C U A R E N T A

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Doy media vuelta sobre la cama por... Ya perdí la cuenta. A veces me encuentro a mi misma sonriendo encantada al recordar las palabras de Justin, sus besos, sus abrazos, sus caricias o simplemente a él.

Suspiro y muerdo mi labio a la vez que hago un lado las sábanas para levantarme de la cama. Me pongo la parte de abajo del pijama y unas zapatillas viejas que uso para andar en casa y salgo de mi dormitorio.

Bajo lenta y silenciosamente las escaleras. No quiero despertar a nadie. Cuando estoy en la primera planta, me quedo viendo hacia el living. Rio por lo bajo al ver a Christian en el suelo durmiendo al igual que el otro Christian; Christian Beadles. Ryan, Chaz y Joshua están sobre el sofá, amontonados unos sobre otros y por ultimo; Justin, quien se encuentra recostado en el sofá más grande.

Niego con la cabeza. De seguro mañana todos estarán doloridos, menos Justin.

Me dirigo al cuarto de huéspedes y de allí saco un edredón azul para luego girar sobre mis talones y volver al living.

Me acerco a Justin y le cubro, abrigandole hasta el cuello. Me siento en la orilla del sofá, acariciando su cabello, viéndole dormir. Su pecho sube y baja lentamente y se ve tan lindo y tierno, completamente diferente a cuando está despierto. Tan sexy e intimidante.

Me inclino para besar su frente y me pongo de pie. Tomo un cojín y me acerco a Christian para ponerlo debajo de su cabeza. Ni se mueve, es peso muerto, por lo tanto me cuesta lograr mi objetivo, pero finalmente puedo hacerlo.

Miro por ultima vez a Justin y no puedo evitar ir hacia él y besar ligeramente sus labios.

Es tan lindo, que a veces se me hace tan irreal. Y de solo verle allí, sin que él me esté mirando, puedo sentir todo en mí alborotandose.

Luego de admirarle por unos segundos más, giro sobre mis talones y cuando doy un paso, siento una mano tomando la mia. Volteo la cabeza rápidamente y me encuentro con Justin poniéndose de pie, sonriendo con pereza.

-Hola - susurro.

-A la cocina - me guiña el ojo y asiento con la cabeza.

Corroboro que estén todos bien dormidos y comienzo a caminar con Justin detrás de mí. Abro la puerta de la cocina y cuando voy a prender la luz, Justin tira de mi, rodeando mi cintura con sus fuertes brazos.

-Dejala así - susurra en mi oido.

Muerdo mi labio, sintiendo escalofrios cuando su aliento choca con mi piel.

-Justin.

-¿Si? - se aleja un poco para mirarme.

-¿Cómo no te diste cuenta qué Christian y yo tenemos el mismo apellido? - pregunto acariciando sus mejillas con mis pulgares.

He tenido esa duda desde que llegó a la casa.

-No me detuve en ese gran detalle - sonríe - en realidad no me imagine jamás que fuesen hermanos. No se parecen en nada - trago con dificultad, quitando mis manos de su rostro - Ni a Dylan.

-No, no nos parecemos - me remuevo con incomodidad - Es mejor que vaya a la cama.

-¿Qué pasa? - frunce el ceño.

-Nada - sonrío a medias.

-¿Nada? - alza ambas cejas - Estás muy tensa y nerviosa.

-Ya dije que no me pasa nada - carraspeo.

-Esta bien - susurra no muy convencido.

Lame sus labios y no me resisto más, hago desaparecer todo espacio entre nosostros, uniendo nuestras bocas. Es un beso tierno, sin intenciones de algo más.

My Dear DirectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora