Subí a una gran camioneta, sin siquiera mirarle.
Y pensar que lo odié, me agradó y ahora regreso a odiarlo con todas mis fuerzas.
El camino fue silencioso, y él sabía perfectamente que si hablaba, se arrepentiría. Varios minutos más tarde, la camioneta se detuvo en una linda y hogareña casa. Admiré un poco los alrededores, aún gustaba de los enormes jardines llenos de flores.
Jos bajó, y me ofreció su mano para ayudarme a bajar de igual forma, pero con la mirada muy en alto, lo ignoré completamente y caminé hacia la entrada por mí misma. Prontamente, un cálido saludo dirigido a Jos retumbó entre los pasillos de la casa cuando pusimos un pie adentro.
─¡Mi pequeño Jos!
Una sonrisa invadió mi rostro, pero la contuve inmediatamente. Por su puesto, me había burlado de su llamado.
─Hola, madre.
─Por fin te dejas ver, casi olvido el rostro de mi propio hijo ─dicho esto, y con una gran sonrisa, la mujer me miró─ ... ¿Con quién tengo el placer?
─Sky, ella es Melanie, mi madre. Mamá, Sky.
─¡Precioso nombre! ─exclamó y me estrujó fuertemente entre sus brazos─. No comprenderías lo inmensamente feliz que me hace conocerte.
Mi rostro cobró un rojizo color y mis ojos se achicaron.
─¿Qué nos hiciste para cenar? ─preguntó el maleducado de su hijo.
─Te encantará, lo prometo ─dijo ella, tomando de mi mano y conduciéndonos hacia el comedor.
Era una casa linda y acogedora, pero jamás se compararía con aquella cabaña que conocí durante las vacaciones; pues aquella, pecaba de lujosa.
─¿Eres alérgica a algo? Necesito saberlo, no me gustaría atentar contra tu vida la noche en que me conoces.
Reí un poco, esperando que eso no fuese un práctica normal, pues a juzgar por la clase de hijo que poseía, todo era posible.
La plática no pudo terminar, pues el molesto rostro de Jos apareció, fijando su mirada en uno de los estantes de la casa.
─¿Aún tienes esa foto? ─preguntó él tomando el portarretrato con suma prudencia.
─Claro que la tengo, y la atesoraré por siempre. Te ves muy apuesto.
─Preferiría que me dieran un tiro antes que alguien vea esto ─dijo y dejó el cuadro boca-abajo, para regresar y sentarse propiamente en el comedor al que habíamos llegado.
─Oh, vamos, Jos. Acomoda eso nuevamente, ver esa foto todos los días me inspira.
─Tus inspiraciones son ridículas, Melanie ─dijo él.
─Yo quiero verla ─solté sin más. Ambas miradas se clavaron en mí; Melanie sonrió rápidamente, pero Jos, quiso asesinarme y esa era mi principal objetivo─. ¿Puedo?
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Eres Mía
Teen FictionLa vida que Sky tenía no está más, pues aquel que la había reclamado como suya desde que la conoció, no había quitado el dedo del renglón.