Abro mis párpados de apoco,esta todo oscuro y solo hay una pequeña ventana en un costado que dejaba entrar unos escasos rayos de luz. Frucí el ceño,no sabía donde me encontraba,el olor a moho inundaba mis fosas nasales revolviendome el estomago.
Estaba en una silla de madera,atada,mis pies y mano estaban atados y no podía moverme,suspire y recorrí con mi mirada toda la habitación,parecía un sótano,las paredes estaban pintadas de blanco y se descascaraban,parecía un sótano,luego el lugar se encontraba completamente vacío.
-Hola-Me saluda una voz masculina,no logro ver de quien es,distingo dos figuras pero no puedo verles el rostro.-Al fin despiertas,creo que Francis te sedo demasiado.
Tengo miedo,pero no voy a mostrar debilidad.
-¿Quienes son ustedes?-Pregunte,mi voz sonó rasposa.
El desconocido enciende un interruptor y una lamparita se enciende, puedo ver sus rostros,los evaluó.
Son dos,el primero es alto,rubio y delgado,su piel es pálida y tiene ojos rojos. Trago saliva involuntariamente, son vampiros.
El segundo es un poco más alto que el rubio,probablemente mida un metro con noventa centímetros;enorme. Sus brazos eran fornidos, su cabello castaño claro le caía en la frente de forma despreocupada,sus ojos eran rojos,pero de un rojo intenso,piel pálida y labios ligeramente gruesos,parecía de unos diecinueve años,había que admitir que era asquerosamente guapo,pero claro,todos los vampiros eran guapos.
-Lucinda me presento,soy Aaron-Dice el castaño-Y él es francis-Señala al rubio.
-¿Que mierda quieren?.-Pregunte-Dejen que me valla.
Aaron soltó una risa escalofriante y negó con la cabeza.
-¿Que dices Fran la dejamos ir?-Le pregunta a su compañero en tono burlón,él solo eleva las comisuras de sus labios.
Suspire,quiero irme de aquí. ¿Por qué mis manos tienen que estar atadas?.
-Creo que tendríamos que desatarla -Dice el supuesto Fran,su voz era rasposa,como la de un fumador.
Aaron suelta un bufido pero luego asiente con la cabeza,se acerca a mi y me tenso, no lo quiero cerca,de hecho tengo miedo de que me hinque sus colmillos.
Me desata,siento que la presión en mis manos desaparece,espero que se aleje y a los pocos segundos de observarme lo hace.
Llevo con cautela mi mano derecha al bolsillo trasero de mis pantalones,lo toco pero no encuentro nada,ahí tendría que estar el aparato que Adam me dio.
Aprieto mis labios.
-¿Buscabas esto cariño?-Pregunta Aaron con una sonrisa maliciosa. En sus manos tiene el botón anti-panico. Lo aprieta entre su palmas y el objeto se hace añicos,al igual que la poca esperanza que me quedaba.
Suspire y lance un gruñido de frustración.
-Dejen que me valla-Repetí esta vez en voz más alta.-¿Que mierda quieren?.
Estaba perdiendo la paciencia, y eso significaba que mi carácter de mierda estaba saliendo a la luz.
Sonríe y se acerca nuevamente a mi,nuestros narices casi se rozan,Aaron esta muy cerca mio,mi labio inferior empieza a temblar y toda la seguridad que siento se esfuma.
-Eso es imposible -Susurra en mi oído.-Tu eres lo que quiero.
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El secreto de mi jefe [Sin editar]
Roman d'amourAdam Witman, las mujeres lo definen como perfecto, un dios griego. Aunque posee un gran secreto, oscuro y poderoso que nadie sabe. Lucinda es una joven que trabaja en la empresa del magnate Witman. Ella día a día tiene que soportar a su irritante je...