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Narra Siul:

—¡Steny!— gritaba su nombre mientras la perseguía.
—¡No vas a conseguir alcanzarme!— me respondió yendo hacia el árbol de cerezo que había en el patio de su casa.
—¡Oye, espera!— aumenté la velocidad de mis pasos mientras corría tras ella.

Al llegar, la vi apoyada en el tronco del árbol mientras recogía aire muy seguidamente.
Me vio de reojo.

—Espera— bufó— cheri corta— se llevó la mano al pecho mientras seguía recogiendo aire seguidamente.
—Vale— sonreí y la observé mientras hacía un pequeño descanso.

Ella tenía unos ocho años y yo unos diez, en esos tiempos, éramos muy buenos amigos y todo sucedió así por protegerla en el patio del recreo de la escuela de unas niñas que se reían de ella por estar "gordita".
—¡YA!— chilló y corrió de nuevo lejos de mi.
—¡OYE!— le grité entre risas— ¡ESO NO VALE!— me reía mientras corría tras ella.

La imagen cambió, ahora Steny ya no era tan pequeña, tenía diecisiete años y yo diecinueve. Estábamos en una fiesta y entre copa y copa le declaré mis sentimientos y me rechazó, se fue a su casa dejándome sólo.
A la mañana siguiente, Steny se dirigía a Filsei para hacerle una visita a su tía, yo conducía borracho mientras lloraba desconsoladamente.
Hubo un momento en el que cerré los ojos y mi coche se chocó bruscamente con la parte de atrás del coche que había delante, al salir, vi que se trataba del coche donde viajaba Steny y sus padres.
Llamé a una ambulancia y saqué a Steny del interior de coche, aún tenía pulso, pero sus padres no.

La imagen volvió a cambiar, ella estaba sentada en la camilla del hospital con una venda en la cabeza, un policía estaba junto a ella y yo estaba delante.
—Steny, soy yo, Siul— le cogí de la mano, pero ella me la apartó asustada.
—Quién eres— me miró extrañada.
—Chico— me llamó el policía— ya te ha dicho que no te conoce.
—No, no puede ser, ¡no puede ser! ¡NO!— grité desesperado, vi cómo Steny agarraba la mano de aquel policía con miedo y entonces fui sacado a la fuerza de allí, no me dejaron pasar por más que insistía y eso me desesperaba más, pero finalmente sólo logré que me pusieran una orden de alejamiento.

Desperté con una lágrima rodando por mi mejilla, me había quedado dormido sobre la mesa del escritorio del trabajo.

—Tengo que verla— me dije a mi mismo.

Narra Steny:

Tras una larga charla de consolación, finalmente salimos e hicimos que Clady se animara y pensara en otra cosa, pareció ser que dio resultado y pasamos una gran tarde junto a mi madre de compras en un centro comercial extremadamente grande, había demasiadas tiendas que ver, necesitaríamos, por lo menos, una semana para poder verlo todo, era muy increíble y para que yo diga eso, tiene que ser bastante fascinante.

—Steny— me llamó Clady— ¡mira!— me señaló un vestido azul marino simple, pero elegante.

A mi madre por su cara de asombro, le tuvo que encantar el vestido y me miró.

—Tienes que probártelo— me dijo teniéndome el vestido.
—¿Yo?— me ruboricé— ¿por qué?

No sirvió de nada preguntar, ya me habían empujado al interior del probador con el vestido, no me quedaba otra, me quité la ropa y me coloqué el vestido, me ruboricé al verme a mi misma, me quedaba perfecto.

—¿Ya?— me dijeron las dos a la vez.

No me dio tiempo a contestar cuando ya habían corrido las cortinas cada una a un lateral del probador, a las dos se le pusieron la boca en forma de o.

—Todo dicho, te lo compro— dijo mi madre.
—N-no hace falta...
—Te lo vas a llevar— me dijo Clady.

Me cerraron las cortinas y me puse de nuevo mi ropa, salí con el vestido en la mano y mi madre lo cogió para pagarlo, salimos por la puerta mientras que Clady y mi madre comentaban lo bonito que era el vestido y lo guapa que iba a estar con él, de repente me entró el hambre y les cambié de tema.

—¿Dónde vamos a ir a comer?— pregunté.
—La verdad es que yo también tengo hambre— dijo Clady llevándose la mano a la barriga.
—Está bien— dijo mi madre pensativa— conozco un sitio donde se come muy bien— sonrió.
—¡Genial!— exclamó Clady.
—Vamos, pues— dijo mi madre comenzando a andar.

Bajamos por las escaleras mecánicas y seguimos a mi madre hacia un restaurante color azul y blanco, entramos al interior y nos sentamos en una mesa para tres personas, nos atendió un chico, un chico que me resultaba demasiado familiar, espera...

¿¡NIFEO!?

¿Te acuerdas de mi? TRILOGÍA VENGANZA II (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora