Desperté incómoda, me encontraba sentada en una silla de madera, mis manos estaban atadas a la silla al igual que mis piernas, lancé un siceo. Tenía que salir de aquí, primero analice el lugar, no sabía donde me encontraba, frunciendo el ceño pase la mirada por la habitación, esta se encontraba sumida en la oscuridad, las paredes, pintadas de naranja iluminaba el lugar, parecía la habitación de alguien, ya que en el fonde había una cama matrimonial.
Empecé a hacer memoria de los sucesos, me congele y cerré los ojos, solo espero que mi familia este bien. Tengo que salir de aquí, comencé a forcejear mis manos para desatar las esposas, frunci el ceño,el problema era que no consumía sangre humana, Adam me lo había comentado, sino consumes sangre humana eres débil, y en estos momentos esa situación se veía reflejada, no lograba romper unas simples esposas.
-Buenos días hermana, por fin despiertas. -Saludó mi hermana entrando en la habitación.
Rodé mis ojos mientras ella se acercó hacia mi.
-Eres una hija de puta. -Escupi las palabras con todo el odio del mundo.
Ella era una maldita perra traicionera, juro que la odio con toda mi alma,si es que aún tengo una.
-Cuida esa boca Lucinda. -Pidió con una sonrisa. -Alice quiere conocerte.
Apreté mis labios, tenía que planear algo, no quería ser otra vez una damisela en apuros, ya estaba harta de ello.
-¿Te quedaste muda hermana? .-Lizzy preguntó en tono burlón.
Ella quería hacerme enojar, lo estaba consiguiendo, pero no lograría que saque esas emociones a flote, no iba a darle ese gusto.
- ALICE, PASA. -Gritó Lizzy.
La puerta se abrió de un segundo a otro y la luz iluminó la habitación. Una mujer entró, esta era de estatura mediana.
Su cabello negro y rizado caía sobre su espalda de forma desordenada, su piel color caramelo le daba un toqué exótico y una belleza peculiar,cuando llegó hacia mi sonrió mostrando todos sus dientes blancos y perfectos,me analizó de arriba a abajo con sus ojos verdes, estos tenían una pizca de burla y diversión.
-Así que tú eres Lucinda. -Dijo con recelo, su voz era suave y cantarina.
Mis ojos se posaron en ella, me quedé en silencio, mis labios no iban a abrirse, al menos, no por ahora.
-Oh, le comió la lengua la sanguijuela. -Lanzó una carcajada, mi hermana la acompañó con su risa. Frunci el ceño. -Aunque tengo enterado que tu también eres una especie de chupasangre también.
-Así es Alice. -Mi hermana lo afirmó. Lance un pequeño bufido y me concentre en sus movimientos, estos eran toscos y descuidados, muy distintos a los ágiles y musicales movimientos de los vampiros.
-Las vueltas de la vida son maravillosas. -Alice dijo contenta. -La peor mierda que me topé en mi vida se casó contigo.
Lanzó una risa, la cual parecía demente, de un segundo a otro su mirada se ensombreció y de un movimiento su cara quedó a centímetros de la mía. Su respiración era acelerada.
-¡Y además tuvieron a una pequeña sanguijuela!. -Exclamó con furia. -Yo quería todo eso con James y él me lo arrebató. Ahora seguro te preguntarás como sobreviví, bueno te lo diré.
Se alejó de mi y comenzó a caminar dando pequeños pasos por el pasillo.
-Cuando Aaron mando a Adam para que nos asesinara, tu noviecito tuvo una mejor idea, hacer sufrir a James, y para hacerlo sufrir tenían justo su punto débil, ese era yo, Adam me torturó frente a él innumerables veces, espadas de plata cortando meticulosamente mi piel, monedas en mis brazos y hasta en mis ojos, ¡Era tan ingenioso esa sanguijuela!. El último día él me mató, o al menos eso pensó que hizo, ya que el idiota era solo un novato.
<<Logre escapar, me escodi y fingí mi muerte, luego de más de cien años sola conocí a Lizzy, tu hermana, ambas nos enamoramos, siempre me gustó romper las reglas, y los brujos con hombres lobo no deben juntarse. Yo no sabía que Adam estaba aquí hasta que Elizabeth me comentó lo de tu boda querida, es fascinante como el destino quiere reunirnos.
Trague saliva ante su relato, Alice estaba desquiciada. Se acercó a mi y me regaló una sonrisa lobuna.
-Ahora yo te haré todo lo que él me hizo. -Murmuró amenazante. -Y mucho más.
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El secreto de mi jefe [Sin editar]
RomanceAdam Witman, las mujeres lo definen como perfecto, un dios griego. Aunque posee un gran secreto, oscuro y poderoso que nadie sabe. Lucinda es una joven que trabaja en la empresa del magnate Witman. Ella día a día tiene que soportar a su irritante je...