Ganadora de los premios #The100Awards 2016 en la categoría Público "Mejor fanfic Bellarke"
Sus diferencias son abismales.
Ella es hija de diplomáticos, de personas importantes, gente que forma parte del Consejo. Ella es una princesa. Ha vivido toda...
Capítulo anterior: Cuando me agacho para revisar a Dean, en mi cabeza puedo escuchar perfectamente a Octavia repetir en forma de burla lo que me dijo hace unos minutos en la sala de trono: "Sabías que mi hermano es celoso, ¿no?"
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Maratón 6/9 You're scared, I'm nervous But I guess that we did it on purpose - On Purpose, Sabrina Carpenter
— Parece que estás destinada a ser mi enfermera personal —comenta Dean en modo de broma pero nadie ríe, ni siquiera él. El ambiente se volvió aún más tenso que antes, si es que eso puede ser posible. A pesar de estar de espaldas a él, siento la mirada de Bellamy sobre mí y los Winchester mientras Lincoln le desinfecta las heridas. — Clarke, ¿estás segura que no querés ir con Bellamy? —me pregunta Sam, preocupado— Puedo hacerme cargo de Dean. Además, creo que tienen que hablar. — No se puede hablar con alguien que casi le parte la cara a otra persona solo por celos injustificados —respondo molesta, aunque sé que no debería. Sam está intentado ayudar. — Creo que no lo estás viendo desde su perspectiva. — Exacto —coincide su hermano, sorprendiéndome—. Sé que en realidad no tengo ni voz ni voto en este asunto porque soy el primero que hace las cosas por impulso, y más cuando se trata de la gente que amo, de la familia. Pero creo que a vos tampoco te gustaría que él pasara unas cuantas horas con dos chicas de las cuales no sabés ni el nombre. — Por no mencionar que dejaste de besarlo para correr hacia los brazos de Dean. — Si, con respecto a eso, hay que dejar un par de cosas en claro... ¡Auch! ¡¿Por qué hoy todo el mundo decide pegarme?! —exclama irritado mientras se toca el brazo luego de que Sam y yo le diéramos un puñetazo. Otra vez. Termino de curarle las heridas y miro al piso. Suspiro y levanto la cabeza para volver a mirarlos. — Tienen razón. Estoy actuando como una bebé. — Clarke, tampoco decimos que tu reacción no haya sido justificada —agrega Sam, compadecido—. Es razonable que te enojes, como también es razonable tu actitud. ¿Cuántos años tenés? — Diecisiete. — ¿Ves? Maduraste muy rápido y estos son los resultados. No tenés porqué tener todo resuelto ya. Ni siquiera nosotros solemos tenerlo, y hace bastante que pasamos los diecisiete. — Lo que mi hermano quiere decir, a su manera —continua Dean, mirando un poco ofendido a su hermano—, es que pensás como una persona adulta, pero tus sentimientos e instintos son los de una adolescente, lo cual es completamente normal. — Gracias por compartirlo con la clase, chicos —les digo burlonamente, a lo que Sam sonríe y Dean suelta una carcajada. Me levanto, luego de guardar las cosas en el botiquín, y camino hacia los demás. — Lincoln, Octavia, ¿podrían ir con Finn? —les pregunto y me miran— Fíjense si está herido o si sigue teniendo problemas para respirar. Ambos asienten y me dejan sus vendas. Me arrodillo y vuelvo a abrir el botiquín. Bellamy no me mira y entiendo el por qué. Se siente herido, traicionado. De alguna manera, le di la espalda al ayudar a los Winchester. Preferí la responsabilidad que siento que les debo a ellos antes que su amor. Al menos así lo ve él. — Bell, dejame revisarte —hablo bajito y lo más amable posible. Lo último que necesitamos en este momento es que vuelva a explotar. Levanta la cabeza, pero sigue sin mirarme. Supongo que mira a Octavia. No sé porqué, pero me tiemblan las manos al tocar su rostro. Él parece notarlo, y casi que me mira. Pero casi no es nada: simplemente fue una mirada de reojo, de soslayo, que no hubiera advertido si no estuviera tan pendiente de sus movimientos. Trato de no tocarlo demasiado por lo lastimado que se ve. Tiene el labio partido, la nariz sangrando con un bonito moretón de adorno, como también algunos golpes por el resto de la cara. Voy a matar a Dean. Entiendo que haya sido en autodefensa, pero no había necesidad de partirle la cara en dos. Tardo unos segundos en darme cuenta de que no todas las heridas son por culpa del Winchester mayor. — Bell —susurro aterrada—, ¿qué es esto? Silencio. — Bellamy, ¿qué es esto? —repito. Sabe perfectamente a lo que me refiero, aunque su orgullo no lo deje responderme. "No fue demasiado difícil sacárselo a tus amigos." ¿Cómo pudo haber sido tan tonta de no haberme dado cuenta antes? No solo cuando el terrestre dijo eso, sino también apenas volví a ver a Bellamy. ¿Cómo es que no noté sus heridas, o sus lágrimas? Finalmente, me mira. Esperaba una mirada de reproche o molestia, incluso altanera, pero no. Es una mirada rota. Completamente rota. No por algo que yo haya podido hacer, no. Es por lo que ellos le hicieron. — Madre mía, ¿qué te hicieron? —mis manos tiemblan aún más, y siento que me arden los ojos por culpa de las lágrimas que están por salir. Sin responder a mi pregunta, me abraza. Le devuelvo el abrazo de manera delicada. Aunque por fuera se vea alto y fornido, con todas esas cicatrices en la cara que podrían llegar a espantar a más de uno, por dentro solo es un chico de veintitrés años que aún se está adaptando a las nuevas civilizaciones (que de civilizadas no tienen nada, lo único que parecen conocer es la tortura y muerte) y al carácter extraño de su casi novia. Y digo casi porque la realidad es que no existe el momento indicado ni la etiqueta perfecta para nombrar lo que sea que somos o tenemos. Siento algo caliente sobre mi hombro, y no sabría distinguir si es su sangre o sus lágrimas. Las mías, en cambio, no tardan nada en salir. Tampoco necesito mucho tiempo para empezar a sentir la nariz toda tapada, por lo que comienzo a dar grandes bocanadas de aire. Me separo de él y le corro el pelo hacia los costados. Mis sospechas son confirmadas: está llorando. — Bell, amor, por favor —le susurro palabras dulces, intentando sonar lo más tranquila que pueda, pero al nombrarlo se me quiebra la voz—. Contame, hablame. — Era Lincoln o yo, Clarke —susurra finalmente—. Era Finn o yo. Era Octavia o... — Sh... —trato de tranquilizarlo y apoyo su cabeza sobre mi pecho, acariciando su cabello. Puedo escuchar los pequeños sollozos que suelta y me doy cuenta de que no da más, que ya no puede más— Está bien que te descargues... — Les dije todo. Absolutamente todo. Nuestros nombres, la ubicación del campamento de Octavia y mío, la de Arkadia, todo —levanta la cabeza, con mis manos aún en su cabello, y me mira angustiado, como si tuviese miedo de que me enoje con él—. Perdón. — No, no es tu culpa —le susurro y me muero de ganas por volver a abrazarlo, a besarlo, pero sé que necesita seguir hablando, que necesita desahogarse. — Si, si lo es. Si no te hubiera dejado sola, si hubiera pedido ayuda, nada de esto habría pasado. Pero el maldito orgullo, miedo, llamalo como quieras, me impidió acercarme a Arkadia. — Ya está, no importa —le digo como puedo. Verlo así hizo que, agregado al llanto, se me formara un horrible nudo en la garganta—. Se puede solucionar. — Pero no es solo eso —lo miro extrañada y parece tomar una gran bocada de aire antes de hablar—. Perdón por haberle encajado tremenda piña al muñeco ese. Es que de solo pensar que el infeliz te había tocado... Se detiene y me mira con esa intensidad tan característica que siempre parece adueñarse de sus ojos, para después besarme con desesperación. Me besa de manera posesiva, como si fuera de él y de nadie más. Y lo soy.Ahora lo sé. Corta el beso en el momento justo en que nos quedamos sin aire, aunque a mí me cuesta el doble respirar a causa de la nariz tapada. A pesar de que nuestros labios ya están separados, sus manos aún siguen en mi cabello y une nuestras frentes. Me da un beso en el cachete, y delinea con otros el contorno de mi cara hasta después llegar a la oreja. — Clarke —al susurrar mi nombre, siento escalofríos por todo el cuerpo y que mi corazón se detiene por unos segundos. Dios, sonó tan... sexy. Me muero de ganas por volver a besarlo—, de solo pensar que ese tipo te había tocado o besado... Clarke, la simple idea me enfermó. Porque yo fui el primero que te besó, en la frente, en las mejillas, en la boca, el cuello, los hombros. Yo fui el primero que te sacó la ropa, prenda por prenda, cuando nos prendíamos fuego de solo mirarnos en aquella cueva. Yo fui el primero al que te entregaste en cuerpo y alma. Esa noche, Clarke, fuiste mía, mientras que yo fui tuyo desde el primer momento en que te vi. Cada palabra que te dirigí mientras estabas en coma, el poder hablarte aunque no pudieras escucharme, fue mi salvación. Siento una mezcla enorme de emociones completamente desconocidas para mí. Creí conocer lo que era el amor, pero con todo lo que acaba de pasar, lo estoy dudando. No tenía la más remota idea de lo que era. Nadie nunca me había dicho o hecho sentir tales cosas. Porque no era correcto, porque no era sano, porque iba en contra de todo. Puedo sentir su respiración contra mi cabello y, al igual que la mía, es entrecortada, pero pesada también. Siento que estoy prendida fuego del calor que tengo. Separa su cara de mi nuca y me mira. Sé lo que veo en sus ojos y estoy completamente segura de que él ve lo mismo en los míos. — Bellamy... —susurro como puedo y él posa su dedo pulgar sobre mi labio inferior. Al diablo con la cordura. Lo beso con la misma dependencia que él lo hizo tan solo minutos atrás. Mientras que mi boca está que se prende fuego, la suya es tan fría como el hielo. Sus besos podrían aliviar cualquier dolor. Siento su mano deslizarse por debajo de mi remera y acariciar mi costado y mi vientre. Suelto un gemido, pero es ahogado por el beso. Su mano pasa hacia atrás y siento como con su dedo índice y medio juega con mi corpiño. — Saben que no están solos, ¿no? —escucho la voz de Dean de fondo. Me separo de Bellamy, pero aún mantiene su mano en el mismo lugar. Me mira, divertido. Todavía estamos cerca, al menos lo suficiente como para sentir el aliento del otro. — Creeme, están acostumbrados —se la escucha comentar a Octavia—. Una vez los vi besarse cuando pensaban que estaba dormida. No es como si me encantara terminar el día con la imagen de mi hermano besando a alguien. — Te entiendo completamente —Sam es quien habla ahora y, por su tono de voz, debe ser otro chiste que solo Dean puede entender. Vuelvo a enfocarme en Bellamy. — Cuando salgamos de esta no te me vas a escapar —susurra sonriendo, y mira mis labios. Los escalofríos vuelven, así como también el calor y las ganas de besarlo. Él sabe que lo quiero, pero lo que no sabe es que el sentimiento crece y aumenta con las horas, los segundos. ¿Podré devolverle el "te amo" la próxima vez que lo diga?
~ Mini cap (1912 palabras no tiene nada de mini😂) centrado casi completamente en Bellarke. Lo debía después de casi cuatro repletos de Winchesters.