Capítulo 7

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  Primera Dama R&TS  

  Mi mente recauda la información del encuentro de hace unas horas atrás. Y – ¡Maldita sea! – la piel se me eriza de los recuerdos tangibles memorizados, parte por parte, caída por caída. Su sonrisa particular y autentica, que fue la recompensa de mi ridículo.
Me quito de las piernas de Jasón y me siento a lado de él en el sillón. Aprieto mis ojos con fuerza y encuentro el valor de abrirlos lentamente; aferro mis dientes a mi labio superior, me obligo a no darle importancia a mis mejillas cosquillantes. Encuentro a Justin parado cercas de la puerta principal, con manos en los bolsillos y su mochila cuelga en su hombro izquierdo; da una leve escaneada a toda mi casa, se detiene un poco en las escaleras por los sonidos que provienen de arriba. Se balancea de talón a punta y remueve su cabello con las yemas de sus dedos. Cuando nota que no tiene otra opción más que hablar o decir algo por su inesperada visita, habla después de aclararse la garganta.
–Vine a buscar a Nicole –la pronunciación de mi nombre, en la boca de Justin, es como una sinfonía interpretando una canción de pánico; nunca se sabe las reacciones que adopte mi cuerpo cuando habla él. En esta ocasión, me sorprendo de mi propia fuerza de voluntad y mi indiferencia. –, me ayudara con la materia de cálculo.
Dirijo mi vista a otra parte; el retrato familiar de cuando Nelson tenía 10 años y yo apenas 8, mamá apoya su mano en el hombro de Nelson y papá en el mío, mis padres se mantienen abrazados con su mano restante, todos sonrientes, yo muestro mi ventana de diente faltante. Si, la foto familiar parece mejor elección para mirar. Pero, como un imán integrado en mí al cuerpo de Justin, vuelvo la mirada a él,que sigue como poste parado. Me encantaría conservarlo ahí, seria dueña de una estatua de obra de arte exquisita.
¿Siempre se viste así? Con los pantalones muy caídos y camisas holgadas. Creo que le vendría mejor vestir como mi gladiador: pantalones ceñidos, camisa de polo fajada, cinturón y zapatos mocasines.
<<No lo mires a los ojos y todo saldrá bien>> me digo como un consejo de auto-supervivencia.
–Sí, mi cielo sabe algo de cálculo. –Jasón me rodea con su brazo sobre mis hombros, me aprieta a su cuerpo y me deposita un tierno beso en la frente.– ¿Cielo, estas bien? Estas muy caliente. –Me toca la frente y mejillas. Hago un intento de hacer un gesto afirmativo, pero no puedo de la vergüenza. Se la razón del porqué del estado de la materia de calor, más no puedo proporcionar el factor que lo emite: Justin.
–Es que está muy sofocado aquí. –Abanico mi cara con ambas manos y finjo que me quito unas gotas de sudor de la frente, que, curiosamente, sí tenía algunas acumuladas. Justin empieza a palmear el piso de mármol con la suela de su tenis, está impaciente. O tal vez se siente incómodo de interrumpir los arrumacos míos y de Jasón que claramente conllevaban a otra cosa. Quiero estrangularlo con la mirada y poner mi mejor cara de asesina en serie, porque su impasiencia está logrando irritarme.
–Es mejor que me vaya. –Mi gladiador, capta la incomodidad que el momento nos ofrece y, como el chico bueno que es, me quita su brazo y, antes de que se levante, me aferro a él como mi salvavidas, lo abrazo muy fuerte y muerdo de su camisa. No puede irse, no podré resistir otra de mis estupideces. Sé muy bien el efecto de esos ojitos mieles prepotentes en mí.
–No te vayas –Le suplico con mi voz melosa y repaso mi mejilla por su camisa; el olor a limón se impregna en mi fosas nasales y gozo de la familiaridad de su perfume.
–Cielo, tengo algunas cosas que preparar. ¿Recuerdas que mañana son las elecciones?
Ruedo los ojos y le quito los brazos de encima, por no decir que lo aviento como una clase de repelente que me hace daño.
¡Elecciones! ¡Elecciones! ¡Elecciones!
Espero que sus <<elecciones>> también lo besen y, así, deje de ser tan empalagoso conmigo.
Se levanta y se inclina para darme un beso en los labios, pero yo, en mi estado de enojo, me giro y su beso aterriza en mi mejilla. Siento que sonríe. Lo empujo de su pecho para alejarlo de mí contacto.
Estoy molesta, y no permito que nadie se me acerque mucho cuando me emergen las ganas de pegarle una patada a todo aquel que se aparezca en frente. Mi hombre interno, René, está empezando a aflorar, cuan flor en plena estación de primavera.
<<Pareces un niño cuando quieres aventar patadas>> escucho los reproches de mí madre la "siempre-espectacular-perfecta-Denisse".
A la mierda con todos. A la mierda con mis actitudes de niño. A la mierda Jasón y sus elecciones. A la mierda yo. Y, sobre todos, ¡A la mierda Justin!
–Te tienes que ir ¿no?
Enarco mi ceja derecha mientras muerdo el interior de mi mejilla. Él me mira con su sonrisa dulce y hace ojitos. Le volteo la cara por traicionero.
–Nos vemos mañana, Justin.
Mi novio, al llegar casi al umbral de la puerta, choca las palmas con Justin como si fueran amigos cercanos, lo cual no son. Los hombres tienen ese <<algo>> que los hace socializar tan rápido. Las mujeres somos más selectivas –por no decir complejas–: no le hablamos a cualquiera.
–Sí, nos vemos en clase–Contesta Justin. Frunzo el ceño. ¿Cuándo me iban a informar que tenían una clase juntos?–.Espero que ganes, Jasón, eres el mejor. Tu tranquilo con eso del discurso. Ya te dije, solo es cosa de que las palabras conecten con tus pensamientos. –Presto atención a la plática y agudizo mi oído para escuchar la contestación de mi novio.
–Gracias por la ayuda, Justin. Así lo haré. –Tras darle un apretón de hombro a Justin, pasa el portal de la puerta. – ¡Te amo, cielo!–Me grita antes de cerrar. Y temo que todos los vecinos escucharon.
Ya después hablaremos de las declaraciones de amor en altavoz y la importancia de no armar un escándalo en el vecindario.
Justin, sin invitación, se sienta en el sillón de en frente en el que previamente lo ocupaba Nelson y su novia. Le doy la bienvenida a Justin intolerante.
Sus codos los apoya en sus muslos y sus manos juegan,abriéndolas y cerrándolas; cuando hace aquello, sus bíceps bajan e incrementan su volumen. Me humedezco los labios y distraigo mi atención a otro lado. El piso parece un lugar seguro de tentaciones.
–Comenzamos –Me ordena, no queda ni huella de la manera con la que hablo con mi gladiador, que era amistosa. No tiene la capacidad de preguntar: << ¿Comenzamos a estudiar?>> o << ¿Tienes ganas de estudiar? >>Él simplemente va y ordena. Me gustaría poder decir que lo odio por eso, pero la realidad es que me gusta, Me gusta que los hombres me ordenen y yo no pueda ni chistar para contradecirlos; pero solo algunos los obedezco, solo a aquellos que tienen en su timbre de voz dominio. Y Justin podría tatuarse <<Dominante>.
–Cuando quieras. –Le contesto sonriendo.
Me asombro de lo contenta que me encuentro. Me trata tan frío y prepotentemente, que no doy cavidad a lo bien que reacciono cuando lo tengo cercas. A cualquier otro lo hubiera dado una cucharada de su propia medicina; pero él es diferente. Y realmente no sé asociar con algo lo que me sucede con él. Quizá soy vulnerable porque una parte de mí sigue recordando con cariño nuestras hazañas de niños. Me cerebro trabaja solo en los recuerdos buenos, y no permite que la verdadera Nicole salga en busca de batalla. Esa Nicole que no se desvanece con solo su voz y mirada. Ciertamente me desconozco, pero me gusta pisar terrenos peligrosos y desconocidos. Él no es peligroso ni desconocido, solo es algo receloso de guardar las distancia entre él y yo; posiblemente está convencido que si me da un poco de confianza, yo abusare de ésta y no lo dejare de agobiar. Y tiene razón, me encantaría saber más de él, descubrir si él me sigue recordando con afecto, tan solo preguntarle si guarda recuerdos buenos de nuestra infancia. Pero por el momento, pienso ir con calma. Así que si solo quiere estudiar, eso es solo lo que sucederá; sin presiones o insinuaciones de ningún tipo.
-¡Comencemos!



********



Correr en un diámetro de 15 metros, nunca ha sido mi fuerte. Prefiero los abdominales, sentadillas, lagartijas, o un partido de Fútbol. Pero, correr al medio día, en la clase del entrenador Casper, con un sol que quema hasta los ojos, con la quejosa de Victoria a lado, es lo peor que te puede pasar a la mitad de semana.
Avivo mis energías tomando agua de mi botella. Inhalo y exhalo entre el galopeo de la corrida. Hecho un vistazo sobre mi hombro, compruebo que Victoria está atrasada al menos 15 pasos, inclinada con sus manos en sus rodillas y su coleta roza el suelo del concreto.

<<Solo una vuelta más>> me animo.
Se me hace más rápido el trayecto de la vuelta de la pista de atletismo,si engaño a mi cerebro y lanzo señales de superación, pero, en realidad, no sé cuándo se acabe este martirio. Imagino que mis piernas se agilizan más si visualizo que, al llegar a la meta, me estará esperando una hamburguesa con doble queso. Solo trato de concentrarme en un objetivo imposible.
En las gradas está sentado el gordo del entrenador Casper;cuando paso cercas de él, palmea sus manos, apurándome. Yo lo ignoro y sigo manteniendo mi ritmo constante.
Inhalo y exhalo.
Inhalo y exhalo.
Inhalo y exhalo.
Las pulsaciones de mi corazón van de 150 por minuto.
Tengo una duda que me gustaría resolver con el director: ¿Por qué el profesor es gordo? Los profesores que imparten la materia de gimnasia, deberían ser atléticos, por no decir que musculosos, porque eso ya es mucho pedir.
Quito mi fleco de mi ojo derecho y me lo pongo detrás de mí oreja. Resoplo y me obligo a ir más rápido. En el aumento mis piernas vibran y se inyecta una adrenalina, que comienza a causar sus efectos.
<<Solo una vuelta>> me recuerdo.
Unas gotas de sudor se esparcen por mis mejillas hasta llegar a mi mentón, otras más se producen en mi frente arrugada. Las retiro de un tirón con mi antebrazo izquierdo.
Los trabajos físicos, para mí, es mejor describirlos como <<Físico-mentales>> Todo se deriva en ello. Por supuesto que también debemos entrenar el cuerpo, ¿Cómo correr un maratón de 15 Kilómetros, si no has corrido ninguno? No hay manera de hacerlo. Todo en la vida se trata de <<Preparación>>, todo requiere de ello. Hasta las cosas más simples, como: comer por si solos, caminar, conducir, bailar. Todo, por más mínimo que parezca, se debe preparar. Los maratones también requieren un esfuerzo extra; se trata de resistencia mental, tanto como física. ¿Cómo lograr algo si nuestro cerebro coordina ideas perdedoras? No se llega a la meta con ideas pesimistas, por el contrario, nos atrasa y profundizamos pensamientos no gratos para el nivel de nuestras capacidades; solo nos auto-compadecemos de notros mismos, por algo que, según, sobrepasa nuestra resistencia. En sí, esto se trata de tener la mente cerrada y coordinarlos en un solo objetivo, que es el triunfo. Y así es como se logra llegar al final del maratón, con preparación e ideas de triunfo.
En cuanto cruzo la línea blanca de la meta, alzo los brazos y cierro mis manos en puños, e imagino que una multitud de personas se regocijan por mí llegada en tiempo record: me aplauden, me silban, me aclaman, me avientan rosas. En fin, soy una ganadora.
El entrenador hace sonar su silbato, sorprendiéndome por completo; todos mis compañeros nos acercamos para formar un círculo alrededor del entrenador, en medio de la pista atlética. Comienzo a trotar más ligeramente, hasta reanudar mis movimientos en una caminata. Victoria llega hasta a mí, con su respiración entrecortada, infla sus cachetes y deja fluir su exhalación.
–No puedo más –Arrastra sus pies al grado de podar un poco de pasto en cada paso; la parte central de pista,está constituida por área verde, a la cual se le da mantenimiento todos los días porque, estudiantes como Victoria, parece que no están al tanto de lo importante que es cuidar las zonas en las que habita naturaleza. –. Ayer Brad me dejo molida. –Me dice en voz quejosa y papujada. Deja caer su brazo en mi hombro, e intento seguir caminando cargando su peso y el mío. Ambas parecemos supervivientes de la guerra; yo un soldado intentando ayudar a un colega.
– ¿Esta qué hora termino?
–Solo te digo que cumplió un noventa por ciento a lo que tu hermano me tenía acostumbrada. Nadie me ha satisfecho como la hacía Nelson; algo tan grande como él es difícil llenar.
Me alejo de ella instintivamente; Victoria se destantea pero, inmediatamente antes de que alguien lo note, logra incorporarse con una mueca de dolor.
No quiero escuchar detalles de mi hermano y esa cosa suya que tiene, que, aparentemente, a todas las deja muy contentas, dejando un listón muy en lo alto imposible de desanudar.
Me reúno en el círculo; algunos de mis compañeros –y amigos– están acostados en el césped con ojos cerrados, tratando de sobreponerse de las 7 vueltas de 300 metros, que el negrero profesor nos hizo dar. Me siento cruzando mis piernas desde el momento que me dejo caer; un momento después, Victoria ocupa su lagar a lado mío, acompasando sus respiraciones agitadas, igualmente se tira al pasto con su antebrazo cubriendo sus ojos. Su actitud es algo extraña, ella es muy deportista; Brad debe ser bueno, rara vez se muestra cansada, de hecho es ella la que siempre me anima a seguir corriendo.
Pongo las manos en mi cadera, saco y meto mi pecho a manera de estiramiento. Mi coleta esta guanga, y algunos de mis cabellos se lograran zafar hasta pegarse en el sudor de mi frente y mejillas. Soy una fea ninfa bañada de su propio sudor, que poco atractivo tengo.
– ¡Vamos! ¡Vamos, chicos! –El maestro trata de llamar nuestra atención aplaudiendo. Algunos empiezan a gemir adoloridos y se reincorporan pausadamente.
Kate tiene suerte de no asistir a esta clase, pues tiene asma; ella tan solo presenta algunos reportes de clase, mientras se queda en compañía de los más cerebritos destacados que, casualmente, todos ellos también son receptores de la misma enfermedad: asma.
– Bueno, chicos... –El maestro empieza a parlotear instrucciones sobre la siguiente de sus clases. Lo veo mover sus manos exageradamente, y hace énfasis alzando la voz, remarcando lo más importante, mientras su pansa floja tiene el efecto de agitarse con cada uno de los movimientos.
Después de sus órdenes y regaños, nos invita a tomar una ducha y, al quitarnos los rastros de transpiración, ir a al auditorio para escuchar la anunciación del nuevo presidente estudiantil de este año.
En la primera hora de la mañana, paso una urna a cada uno de los salones, en la cual debimos depositar nuestro voto. Obviamente vote por Jasón. Este año solo se postularon tres: Sandy; una morena guapa que intenta competir con ideas absurdas como << Permitiré que todos se escapen de clases sin tener sanción de los maestros>>, eso es, en términos agradables, idiota e idealista, en ninguna escuela se les apremia por no asistir a clases, por ideas como esas, es por lo que objeto que necesita un cerebro; también es jefa de porristas, con un escuadrón lleno de tontas siguiéndola. Ésta forma parte del grande club de <<Unidas para destrozar la relación de Nicole y Jasón>>, aunque ambas somos hipócritas y nos tratamos con cordialidad. En algunas ocasiones la he visto comportándose muy amistosa con mi chico, Jasón, como siempre diré, es muy ingenuo y no logra captar lo asechado que esta por las mujeres; algunas, como Sandy, no escatiman en atenciones con él. Sandy es la rival más fuerte, en las encuestas estaba 25 votos debajo de Jasón. Algunos de los chicos se dejan llevar por el atractivo y olvidan que existe algo más importante, que es la inteligencia y la coherencia de las promesas.
El otro competidor, Braulio, tiene cero posibilidades de ganar. Él solo tuvo 30 votos a favor en las encuestas. Es muy inteligente, es por ello que forma parte de <<Los inadaptados sociales>>. Es cruel etiquetar a las personas según gustos y talentos, pero la sociedad estamos jodidos y, aunque quisiera, no puedo cambiar las costumbres que adoptamos desde pequeños.
Algunos, a los 5 años, hacíamos a los niños a un lado porque les gustaba comer plastilina y sacarse los mocos; al momento de realizar una actividad, los excluimos y no permitíamos que se agruparan. A esos que rechazamos, tuvieron tres alternativas: 1. Cambiaron su modelismo y fingieron ser como no son, para ser aceptados en un ámbito social. 2. Al paso del tiempo crecieron con una autoestima baja y creyeron que por ser así, todos los iban a rechazar por el simple hecho de comportarse diferente. 3. Todas las críticas y rechazos no les importaron en nada, y fueron conscientes que cada ser humano contamos con diferentes aficiones y talentos.
Las personas nos mostramos crueles etiquetando y haciendo a un lado a aquellos que no tienen gustos <<normales>>, por así llamarlos; creemos que para ser popular es necesario: vestir bien, ser arrogante, tener una actitud de líder, no ser reservado y todo el tiempo estar contento. Pero ninguna de esas cosas es necesaria, son solo estereotipos que nos muestran en todo medio de comunicación. Ser popular o aceptado no es importante, lo que interesa es aceptarnos a nosotros mismos, por lo que somos y no somos. Tenemos limitaciones con las que otros cuentan, y eso también nos hace especiales: saber que nadie puede plagiar, por más intentos que hagan, no pueden imitarnos.



********



Al salir de las duchas –arregladas y perfumadas para el futuro triunfo de mi novio–, Victoria y yo vamos a recoger a Kate al salón, en cuanto se nos une empieza a contarnos de los problemas matemáticos que resolvió con sus amigos genios; le prestamos atención y escuchamos su interesante historia de todas las operaciones que tuvieron que realizar para encontrar el valor de la incógnita 'X'. Kate es sumamente diferente a nosotras, a ella no le interesan los asuntos de novios y todo eso del romanticismo, nunca ha llorado por amor, solo vela por conservar su dichoso promedio de 10. Por consecuente, nunca ha tenido novio y tampoco ha entregado su primera vez y, aunque ella se niega a hablar y dar detalles de ello cada vez que sacamos el tema, solo se ha besado con un chico, por una apuesta que le impusimos Victoria y yo. A decir verdad me siento un poco culpable por eso, le hice dar su primer beso a fuerzas, ella mantenía una idea muy ilusionada de cómo debería ser su primer beso, y se lo arruine. Pero yo sé que ella será recompensada, porque siempre es muy buena e intenta a ayudarnos en todo. Kate es muy guapa, aunque se esconda en su actitud tímida, sé que un hombre la valorara y reconocerá que ella lo tiene todo para hacerlo feliz.

Cruzamos las puertas del auditorio que revienta en alumnos. Murmullos y gritos se escuchan, haciendo qué, cuando quieres hablar, tengas que elevar la voz al grado de casi lastimar el oído de tu compañero de alado. Todos queremos saber quién será el triunfador de la contienda electoral estudiantil. Escuche que algunos hicieron sus apuestas con extravagantes sumas de dinero, yo me reúse en participar, es algo bajo que apuestes sabiendo de ante mano quien ganara.
Mis amigas y yo, nos sentamos en los asientos acolchonados de la primera fila, así tengo la vista perfecta para enviarle besos a mi novio cuando le concedan el triunfo.
El auditorio está decorado con algunas de las fotos de Sandy, Braulio y Jasón. Por cierto que mi gladiador muestra su maravillosa sonrisa, que hace saltar a cualquiera de la atracción visual. Él es hermoso.
En el escenario hay tres pancartas, una de Braulio, una Sandy y por ultimo Jasón; colgadas en ese orden desde el techo hasta pegar al piso de madera. Elevo mi rostro y veo que arriba del escenario, hay globos de color blanco, que esperan a cuando se anuncie el ganador y caer sobre todos los reunidos en el auditorio.
Aprieto mis puños y trato de calmar a mis pies impacientes de caminar cual loca en plena crisis. Confió plenamente que mi gladiador saldrá victorioso, se esforzó y trabajo mucho en cada una de sus promesas; quizá no sea igual de importante que mi hermano, pero al menos sé que seguirá sus pasos.

Kate y Victoria no me hacen fácil la impaciencia, hablan a través de mí, haciendo caso omiso de mi presencia de en medio de ellas. Kate decía algo de: <<No sabes cómo lo vi, Vicky, ¡Tenia arremangada la camisa y sus bíceps salían a la luz!>>, ella esta entusiasma de ver su maestro español. Cómo, dónde y porqué se lo encontró así, lo desconozco por completo. Victoria, con su actitud libertina, le dice: << ¡Joder, Kate! Hubieras cerrado el salón y le hubieras sacado la camisa con la boca>>. Kate se sonroja y le contesta algo a Victoria que no escucho del todo bien.

Los asientos, aunque reclinables y acolchonados, me incomodan; siento esa creciente necesidad de caminar que se acumula en mis pies, solo me sucede cuando estoy desesperada y nerviosa. Y este es un caso es tal la impaciencia, lo cual aumenta mis ganas de hacerlo.

A Jasón no lo vi en la mañana, a él le correspondía ser mi chófer para asistir a la escuela, pero en lo noche me llamo disculpándose. Me enoje, pero caí en cuenta que me estaba comportando como una egoísta. Las relaciones son de dos. Dos seres humanos que se unen para conllevar una vida juntos, apoyándose cuando cada quien lo necesita, estar animándose cuando las cosas van mal y no se encuentra la salida; la unión que se requiere entregar tanto como recibir. En mi caso, olvide lo que significa; por lo tanto, si esto es lo que mi gladiador quiere, lo apoyare y no me comportare como una vil egoísta que solo piensa en sus necesidades.

Las cortinas se cierran y obstruyen la claridad del sol, nos quedamos iluminados solo por el reflector que se encuentra desde arriba para dar luz directamente al podio. El ruido que emite el micrófono al ser prendido, nos aturde. Miro sobre mi hombro y veo que el Director trae consigo un sequito de profesores atrás de él, caminando por largo pasillo para llegar hasta el escenario. En cuanto cruzaron la puerta de la entrada del auditorio, todos se callan, pues saben que el director no es muy tolerante. Aunque el hombre en cuestión es muy bajo de estatura, tiene un carácter del demonio y unos pulmones fuertes que le permiten gritar y asustarte; es alguien que irradia respeto y temor a la vez.
En mi primer año fui regañada por este espécimen. Arme un relajo en la escuela, solo porque la cafetería no había servido pastel de vainilla como estaba previsto. La rebelión, que yo comandaba, gritaba indignada afuera de la dirección.El director, mostrando todo su mal carácter, nos mandó a callar a todos y pregunto quién los había incitado a ese desorden, como era de esperarse, todos se limpiaron las manos y me apuntaron como líder principal. No me quedo de otra que aguantar las reprimendas y el castigo, pero por esa experiencia, sé que el director puede llegar a ser muy estricto.

En el escenario, hay una mesa de media luna con cuatro sillas, esos puestos los ocupan los profesores entrantes. El director se para atrás del estrado. Le da unos golpecitos al micrófono y, de nuevo, el escandaloso ruido nos aturde; se aclara su garganta y tira de su corbata.

–Buenas tardes alumnos del R&TS –Los altavoces retumban por la grave voz del director, su timbre es similar al de una anciano, aunque el hombre solo tengo aproximados 38 años. –. Nos reunimos para anunciar al Nuevo presidente estudiantil 2013-2014. Ejerciendo el valor de la democracia. Estas votaciones han sido muy reñidas, solo por 9 votos arriba estará ganando nuestro siguiente presidente, pero antes de anunciarlos, presentaré a los candidatos para el puesto –hace una pausa y carraspea antes de continuar. –La Señorita Warner.
Sandy, entra por la lateral izquierda, ganándose chiflidos y aplausos; me guardo las ganas de abuchearla y me limito a rodar los ojos. Ella entra segura, con un insulto de falda, mostrando sus piernas flacuchas y morenas, pavoneándose en su caminado como si fuese una modelo. Se para en el centro y le avienta un beso y guiña el ojo a sus admiradores; saluda, con su maravillosa sonrisa falsa, a los maestros sentados. Se ubica de nuevo en el centro y pone sus manos en la cintura. Toda ella está confiada de que ganará.
–El Señor Collins.
Solo algunos se animan a aplaudir; yo lo hago con más fuerzas y silbo emocionada. Victoria y Kate se unen conmigo, y se desgarran en gritar y aclamar como yo. Braulio,después de una larga espera, entra por la lateral de derecha, llega con la cabeza baja y su postura tímida. Se para en frente y saluda hacia nosotras, nos regala una sonrisa tímida. Victoria se levanta y empieza a lanzarle besos. <<Papacito>> le grita acompañado de un silbido. Después de eso todos rompen a aplaudir, pero ya no sé a quién van dirigidos, si a Victoria por su audacia y falta de pena, o a Braulio que levanta la mirada y se olvida de su timidez para enviarle un beso de vuelta a mi amiga. En fin todos aplauden y me alegro por él, porque olvido por un momento su nervosismo. Saluda a todos los maestros y coloca a lado de Sandy, ésta siente se retuerce y no se contiene al mostrar su cara de asco.
–El señor Anderson.
Me levanto de mi asiento y me pongo a brincar. Silbo, grito, me emociono. Jasón entra por la lateral izquierda del escenario, con su espectacular sonrisa con la que me conquisto. Todos gritan y se vuelven locos por mi novio, aplauden, se paran y silban. A todos nos queda claro que mi gladiador es el favorito. Él está al pendiente de mí, cuando saluda en el centro no aparta sus ojos de mí presencia. Y yo, igualmente, no tengo ojos para nadie.
Esto es el amor: que exista un carnaval a tú alrededor y solo ser conscientes de distinguir a él/ella en medio de todo la muchedumbre.
Le aviento un beso que él atrapa y se lo lleva directo a su corazón. Me guiña un ojo y con su labios me dice <<Te amo>>. Quiero correr a abrazarlo por ser siempre tan tierno conmigo, me contengo porque al director no le gustará mucho mi arrebato. Saluda a todos los profesores con una afabilidad que logra que se pongan de pie. Cuando se posiciona en su lugar del centro, Sandy no pierde oportunidad para tomarlo de su brazo y cruzarlo con el suyo. Le dice algo al oído, a lo que Jasón corresponde con una sonrisa y una contestación que lo obliga a encogerse a la altura de Sandy y zurrarle al oído.
Me siento y cruzo mis piernas para no permitirme moverme y arrancarle los pelos a los dos. Principalmente a la morena cusca.
Los aplausos y gritos se apagan, deteniéndose todos y dejándonos en un silencio sepulcral mientras el director se decide a hablar. Los profesores se pasan un sobre hasta llegar a las manos del honorable director, en el cual seguramente se encuentra el nombre del ganador.

<<Por favor, ayúdanos a que gané Jasón. Él es bueno y se ha comportado bien, tiene buenas ideas y nunca defrauda a nadie>>Hago una breve oración momentánea, dirigida indirectamente a Dios.
Cruzo mis dedos mientras el director habla de lo importancia de competir y bla, bla, bla, No quiero poner atención.
–Justin está a tu derecha en la primera fila –Me susurra Kate. Sus ojos azules chispeantes dirigidos al otro lado del corredor que separa las filas de los asientos para llegar hasta el escenario. Yo conozco esa mirada, y solo me indica que le gusta Justin. La conozco desde niña, y sé distinguir la pequeña dilatación de sus parpados, acompañado de un destello en su iris azul –que no tiene nada que ver con el enfoque de la luz–. Hace tiempo que no localizaba esa mirada en ella.
Sigo la dirección de sus ojos, veo a Justin en el asiento segundo antes de llegar al final para iniciar el corredor. Platica con un muchacho de alado suyo, sin despegar la vista al escenario, con sus brazos cruzados hasta el pecho. Contemplo su perfil, tiemblo y empiezo a sudar.
Hay detalles que note ayer en su visita en mi casa. Uno de ellos es que cuando termina de hablar, tiene la costumbre de mojarse sus labios; el otro es que, se peina por mero impulso y costumbre, o se toca el pelo cuando está concentrado y analizando las respuestas. Son detalles a los cuales preferiría pasar por desapercibidos, pero una vez grabados, es difícil que se me olviden. Mi mente se confabula con el resto de mi sistema corporal, para tener presente sus comportamientos, y de ahí parte mi manera de actuar cuando él está cercas.
–... ¡Jasón Anderson!
Los globos blancos caen sobre nosotros. Atrapo uno y lo aviento hacia tras. Me levanto y comienzo a aplaudir descontrolada.
¡Mi gladiador gano!
Sandy atrapa a Jasón en un abrazo. No le prestó atención, aunque sé que su intención es lograr que me ponga celosa, pero por hoy no lo conseguirá. Estoy demasiado entusiasmada con la idea de ser la primera Dama de R&TS.
Jasón, cuando logra quitarse de las garras de Sandy, le da un efusivo apretón de manos al director seguido de un abrazo caluroso; el director ríe y acepta el abrazo. Luego mi gladiador comienza a saltar y lanza puñetazos al aíre de felicidad. Se baja del estrado y, en un arranque total de locura, viene hacia mí, me levanta a su altura y me estampa un beso en los labios mientras giramos. Percibo que mientras celebran, todos están observando nuestra muestra de amor. Lo empujo para que me suelte y no reciba una reprimenda de los profesores. Se ríe, no para de hacerlo, parece loco.
– ¡Lo hice, cielo! –Me grita.
Todos los demás –incluidas mis amigas que se encuentran alado nuestro mirando el espectáculo de felicidad que ofrecemos– no dejan de aclamar <<Jasón>>. Me sorprendo que al momento de tocar el suelo, Justin se encuentre a tras de Jasón. Mi novio, al sentir que le colocan una mano en su hombro, se vuelve y tan demostrativo como siempre, lo abraza. Justin, asombrado de lo que hace, recibe el abrazo mientras se ríe. Sus dientes dejan de ser un anonimato para mí y, por supuesto, no son chuecos ni amarillos. Tiene una impresionante ortodoncia; dientes blancos, delineados y relucientes.
Kate encuentra mi mano y me la aprieta. Esté sonriendo y su mano tiembla ligeramente, le sonrió, sé muy bien lo que ese gesto significa, lo estipulamos hace tiempo cuando niñas. No me queda duda que a ella le gusta Justin. Y no me sorprende. ¿Qué mujer seria lo suficientemente ajena a esos ojitos claros?

– ¡Fiestaaaaaaaaaaaaaaa! –Proclama Victoria. Todos ovacionan más fuerte.   

El pasado deja su huellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora