S E S E N T A Y U N O

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Siento algo helado en mi mejilla, y me hace cosquillas. Frunzo el ceño mientras abro los ojos y levanto la cabeza. Esther se encuentra sobre mí, mirándome fijamente con la lengua afuera. Rio levemente y vuelvo a dejar la cabeza sobre la almohada mientras saco el brazo de debajo de las sábanas para hacerle cariño.

Justin duerme plácidamente. Nuestros cuerpos están tan pegados, que solo estamos ocupando un lado de la cama. Su brazo posa sobre mi cadera, sosteniéndome como si fuese a escaparme.

Me inclino para besar la punta de su nariz. Se ve tan tierno durmiendo, que me dan ganas de apretarlo entre mis brazos y de protegerle aún más de lo que quiero. Poso mis labios sobre los suyos, dándole piquito trás piquito. Él esboza una sonrisa aún durmiendo y me sonrojo. Estúpidamente me sonrojo.

Me sobresalto cuando mi móvil pita una vez, y maldiciendo por lo bajo, dejo de besar a Justin.

Me incorporo en la cama y estiro el brazo para alcanzar mi móvil a la vez que restriego mis ojos. Cuando miro la pantalla, abro los ojos de par en par.

-¡Justin! - le llamo.

-¡¿Qué?! - se incorpora tan rápido, que su cuerpo pierde el equilibrio y cae al suelo.

Llevo la mano a mi boca para esconder una carcajada mientras me asomo a la orilla de la cama para verle en el suelo.

-Espero que sea algo importante - me advierte y exploto en carcajadas dejándome caer en la cama.

Como siempre, Esther se aprovecha de la situación y se sube sobre mí para lamer mi cara. Rio aún más por la cosquilla que me causa.

Abro los ojos cuando dejo de sentir a la pequeña y veo Justin de pie ya, llevando rápidamente sus manos a mi estómago.

-¡Justin son las...! - intento advertirle al mismo tiempo que intento salvarme de las cosquillas, pero ya es muy tarde.

Me revuelco en la cama mientras él mueve sus manos en mi vientre. Intento quitarlas con desesperación, pero no me da resultados.

-Jus... - intento decir entre risas, pero no logro mucho.

Esther me ayuda, comenzando a ladrarle y él se detiene para mirar a la pequeña con molestia.

-Debes defenderme a mí; no a ella - dice enojado y yo rio.

-Justin, nos hemos quedado dormidos - me falta el aire, pero logro hablar.

Él enseguida me mira, asustado y con los ojos como plato. Se quita de encima para mirar el reloj.

-¡Las ocho con diez! - grita.

Sin esperar más, ambos nos metemos al baño. Lavamos nuestros dientes, y decidimos ducharnos juntos. Nada sucede, estamos atrasados asi que no nos da tiempo, aunque siento la mirada penetrante de Justin en mí cuerpo todo el tiempo. Debo hacer un esfuerzo para ignorar la punzada en mi entrepierna.

En cinco minutos ya estamos afuera del baño, vistiendonos y perfumandonos. Busco mi bolso, sacando los cuadernos de ayer para meter los de hoy y luego de coger todo lo necesario junto con la comida de Esther; salimos de la cabaña.

Corremos a través del camino, y en tiempo récord nos metemos al auto. Cuando creo que Justin va a hacer partir el auto, no lo hace. Le miro y él ya está viéndome.

-Ni si quiera te he dicho buenos días - dice negando con la cabeza y yo sonrío.

-Aún estás a tiempo - ríe.

-Buenos días entonces - se inclina hacia mí.

-Buenos días - susurro sobre sus labios que ya están rozando los mios.

My Dear DirectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora