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Narra Siul:

—¿Todo listo?- le pregunté a Éneon antes de cerrar el maletero.
—Si— contestó Éneon.

Miré a Melune quien no parecía muy contento, este se percató de mi mirada, sólamente se limitó a asentir, finalmente cerré el maletero del coche y me dirigí hacia la parte de atrás. Éneon se presentó voluntario para conducir pues, era ya las cinco de la tarde y yo me tuve que levantar temprano para arreglar algunos asuntos en el puticlub.

—Melune alegra esa cara por favor—le dijo Éneon mirándolo de reojo, este iba de coopiloto, no le dijo nada y apoyó su cabeza en la ventanilla.
Yo rodeé los ojos y me acomodé en el asiento, noté el coche en movimiento y finalmente me quedé dormido.

—Oye amigo— me dijo un tipo con grandes ojeras y ropa malgastada— ¿quieres droga de la buena?— metió la mano en el bolsillo de la chaqueta— me han dicho que es de buena calidad— sonrió enseñando los dientes.
—Dame tres gramos— miré de reojo a ambos lados de la calle donde me encontraba.

El tipo sacó de su bolsillo trasero del pantalón una pequeña bolsita de plástico con un contenido de color blanco. Lo cogí corriendo y me lo guardé en el bolsillo interior de la chaqueta.

—Son treinta euros— tendió la mano.

Saqué el monedero y vi que sólo tenía cinco euros, los saqué y guardé la cartera.

—Sólo tengo cinco euros— se los tendí, pero él me miró con cara de pocos amigos.
—Tío, ya sabes las reglas de esto— hizo un gesto con la mano para que le devolviera la droga, pero yo insistí.
—Tómate esto de adelanto y cuando tenga el resto te lo doy.

Miró a su alrededor y me quitó el billete de las manos.

—Más te vale chaval, si no ya sabes lo que pasará— rió como un loco y se fue de ahí mientras encendía un porro.

—¡Ey Siul!— alguien me llamaba—¡Siul!

Abrí los ojos y me topé con la ventanilla del coche, me dolía el cuello. Me incorporé en el asiento e hice un movimiento el cual provocó que me crujiera parte del cuello y la espalda.

—Ey tío, ya hemos llegado— miré a Éneon que estaba girado en el sitio mirándome fijamente, Melune se estaba estirando.

Miré por la ventanilla, ya había caído la noche, a mi derecha pude visualizar una casa donde entrada gente vestida de fiesta con máscaras, todas eran iguales.

—Venga, vístete, ¿no irás así no?— me dijo Melune teniéndome mi ropa, ¿a este que le pasa ahora?
—¿Y ese cambio de humor?— le preguntó Éneon.
—¿Qué más da?— abrió la puerta del coche— la fiesta me espera— salió del coche.

Fruncí el ceño algo extrañado, Éneon se encogió del hombro y salió también del coche, mientras, me cambié la camiseta y me puse una camisa blanca junto a una chaqueta negra.
Al salir del coche vi a Melune acercándose hacia la casa pasando por la mitad de la carretera sin esperarnos, cuando pasó a la otra acera, se giró y puso sus brazos en jarras mientras movía el pie seguidamente.

Éneon cerró el coche y nos dirigimos hacia la casa, antes de entrar, una chica nos dio tres máscaras plateadas, pero a Melune le dio un pequeño papel, era el número de teléfono de la chica.

—Empiezas bien la noche ¿eh?— le dijo Éneon dándole un codazo.

Este sonrió.

—Eso parece— se guardó el teléfono en el bolsillo del pantalón.

Narra Steny:

—¡Mamá!, ¿seguro que no quieres que me quede en casa?— le pregunté desde la planta de arriba
—¿Cuántas veces he de decirte que estaré bien?— por el tono de voz, se notaba que estaba cansada de repetirme lo mismo.
—¿Seguro?— le pregunté para asegurarme.
—Si...— contestó.

Desde que pilló a su ex, al fin, con las manos en la masa, no paraba de llorar y de culpable a ella misma de ser tan tonta.
Aquel engaño lo tenía muy reciente, no quería dejarla sola en ese estado y por eso no paraba de preguntarle que si quería realmente que me fuera a la fiesta, ella insistía que quería estar sola para recapacitar lo sucedido, pero yo aún no estaba muy convencida.

—¡Steny!, ¿estás lista?— oí el sonido de los tacones de Clady acercarse hacia mi habitación.
—Un momento— le dije mientras me puse los tacones rápidamente y cogí la barra roja de pintalabios. Vi de reojo que se apoyó en el marco de la puerta, llevaba un top negro con una falda ajustada de flores y tacones negros.

—¿Nerviosa?— me preguntó mirándome a través de espejo.
—Más bien preocupada— cerré el pintalabios y lo dejé encima del escritorio.
—Steny... ya te ha dicho tu madre que estará bien, no le des más vueltas— se colocó el bolso bajo el brazo.

Suspiré.

—Está bien...— metí las cosas necesarias en el bolso y bajamos con cuidado las escaleras.
—He llamado a un taxi— dijo mi madre desde la cocina al oirnos bajar— ya le dije la dirección y le pagué con antelación— salió con un cuenco de palomitas.
—¿Seguro que estarás bien?— le agarré de los hombros, ella asintió mientras que masticaba— llámame para lo que necesites, ¿vale?— le di un abrazo.
—Vaaaleee...— le oí decir.
—Pues entonces, nos vamos— le dijo Clady dándole dos besos.

Salimos por la puerta y nos dirigimos hacia el taxi.

—¡Tened cuidado!,¡pasadlo bien!— nos dijo desde la puerta de la casa.

Le mandé un beso desde la ventanilla del coche y este se puso en marcha.

¿Te acuerdas de mi? TRILOGÍA VENGANZA II (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora