C U A R E N T A Y N U E V E

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Quien diría que todo acabaría la misma fecha que decidimos intentarlo.

Estos días han sido dificiles. Aunque no he estado hundida en el dolor porque la rabia y celos me siguen consumiendo a tal modo que la desición que tomé de terminar con él, me sigue pareciendo la correcta.

Si él quiere andar puteando con otras mujeres, pues que lo haga, pero no podrá tenerme a mí.

No puede ir por la vida reaccionando de esa manera.

¿Es qué acaso con este hombre no se puede bromear?

Cuando le conté a Leslie, no sabia a quien apoyar. Me dijo que entendía el enojo de Justin, pero que sentía que su reacción fue innecesaria porque la broma ni si quiera fué algo tan terrible. También me dijo que pensase bien mi desición porque luego podría arrepentirme.

Pero como he dicho, sigo molesta y mi desición me sigue pareciendo la correcta.

Luego de enviarle el mensaje, no supe que respondió porque Ryan se fué, llevándose las flores con él.

Creo que si no le hubiese enviado ese ultimo mensaje, mi estado de animo seria aún peor, tal vez estaría llorando por todos los pasillos, pero no, enviarselo me dió algo de alivio, desquité rabia y dolor con ese mensaje.

Salgo de casa para irme al colegio. Hoy Les no iría porque sus padres se irán de viaje por cosas de trabajo y quieren pasar un tiempo con ella.

Asi que tendré que irme sola por este día viernes y para rematar, voy algo tarde. Mientras tomaba desayuno, afirmé mi rostro en la mesa y me quedé dormida.

Me apresuro, casi voy corriendo para llegar a la hora. Quiero mi móvil de vuelta y si le llega la noticia a mamá de que llegué tarde, no me lo entregarán en mil años más.

Y quiero por lo menos, terminar esta semana con algo bueno.

(...)

Por fin he llegado al colegio y debo tomarme un momento para descansar. Suspiro fuertemente y arreglo mi cabello para luego entrar.

Cuando cruzo el umbral de la puerta me encuentro con los pasillos vacios. Oh sí, muy bien. ¡He llegado malditamente tarde!

Sigo caminando, pero me detengo al no saber donde ir. Leslie; te necesito.

-¿Qué me toca? - pregunto en voz alta como si alguien fuese a responderme.

Me quito el bolso del hombro y busco mi horario, pero no está.

Estás haciendo las cosas muy bien últimamente.

Sí, gracias. No pedí tu jodida opinión.

-¿Estas son horas de llegar? - pregunta agresivamente alguien a mis espaldas.

No volteo, porque no es necesario. Al oírle, mi estomago se retuerce como siempre que le escucha, y siento una pequeña alegría al saber que está de vuelta, pero mi mente grita que aleje las mariposas y aquella fotografia de Justin y esa mujer hace eco en mi cabeza.

-No, director - enfatizo aquello último.

Después de todo volvió a ser lo que era el primer día de clases. Solo el director. Una punzada se asoma en mi pecho al pensar en eso.

Siento su prescencia cerca de mí y me congelo en mi lugar. Quiero salir arrancando, correr lejos de él, pero no puedo.

-¿Director? - pregunta y se pone frente a mí - ¿Estás segura? - alza una ceja.

Le miro atentamente y muero lentamente al notar que aún lleva ese ligero bigote y ahora también barba que le hacer ver más maduro, e incluso mucho más atractivo de lo que ya es. Tiene los ojos algo cansados y tristes, pero su manera de pararse frente a mí me muestra un hombre totalmente diferente; un hombre fuerte y enojado.

My Dear DirectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora