Capítulo 8

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  Mágicos Besos.

  Descubro la cortina de mi habitación, quedando expuestos mis vecinos que están podando el pasto, los niños que juegan en sus cocheras, mis vecinos ancianos –de enfrente–se abrazan mientras se columpian en la hamaca, dos señoras platican en la acera; todos estos no le prestan atención a luz faltante. La farola que alumbraba la calle y un poco de mi habitación, se fundió; ahora toda la parte exterior de mi casa hasta seis viviendas más adelante, esta dictaminada en una penumbra que me mortifica. No es que le tenga miedo a la oscuridad, es que estoy acostumbrada a dormir con un poco de luz.
Desde niña vivo en esta casa y duermo en esta misma habitación, y siempre me acompaña una tenue luz iluminándome.Todos mis recuerdos se generan a partir de aquí; aunque todo ha ido evolucionando, por ejemplo: mi habitación antes era de color rosa decorada con ponis y hadas por todos lados, también osos de peluche por doquier; ahora es color beige con posters de mis artistas favoritos, una pared está adornada con mi puño y letra de mis canciones favoritas, y también cuelgan cuadros y retratos. Yo también soy el vivo ejemplo del cambio. Por más que quisiera regresar el tiempo atrás y sumergirme en aquellos buenos tiempos de mi infancia, me es imposible. Ya no pienso tan inmaduramente –o quizá sí, pero pienso que soy muy grande–, adquirí una serie de responsabilidades y nuevas ideas para forjar mi vida. No me ilusiono con ideas descabellas, como: encontrarme un billete de la lotería y hacerme millonaria. Eso no es posible, al menos que tengas la mejor suerte de todo el mundo y decidan premiarte por tu buen comportamiento (imposible).
He crecido; aún me faltan que aprender, personas que marquen mi vida para darme una enseñanza, lugares que descubrir, talentos que desarrollar; pero, por lo pronto, quiero disfrutar.
– ¿Cómo me veo? –Me distraigo de la vista de la ventana y me vuelvo para encontrar a Victoria, usa un vestido de lentejuelas doradas, su hermoso cabellos largo y oscuro resalta su cara perfilada. Esta hermosa esta noche.
–¡Wooooow! –Le silbo como una ayudante de una obra de construcción. Tomo su mano y le doy una vuelta. Su pelo me pega en la cara y huele a mango –.Me vas a opacar –La acuso poniendo mis manos en mi cintura.
–Tú eres la más hermosa de todas, lo juro. –Me alaga.Y me rio de su comentario tan especifico.
Me giro y me observo en mi espejo que está a un costado de la ventana. Vestido de manta, ceñido de la cintura para arriba y toda la faldilla es airosa; cabello rubio alisado; ojos verdes resaltados y brillantes. Creo que hace tiempo no me sentía tan guapa.
Veo en el reflejo a Kate salir del baño. Me aparto mi fleco que cubre un poco mi ojo. Me doy cuenta que no es culpa de iluminación ni de espejismos.
Considero a Kate linda y bonita, pero, el día de hoy, parece sacada de una pasarela. Se ve coqueta, radiante y sexi; algo que, para ella, esta estrictamente prohibido.
<<Bien hecho>>, me felicito.
Le rogamos tantas veces –más de las que puedo contar –, Victoria y yo,para que se dejara consentir por nosotras y dejara su arreglo en nuestras manos;tanta insistencia funciono y supero su cometido: tener una Kateen todo su esplendor.Dejo aún lado sus harapos de señora recatada, para convertirse en una chica hermosa de nuestra edad.
Viste con un vestido ceñido color lila, que realmente hace un contraste hermoso con sus ojos azules. Esta maquillada sutilmente, pero lo que la hace atrayente, es el color rojo carmín con destellos que tienen sus labios. Su pelo castaño ondulado cae hasta la mitad de su espalda.
Creo que más de la mitad de los idiotas de la fiesta, pelearan por un baile con Kate.
¡Está preciosa!
Victoria, se me adelanta y le da una palmada en el culo a ésta.
–Kate, ¡Maldita sea! ¿Cómo demonios no me di cuenta que puedes ser mi rival de amores? Estás... -Le recorre el cuerpo con los ojos antes de lograr conseguir un adjetivo que describa lo bien que se ve. –...simplemente eres una combinación de todo lo zorra y sexi, con algo de dulce y casta; también puedes agregarle... –da la vuelta alrededor de Kate para darle un mejor vistazo. Mi pobre amiga genio agacha la cabeza y se separa el pelo de la cara. -... ¡Perra hermosa! ¡¿Dónde escondías todo eso?! –Kate levanta la cara sonrojada y tiene una enorme sonrisa de oreja a oreja.
–Estamos listas. –Les digo. Esta noche es para celebrar

El pasado deja su huellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora