¿Te acuerdas de mi? TRILOGÍA VENGANZA II (Terminada)

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Narra Clady :

Estaba cansada, el cuerpo me pensaba, mis piernas no podían dar un paso más, adelanté a Naúm para apoyarme en una silla que vi para no caer al suelo.
Noté unas manos bajo mis axilas levantarme hacia arriba.

—Te dije que deberías descansar— me dijo serio mirándo cada parte de mi cuerpo para asegurarse que estaba bien.
—Lo sé, pero...— no me dejó terminar y me sentó en la silla.
—Sólo un descanso y seguiremos tranquila— me sonrió con tranquilidad.

Se colocó delante de mi de cuclillas mientras me miraba fijamente.

—¿Tienes hambre?, ¿quieres algo?— lo miré.
—Tengo sed— le contesté finalmente.
—Iría a por algo de beber, pero no te quiero dejar sola en estas condiciones— se puso pensativo— ¿podrás aguantar?
—Podemos ir a la cafetería, no está tan lejos, ¿no?— le pregunté cansada.

Me miró con preocupación.

Se colocó de espaldas a mí y con las manos me hizo un gesto para que subiera sobre él.

—¿Estás loco?— me negué— peso más que una vaca y no llevo ni tres meses— me levanté, pero las piernas me fallaron.
—Sube— me ordenó.
—Si te duele después la espalda no me eches la culpa— le avisé.
—Está bien— sonrió.

Me subí a sus espaldas y este me cogió con firmeza de las piernas para que no me callera.

—Exagerada... — comentó en voz alta.
—Idiota— le di en el hombro.

Me llevó a cuestas hacia la cafetería, me senté en una de las sillas y él sacó de la máquina esprendedora una botella de agua. Se dirigió hacia mi y me la tendió, carraspeé un poco antes de beber.

—Tienes que dormir— me dijo mirándome fijamente a los ojos.
—No puedo Naúm— cerré la botella.
—Tu salud es más...— le interrumpí.
—Mi salud es igual de importante que Steny— suspiré — Naúm, entiéndeme, es como una hermana para mi, basicamente es como de mi familia y no tengo a nadie salvo a ella— le miré casi con los ojos empañados.
—Sé lo que se siente— me cogió de las manos.

Lo miré preocupada.

—Mis padres me dejaron sólo en el parque, se fueron sin mi— me dijo con total seriedad.
—Yo... yo...— no sabía qué decirle, ahora me sentía mal porque no sabía que le había ocurrido tal cosa.

Me besó la frente.

—Ahora te tengo a ti, con eso me basta y me sobra— sonrió.

Me ruboricé.

—Oye,  hace unos dias que estaba pensando en una cosa...— dijo con cierto nerviosismo.

Alcé una ceja.

—Verás, yo quería preguntarte si...— se quedó en silencio.
—¿El qué?— me había dejado intrigada.

Se levantó de la silla.

—Perdóname un segundo, no tardaré te lo prometo— y se adentró corriendo al baño.

Me crucé de piernas y me toqué la barriga.

—Me pregunto qué le pasará— pensé en voz alta.
—Se habrá puesto nervioso— oí de fondo.

Me giré de golpe levantándome de la silla.

—Tú...— di un paso hacia atrás.
—Nos encontramos de nuevo— sonrió.
—¿Qué quieres?— dije con rabia.
—Nada, pasaba por aquí y te encontré — se hizo el misterioso.
—Hijo de puta— puse mi mano en forma de puño.
—Yo no te falté el respeto guapa — se acercó a mí y con muy malas intenciones.
—¡NA-úmmm!— me había tapado la boca y la nariz con un pañuelo húmedo.

Grité, pero Naúm no aparecía, tenía miedo, estaba aterrada.

—Buenas noches bonita...— fue lo último que oí.

Narra Naúm :

Los nervios me provocaba sudores y no quería preguntarle aquello en esas condiciones.

—¿Pero qué estoy haciendo?— me pregunté mirándome al espejo— estamos en apuros y yo me dedico a pensar en cómo pedirle matrimonio— abrí el grifo y me eché agua en la cara— tranquilízate Naúm es sólo una pregunta, no tengas miedo a la respuesta— me intentaba tranquilizar.

Suspiré varias veces y cerré los ojos, de repente oí a Clady gritar mi nombre.

—¡Clady!— grité su nombre asustado.

Corrí hacia la puerta y giré el pomo de la puerta con fuerza, no se abrió.

—¡Clady!— volví a gritar mientras aporreaba la puerta con las manos— ¡ábrete, maldita sea!— le di patadas y volví a probar a abrir con el pomo, pero aún así la puerta no se abrió.

Sentí un fuerte dolor de cabeza e inconscientemente me di con la puerta de frente. Caí al suelo.

—Buenas noches...— oí de fondo.