C I N C U E N T A Y N U E V E

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Mi madre me creyó. Luego de que fuese por mí a casa de Leslie, fuimos a tomar un café para hablar tranquilamente. Le expliqué que Mason era el que había hecho todo eso. Que él había dejado cada uno de los regalos porque queria una nueva oportunidad, pero que yo me negué rotundamente. Ella asintió con la cabeza aún no muy convencida y cogió su móvil. Me asusté cuando me pidió el número de Mason, pero tuve que darselo para que no sospechara. Cuando él contestó, le dijo quien era y luego le preguntó si era él quien habia dejado los regalos.

Creí que moriría en cualquier momento por como mi corazón latía. Mason se quedó en silencio por unos segundos y casi salgo corriendo de la cafetería hasta que dijo; «Sí, he sido yo»

No dejó escapar detalle y me preguntó que donde estaban todos esos regalos que él me dió. Dijo; no recuerdo ver ninguno en tu dormitorio. Me excuse diciendo que Leslie los había guardado.

Luego, cuando volvimos a casa, llamé a Mason para agradecerle. Él le quitó importancia diciéndome que para eso están los amigos y no preguntó nada al respecto, ni quien era la persona que en realidad me regaló todas esas cosas.

Cuando le conté a Justin por mensaje, se alegró bastante de que todo haya salido bien. Nos hemos estado comunicando nada más que por mensajes ya que él está ocupado con su madre y todo lo que viene al sacar a su padre de la empresa.

Me contó que habia hablado con su madre de mí. Al parecer ella ya no sospecha nada y no seguirá insistiendo en el tema.

He estado preguntándole constantemente como se siente y es que no es fácil por lo que está pasando. Me ha dicho que no se encuentra muy bien, pero que puede lidiar con ello, que es su madre la que está peor, y es entendible. Es decir, es su esposo, la persona con la que ha compartido la mayor parte de su vida, con la que tiene un hijo, y al que ama demasiado. Saber que le traicionó debe ser terrible.

Y luego, los mensajes han sido solo de él, recordándome a cada momento lo que sucedió el viernes.
Aún no me lo creo. No me creo que hemos echo el amor, y es que en serio lo deseaba tanto que ahora que ya sucedió parece irreal, pero cuando veo las marcas en mi trasero, en mi labio, se que todo si sucedió.

Fue tan perfecto, tan lindo y tan placentero que han ocupado todos mis pensamientos.

La manera en la que me hizo sentir aún me hace temblar y desear más de él. La manera en la que me tocaba, como me miraba, me dominaba y me penetraba, me hacen volver loca cada que lo recuerdo.

Ahora estamos mucho más unidos.

Su preocupación me enamora mucho más. Me ha preguntado si me he sentido bien. Me ha escrito que si ha sido muy bruto o que si ha echo algo que no me ha gustado, que se lo haga saber, pero yo he amado todo, cada cosa que hizo conmigo esa noche, y se lo he echo saber.

El día de ayer; domingo, he ido a la cabaña con la excusa de que iría a la casa de Leslie por mi bicicleta. Permanecí varios minutos allí, ordenando, y recordando los momentos que hemos pasado juntos. Estaba con una estúpida sonrisa en todo maldito momento y parecia una tonta realmente.

Pero así es el amor.

Aproveché la oportunidad para traerme algunos regalos de Justin. Me traje la canasta llena de dulces junto a los pétalos de rosas que formaban un corazón sobre el pizarrón y las letras que formaban un «Perdóname, te lo ruego». Cuando llegué, y antes de subir para pegarlo en la pared de mi dormitorio, mamá me los quitó de las manos para verlos, y después de un sonidito tierno, me los entregó diciéndome que Mason era muy dulce.

Contuve la risa. El mérito se lo está llevando mi amigo cuando en realidad el dulce aquí es Justin.

Hablando de dulces. Leslie fue quien le dijo a Justin cuales eran mis favoritos. Le regañé en broma y ella solo reía. Me dijo que no tuvo otra opción, que Justin se notaba muy desesperado y ella con su corazón de abuelita decidió ayudarle.

My Dear DirectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora