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Narra Éneon :

—Se está despertando— oí de fondo.

Abrí los ojos.

—¿Qué ha ocurrido?— pregunté sin saber lo que me había pasado.
—Te desmayaste— dijo Isedo aguantándose la risa.

Fruncí el ceño.

—¿Qué?— dije sin creérmelo.
—Te tuvieron que sacar sangre y te demayaste— dijo esta vez sin aguantarse la risa.
—Venga ya...— me levanté de la camilla— no te quedes conmigo.
—No me meto contigo, que te lo diga Lindert— lo señaló mientras entraba por la puerta.
—¿Qué?— dijo el grandullón— ¿qué ocurre?
—No se cree que se haya desmayado— le dijo Isedo.
—Ah...— este se rió— te desmayaste— lo afirmó.

Me sonrojé.

—Bueno, Isedo, he de hablar contigo a solas— le dijo Lindert y después me miró.
—Iré a ver cómo está Steny— este asintió y me fui de la habitación.

Narra Lindert:

—Hemos encontrado dos cadáveres en la cabaña del bosque— me dijeron por el walkie-talkie— se tratan de Melune Dilen y Nifeo Gremil.
—¿Cómo han llegado hasta allí? — le pregunté.
— Hemos encontrado huellas de un coche justamente donde estaba la cinta policial evitando el paso al interior del bosque, fuimos para sacar pruebas del asesinato que ocurrió hace tres semamas y nos lo hemos encontrado.

Suspiré.

—Le ruego que avise a sus familiares.
—De acuerdo.

Esos dos muchachos estaban con nosotros en la casa de Steny, fueron quienes se encargaron de llevar a Siul lejos, seguramente él los había matado.

Tenía que avisar a Isedo de que su hermano había muerto, pero después de todo le había cogido cariño al chico y no sabía cómo decírselo.

Entré al hospital, estaba casi plagado de guardias vigilando las entradas y los pasillos donde se encontraban los chicos.

Entré a la habitación donde se encontraba Éneon, ya que no le dejaron a Isedo entrar en la habitación donde estaba Steny.

Una vez que Éneon se fue, mantuve la calma y suspiré tres veces.

—Lindert, me estás dando miedo— dijo con cierto temor al verme de esta manera.
—Isedo he de comunicarte algo que no te va a gustar mucho...— no podía decirselo, se me había formado un nudo en la garganta, pero aún así era mi deber.

El rostro de Isedo cambió por completo.

—Tu hermano ha muerto— lo solté.

Se hizo el silencio.

—¿Qué?— dijo sin creerlo.
—Lo siento Isedo...
—No puede ser— se llevó las manos a la cabeza— ¿dónde está?— me preguntó desesperado.
—No me dijeron el sitio, sólo me lo han comunicado— mentí en cierta parte.

Se sentó en la camilla mientras se tapaba los ojos.

—¿Y Melune?— me preguntó— Melune iba con él, ¿dónde está? — me preguntó mientras se agarraba de la camiseta.

Agaché la cabeza, dándole a entender que también estaba muerto.

Volvió a taparse los ojos.

—No puede ser...— gimoteó.

Decidí salir de la habitación para dejarle que se desahogara sólo.

Lo siento mucho de verdad... pensé.

Narra Isedo:

Mi hermano y mi amigo han muerto por culpa de ese maldito hijo de puta de Siul.

Tenía claro que iba a hacer lo posible para matarlo con mis propias manos aunque me costara la vida, no iba a salirse con la suya de esta y eso lo tenía más claro que el agua, tenía que vengarlos.
No me valía la pena llorar así que me sequé las lagrimas y salí de la habitación, me encontré en la puerta donde se encontraba Steny a Naúm.

—¿Cómo estás?— me preguntó al verme, seguramente me lo dijo porque tendría los ojos hinchados.
—Mi hermano a muerto— le dije y este me dio un abrazo.

No quería volver a llorar así que cambié de tema.

—¿Cómo has llegado aquí?— le pregunté.
—Me escapé del hospital.
—¿Cómo?— le pregunté con el ceño fruncido, la única salida que había era la puerta trasera del hospital y la llave la tenía yo.
—Había una ventana rota en el sótano del hospital— respondió— después una mujer nos ayudó— dijo mirando a Clady que estaba en la misma habitación que Steny— y aquí estamos.

Miré a Clady fijamente y observé que tenía manchas de sangre en la barriga.

—¿Cómo está?
—Ha entrado en un coma y no saben seguro si despertará— dijo desanimado.
—¿El bebé está bien? — me digné a preguntar.
—Ha muerto— me miró fríamente— Milda lo mató.

Miré de nuevo al interior de la habitación.

—Si no fuese por Steny, Clady ya habría muerto— comentó— le debo un gran favor.

Sonreí.

—Le hemos detectado veneno en la sangre— dijo una enfermera la cual nos puso en alerta.
—Mierda— dije en voz alta.
—Hay algo que evita la expansión del veneno, pero su efecto es muy lento— miró los papeles y comenzó a llamar a doctores, después se acercó a nosotros.

—Lo siento chicos tenéis que salir de la habitación— nos dijo preocupada.
—Espere— le dije mientras me sacaba unas pastillas del bolsillo— ten esto, la salvará— la miré seguro de mí mismo y ella las cogió mientras asentía no muy segura, cerró la puerta.

—Es una chica fuerte, saldrá de esta— me consoló Naúm.
—Eso espero.

¿Te acuerdas de mi? TRILOGÍA VENGANZA II (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora