32. La verdad.

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Mi estancia en la cabaña después de un par de meses se volvió un estilo de vida bastante

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Mi estancia en la cabaña después de un par de meses se volvió un estilo de vida bastante... acogedor. ¿O sería sólo costumbre? Sinceramente, llegó el punto en el que no importaba más, pues mis días mejoraban continuamente.

─¿Podría saber en dónde se encuentra el amor de tu vida? ─preguntó Alonso, entrando a la cocina.

─Te aventaré un cuchillo, pelirrojo ─amenacé.

─ Tú eres la que le das el nombre al concepto ─soltó entre cínicas risas burlescas.

─Oh, vamos ─bufé, poniendo mis ojos completamente en blanco.

Jos y yo habíamos renovado nuestra fría y desordenada relación por completo, pues a pesar de que antes hubo buenos momentos, ahora solo había lugar para risas, buenos ratos y, lo más importante, confianza.

¿Quién lo hubiese pensado?

El nunca digas nunca, me calló la boca. Tal como lo había profetizado mi mejor amiga meses atrás.

─¿Sabes a qué hora llegará? ─cuestioné intrigada.

─No tengo la menor idea, hoy supone ser un día particularmente ajetreado ─respondió y dio un sorbo a su taza de café.

─Alonso... ─pronuncié y obtuve su atención en cuestión de nada─. ¿Las cosas ya están más tranquilas? Digo, sabes a ... a qué me estoy refiriendo ─solté titubeante.

Alonso mostró un pequeña sonrisa.

─ Sí, las aguas se muestran tranquilas pero de igual forma debemos estar alertas.

Y fue ahí cuando mi respiro de tranquilidad se vio interrumpido.

─ ¿Por qué lo dices?

─Nuestro trabajo es proteger y hacer el trabajo sucio de los ricos corruptos, ¿crees que en algún momento las cosas estarán «tranquilas»?

Mi rostro mostró confusión, negando repetidas veces.

─ No, no. Yo me refiero a...

─Devon ─escuché una nueva voz; esa voz..

Jos se encontraba ahora parado en el marco de la puerta de la cocina, impregnado de aquella seriedad que le caracterizaba.

─¿Nos permites? ─preguntó, o más bien, ordenó con aquello a Alonso para que nos diera privacidad.

─¿Responderás mi duda? ─pregunté ocultando lo ansiosa que me encontraba de recibir una respuesta digna.

─Creo que mereces saberlo, sin más trabas o secretos ─articuló y se colocó frente a mí, mostrando frío.

─Bien, escucho.

Él habló. Tal como lo dijo, sin trabas ni secretos; sin censura. Dijo todo y más de lo que yo debía saber sobre él, sobre su trabajo, sobre Devon. Me pude dar cuenta de cosas que antes no habría entendido, pero aquello que retumbó sobre todo en mi cabeza, fueron dos simples cosas:

Él era un monstruo.

Él era un maldito monstruo... y yo estaba enamorada de él.


CONTINUARÁ.

Son dos actualizaciones porque este es corto. Corre al siguiente

Comento que, esta historia tiene una segunda parte titulada "Vida Mía", la cual comenzaré a subir cuando esta haya terminado. Ésta se encuentra narrada por Jos, y es en ella donde todo lo que le dijo a Sky en este capítulo, cobra vida en letras.

Así que sí, sabrán qué fue todo lo que le confesó, pero más adelante <3

Eres MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora