T R E I N T A Y S I E T E

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Maratón. 4/4

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Entro a casa y me dejo caer sobre el sofá. Suspiro como una enamorada mientras pienso en Justin. Todos los días de está semana, cuando teniamos una pequeña oportunidad, nos veiamos en privado. No hablabamos mucho, porque el tiempo es poco y no queremos levantar sospechas.

Ya es viernes y no le iba a ver en todo el fin de semana. Hoy llega su amigo, asi que, me quedaré en casa. De solo pensarlo me pongo triste. A pesar de que no llevemos mucho tiempo juntos, le necesito como si llevasemos años.

Mi móvil suena, distrayendome de mis pensamientos. Lo saco del bolso, llevándolo a mi oreja.

*Hola mamá - contesto.

+Hola cariño. ¿Ya estás en casa? - pregunta.

*Si ma' - digo levantandome del sofá para ir a la cocina.

+Hoy llegaré más tarde - me cuenta - Hay reunión de profesores y luego pasaremos al supermercado con tu papá - abro la nevera y saco jugo de naranja.

*Esta bien mamá. Tráeme chocolate - le pido y ríe.

+Bueno mi amor. Debo cortar - suspira - nos vemos más tarde - la alegría brota en cada una de sus palabras.

*Te amo. Adiós - digo con el ceño fruncido.

+Te amo - cuelga.

-Que rara estas mamá - susurro y cogo una copa para luego vertir jugo en ella.

No quiero decir que mamá sea amargada o que no sonría nunca, pero esta semana ha estado más feliz de lo normal. Incluso se le ve algo ansiosa.

Termino de beber mi jugo y subo para darme una ducha mientras la música penetra mis oídos.

Cuando estoy lista, salgo para ponerme crema en el cuerpo, vestirme y perfurmarme.

(...)

Ya son las siete de la tarde y mis padres aún no han llegado.

Me levanto del sofá, voy a la cocina y caliento pizza. Cuando está lista, la dejo sobre un plato, me sirvo jugo de piña en una copa y vuelvo a sentarme.
Doy el primer mordisco cuando siento mas de un auto estacionarse afuera.

Frunzo el ceño poniéndome de pié y dejando el plato junto a la copa en la mesa de centro. Justo en ese entonces el timbre suena. Abro y mamá sonríe mientras papá viene detrás con bolsas en las manos.

-Hola cariño - me abraza con una gigante sonrisa en el rostro y luego entra.

Aun con el ceño fruncido, cogo algunas bolsas que papá lleva en sus manos y las llevo a la cocina.

El timbre vuelve a sonar y mis padres se miran con confidencialidad.

-Ve a abrir hija - ordena papá.

-¿Qué se traen entre manos? - me cruzo de brazos.

-Solo ve a abrir cariño - dice mamá revisando las bolsas.

-Está bien - susurro.

Giro sobre mis talones y mientras camino pienso en que traman ellos dos. Me detengo de golpe.

¿Tal vez una broma?

Tal vez cuando abra la puerta, saltará un payaso y me lanzará una torta en la cara.

No exageres.

El timbre vuelve a sonar y papá me grita que abra de una vez. Asiento como si pudiese verme y corro hacia la puerta.

My Dear DirectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora