siento señora, pero ya hicimos todo lo posible...
—Por favor, no puede seguir así.

Fruncí el ceño, sentí que los párpados me pesaban, así que sólo pude abrir costosamente un ojo.

Oí el sonido de una puerta.

—¿Cómo está? — era la voz de Éneon.
—Sigue en coma— le respondieron.

Oí un suspiro de frustración a la vez que veía mi alrededor aún borroso.

—No podéis dejar a mi sobrina así— ¿sobrina?

Sentí ahora como la boca la tenía completamente seca.

—A-agua...— dije mientras intentaba ver con claridad donde estaba.

Me sujetaron de la cabeza para levantarme de la almohada y posarme en los labios el borde de plástico del vaso de agua.
Bebí, me volvía a sentir viva.

A medida que iba bebiendo, mi vista cobró sentido y ya veía con más claridad, frente a mi estaba mi madre, al pie de la camilla había una doctora y Éneon era quien me estaba dando el agua.

Una vez que había terminado de beber me acomodé en la camilla y mi madre me abrazó fuertemente.

En el abrazo fue cuando recordé que me había llamado sobrina y de ahí me vino en mente el accidente.

—Hola tía...— le dije algo molesta.

Ella se quedó con la boca abierta algo desconcertada.

—Cariño, soy tu madre...— ni ella misma se creía lo que decía.

El ambiente se volvió tenso por lo que la enfermera junto con Éneon desaparecieron de la habitación.

—¿Cómo?— me preguntó mi tía confusa.

Suspiré cansada.

—Sé lo del accidente de mis padres— dije mientras jugueteaba con el vaso.
—Perdiste la memoria...— suspiró— no tenía otra opción, eras tan inocente...— intentó acariciarme pero la evité.
—Debiste haberme dicho todo desde un principio— dije seriamente.
—Steny, no quería hacerte daño...— miró las sabanas que me tapaban.
—Tía, te comprendo, pero no debiste hacerlo— la regañé— tendrías que haber sabido que tarde o temprano lo iba a saber— le miré a los ojos.

Ella suspiró.

—Todo esto no quita que te haya querido como una hija— me miró sonriendo— ¿sabes?— me dijo mientras miraba el techo— no puedo tener hijos— agachó la cabeza para después entrelazar sus dedos— pensé que contigo sería diferente, que sería una madre y tuve la oportunidad de serlo cuando tu madre murió, que en paz descanse— me miró a los ojos— sé que ella se alegra por haberte cuidado, pero ya no sé que va a pasar—  se levantó de la silla.

Parpadeé dos veces mientras la veía, se le notaba bastante triste y abatida.

—Mamá, no te pongas así — se giró al instante abriendo los ojos con sorpresa— sólo me molestó lo que hiciste, pero eso no quita que te siga queriendo como si fueras mi madre— le sonreí.

Ella se acercó y las dos nos dimos un gran abrazo.

—Siento mucho haberte dejado de nuevo sola — me susurró al oído— de verdad que lo siento...
—Ya ha pasado todo mamá— la tranquilicé.

Llamaron a la puerta.

Isedo.

—¿Se puede?— preguntó en el marco de la puerta.

Mi madre asintió y se fue de allí para dejarnos solos.

—Que bien que ya te hayas despertado— me abrazó y me dio un beso en la frente.
—Yo también me alegro— le sonreí.
—¿Estás mejor?— me preguntó mientras me cogia de la mano a la vez que se sentaba a mi vera.

Asentí con la cabeza.

—Por cierto, ¿dónde está Clady?— le pregunté.

A este se le cambió la cara.

—Está en coma— me acarició la mano.
—¿Es grave?— dije preocupada.
—Sufrió la muerte del bebé en su interior y la hemorragia fue muy grave, perdió mucha sangre— me dijo apenado.

Me masajeé la frente.

—Saldrá de esta, tranquila— me besó de nuevo, pero esta vez en la mejilla.

Se hizo el silencio y de pronto volvieron a llamar a la puerta.

Éneon.

—¿Qué tal preciosa?— me preguntó sonriente.

Le sonreí, no sabía por qué, pero él conseguía que sacara mi mejor sonrisa.

Me dio un beso en la mejilla.

Isedo le saludó y después desapareció por la puerta dejándonos solos.

—Ese hijo de puta de Siul ya no hará más nada— se sentó sobre la camilla.

Le miré algo confundida.

—En cuanto Clady despierte, tendremos que ir a los juzgados— seguió hablando animado — ese tipo tiene todas las de perder— me volvió a sonreír.
—Siul— lo nombré, ya no me acordaba de él por todo lo malo que me había hecho.
—¿Qué pasa? — me preguntó.
—Nada, nada— le dije mientras negaba con la cabeza— sólo, gracias por todo Éneon...— sonreí.
—Gracias a ti Steny— me miró a los ojos—  si no fuera por ti, yo ya estaría muerto— suspiró.
—No seas tonto— me burlé de él.

Este se rió.

—Cabezona— me sacó la lengua, mientras me hacía cosquillas.

No paré de reírme hasta que llamó la doctora.

—Siento interrumpiros pareja— carraspeó— pero he de hacerle unos últimos análisis para que pueda irse dentro de un par de días— me miró a mí.

Éneon me miró y me besó la frente.

—Vendré a por ti preciosa — me susurró al oído.

Mis mejillas estaban ardiendo.

¿Te acuerdas de mi? TRILOGÍA VENGANZA II (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora