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Narra Éneon:

El ascensor no funciona, han cortado la luz, sólo se ven pequeños focos de luces de emergencia por el pasillo a una distancia algo alargada.

La luz del móvil era lo único que me iluminaba en las zonas más oscuras.
He de reconocer que la oscuridad me da miedo desde pequeño, pero, sólo pensaba en rescatar a Steny, en estar con ella.

Paré en seco cuando la luz del móvil se apagó, desesperado le di al botón de encender, pero nada, sólo apareció en la pantalla un símbolo de alerta indicándome que no tenía batería.

—Mierda— dije asustado.

Miré al frente y a lo lejos vi un punto verdoso, una luz de emergencia.
Suspiré y continué andando, mi cabeza comenzó a pensar que detrás mía había alguien, que alguien me observaba.

Aumenté el paso, mi respiración comenzó a entrecortarse, corrí, me quería acercar más a la luz, se me hacía interminable, parecía que contra más pasos diera, la luz más se alejaba.

Aumenté aún más la velocidad, ya estaba cerca, pero me paré en seco cuando vi bajo la luz de emergencia una sombra. Se trataba de la silueta de un hombre.
Este giró su cabeza y me dedicó una sonrisa.

—¿Miedo a la oscuridad?— me dijo con cierto misterio.

No sabía quien era, no sabía cómo supo mi mayor miedo y menos sabía por qué estaba aquí cuando no puede ni entrar y ni salir nadie.
¿Uno más en el bando de Milda? ¿Pero quién es?

—¿Buscando a Steny? — me hizo otra pregunta.

Fruncí el ceño.

—¿Os lo pasásteis bien en la noche de la fiesta de máscaras?— soltó una pequeña risa, miró a sus pies— pobre de Siul, un cornudo— dijo mientras negaba con la cabeza.

Abrí la boca para hablar, pero no me salieron las palabras, ¿quién narices era?

—Bueno... un placer querido amigo— en un acto rápido,  rompió la luz de emergencia y quedé de nuevo completamente a oscuras.

Entré en pánico.

—¡No!, ¡espera!— dije al verlo todo tan oscuro.

Noté una presión sobre mi espalda y caí de boca al suelo.

—¡Quién eres!— grité mientras intentaba levantarme, pero no pude, noté un gran peso sobre mi espalda.
—El padrastro de Steny— me susurró al oído.

De pronto en mi mente recordé cuando Steny dijo que su padrastro la había forzado, abrí los ojos como platos.

—Tú... tú la tocaste, ¡la forzaste!— dije con ira mientras intentaba de nuevo levantarme.

Oí una pequeña carcajada.

—Buenas noches...— fue lo último que oí.

Narra Siul:

—Esto se está alargando demasiado— oí.
—¿Qué vas a hacer?
—Hay que llevarlos a todos a la sala de reuniones— aquella voz me era familiar.
—Él se ha puesto ya en marcha— oí una puerta abrirse y cerrarse con cuidado, alguien entró— se ha llevado a Éneon— su voz también me era familiar.
—Estoy impaciente, quiero acabar ya con ella.

Fruncí el ceño.

—Se ha movido.

Se escucharon pasos, se hizo el silencio.

Abrí los ojos lentamente, parpadeé un par de veces y finalmente miré a las personas que me rodeaban, Milda, Dail y la famosa Laumi.

—Cuánto tiempo— dije al verlos.

Se miraron entre ellos algo impresionados, mientras tanto, miré de reojo que me encontraba atadado a una silla. Me reí y capté aún más la atención de ellos en mí.

—Patético— pensé en voz alta, me levanté de la silla como si nada y las cuerdas que me ataban se deslizaron por mi cuerpo, callendo finalmente al suelo.

Vi a las dos chicas sorprendidas, Dail, sin embargo, se puso a la defensiva.

—Tranquilo— le sonreí al verlo— no tengo nada que ver con vosotros— me dirigí hacia la puerta.
—No puedes irte querido amigo— dijo Milda con cierto nerviosismo.

Dail, ante mi distracción, me sujetó de las muñecas poniéndolas sobre mi espalda.

—¿Con quién te crees que estás tratando? — me reí y en un ágil movimiento le pegué en la cabeza con el codo dejándolo inconsciente en el suelo.

Me acerqué a Milda y con toda mi fuerza la cogí del cuello, Laumi ante tal situación intentó empujarme, pero con un simple golpe cayó al suelo.

Floja, pensé.

Estampé a Milda contra la pared, tal golpe provocó que algunas cosas de la estantería que había al lado calleran al suelo. Sus ojos se abrieron del impacto, comencé a apretarle mas fuerte el cuello.

—Esta vez, no te saldrás con la tuya— coloqué mi otra mano sobre su cuello para hacer más presión.
—N-no....es-pe-ra...— dijo como pudo, mientras colocaba sus manos sobre las mías para que la soltase— podemos...lle-gar...a un...acuer-do— dijo apenas sin aire.

Aflojé el agarre.

—Sólo escúchame— dijo cogiendo aire costosamente mientras tosía.

Fruncí el ceño y decidí escucharla,  aún así no bajé la guardia.

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Hi! Perdonad la demora.
Aquí tenéis otro capítulo, espero que os guste tanto como a mí :3

Comentad y votad si os ha gustado (que espero que si)

Sayonaraa!

Att: malignaconswag

¿Te acuerdas de mi? TRILOGÍA VENGANZA II (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora