-Ahora yo te haré todo lo que él me hizo. -Murmuró amenazante. -Y mucho más.
Trague saliva ante su amenaza,no me importa lo que pueda pasarme a mi, solo quiero que mi familia este bien, no puedo mostrarle ese punto débil que tengo, así le haría las cosas más fáciles.
-¿No vas a decir nada?. -Preguntó Alice con una sonrisa. Posó su mano en mi hombro,sus uñas de un segundo a otro se convirtieron en grandes garras, las apretó contra mi piel, cerré mis ojos y una sacudida de dolor invadió mi hombro, haciendo que lance un grito.
Sus garras recorrieron todo mi brazo derecho, el ardor era insoportable, la sangre salía como una agua corriendo por un río, abrí mis ojos y con valentía los fijé en mi hombro,la carne estaba desprendida en finas tiras y la sangre emanaba de el.
-Esto es solo un adelanto cariño. -Susurró en mi oído.
Y alejándose salió de la habitación, minutos más tarde mi hermana apareció, me miraba sin ninguna expresión en su rostro, limpio con un paño húmedo mi brazo, haciendo que muerda mi lengua por el dolor.
- Por suerte no tocó el hueso. -Fue lo unico que murmuró.
Le sonreí irónicamente.
-Es una suerte, ¿no?. -Dije con sarcasmo.
Lizzy rodó los ojos, haciendo que yo lance una carcajada. Me estaba volviendo histérica en estos momentos, mire mis muñecas, estas estaban con un poco de sangre seca debido a los forsejones que pegue para librarme de las ataduras, no tuve éxito, pero al menos lo había intentado.
-Mejor me voy. -Murmuró ella en tono seco y salió de la habitación.
Analice la habitación con detenimiento, tenía que haber una salida, no sería de nuevo una damisela en apuros, eso tenia que cambiar de una vez por todas.
La luz se filtraba por una ventana, esta estaba tapada por una fina cortina color blanco, esa sería una buena salida, solo tenía que desatar mis manos.
Un plan se comenzó a maquinar en mi mente, debía lograr que Alice desate mis manos, luego de eso estar sola y escapar, se veia sencillo, pero llevarlo en acción iba a ser todo lo contrario.
El hormigueo en mi hombro comenzó a disminuir, luego de eso caí en un profundo sueño.
Desperté con la luz pegando de lleno en mi rostro,comencé a parpadear repetidas veces para que mis ojos se acostumbren a la luz producida tanto por la lámpara y el sol.
-¡Por fin despiertas!. -Exclamó una voz con diversión. -Pensé que me había pasado luego de que te desmayaste.
Alice me sonrió y se acercó hacía mi, su cabello ahora estaba atado en una coleta. Llevaba unos jeans oscuros ajustados y unas zapatillas rojas de lona.
-Eres una hija de puta. -Masculle y lance un siseo. Los colmillos no tardaron en aparecer, esto hizo que ella comiece a reír.
-Estas atada cariño, por más que saques esos insignificantes y repugnantes colmillos, no podrás hacer nada. -Dijo con diversión.
Tomé aire, no iba caer ante sus juegos, ella quería hacerme enojar, y lo estaba logrando demaciado fácil.
Permanecí en silencio, ella se limitó a caminar por la habitación sin mirarme, fue hacia la ventana y suspiró mirando a través del cristal.
-¿Te cuento algo?. -Preguntó,no le contesté, entonces ella siguió hablado. -Ayer fui a tu casa, no había nadie, al parecer las sanguijuelas estaban informadas y te dejaron, eso hacen ellos, te abandonan, sin importar tus sentimientos.
El alivio se apoderó de mi sistema al escuchar que mi familia estaba lejos y a salvo.
-Ellos no son así. -Chille enojada. -Soy personas leales, que siempre están a tu lado.
Alice rió y se acercó a mi, estampó su palma en mi mejilla, haciendo que mi rostro se voltee para el costado y me empiece a arder la zona afectada.
Miré su rostro, era tan macabro y aterrador a la vez, ella estaba desquiciada, y no se podía hacer nada para que vulva a la normalidad,el rencor y resentimiento estaban en su interior, y permanecieron allí tanto tiempo que era imposible borrarlo.
-Si quieres matarme,hazlo ahora. -Dije seriamente.
Ella volvió a reír y una sonrisa cínica se apoderó de sus labios.
-Ya te lo dije, tengo otros planes para ti. Vas a sufrir Lucinda, y tu alivio será la muerte.
Acercó su boca a mi hombro,el cual no estaba lastimado, sus labios rozaron mi piel, trague saliva, no sabia que iba a ser y eso ponía mis nervios a flor de piel.
De un segundo a otro comencé a sentir un dolor agudo, grité y solloce, pero ella no se detuvo, mordió mi piel con mayor entusiasmo, desgarrando la carne.
-¡PARA YA!. -Grité no soportando el dolor. Puntos negros comenzaron a aparecer por toda la habitación, cerré mis ojos y se convirtieron en puntos blancos, las lagrimas empapaban mis mejillas.
Se alejó de mi y me sonrió con la boca llena de sangre fresca, el dolor no disminuía, de hecho se multiplicaba cada vez más, las lagrimas seguían surgiendo de mis ojos sin que pudiese evitarlo.
-Espero que entiendas lo siguiente, la muerte será tu cielo, y la vida tu averno. -Murmuró con gracia, se alejó y fue hacia la puerta, de un movimiento ella la abrió, y dándome una última mirada salió por ella.
Mi visión comenzó a tornarse borrosa, el sudor empapaba mi frente y algunas gotas rodaban por mi rostro, mi respiración se había vuelto irregular y el ardor en mi hombro no disminuía.
No quería ver la herida, ya que tenía miedo, no quería saber como estaba, tomando todo el valor posible, moví mi cuello y mis ojos se posaron en la herida.
Lance un jadeo al ver como estaba, un pedazo de piel estaba desprendida, se podía ver la carne y la sangre,que aún salía, los dientes de Alice estaban marcados en mi cuerpo. Tomé aire sintiéndo que me faltaba, recordé unas palabras que Lily me había dicho un día.
"Las mordidas de hombre lobo poseen veneno. Si uno te muerde pueden pasar dos cosas,mueres o te conviertes en uno de ellos. Los humanos se transforman directamente. Pero si eres vampiro, pasas a ser un híbrido, pero no se como sería en alguien como tú, ya que eres mitad humano y vampiro. "
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El secreto de mi jefe [Sin editar]
Roman d'amourAdam Witman, las mujeres lo definen como perfecto, un dios griego. Aunque posee un gran secreto, oscuro y poderoso que nadie sabe. Lucinda es una joven que trabaja en la empresa del magnate Witman. Ella día a día tiene que soportar a su irritante je...