Capítulo 25 - Invitaciones y norias privadas

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Canción en multimedia: Guys my age — Hey Violet


Capítulo veinticinco — Invitaciones y norias privadas ღ


Cuando salimos del lugar ambos estamos llorando de la risa. A nuestro lado, el resto del grupo ha dejado de mirarnos raro desde que llegamos al pasillo donde un hombre encapuchado se acercaba con tanta lentitud hacia nosotros que te hacía temblar. En ese momento Johnson había tropezado con la alfombra y caído frente a él quien, tratando de alcanzarle, había logado un ataque de risa por parte de mi amigo. Llegado ese momento yo ya estaba riendo por su tonta caída.

Después simplemente nos reíamos por todo, incluidas las caras de susto que poníamos cada vez que algo nuevo aparecía.

— Cuando te has chocado contra la puerta... —Johnson termina doblándose de la risa. Yo me sonrojo al recordar ese momento. Él me había asustado, había empezado a correr como alma llevado por el diablo asustándome con ello, contagiándome la tensión hasta que yo giré para imitarle. Solo que no había calculado bien dónde estaba la salida y choqué de pleno contra la puerta. Incluso el hombre de la sierra eléctrica me tuvo que ayudar a levantarme.

Quiero quejarme, pero en su lugar sigo riendo con él. Johnson pasa su brazo sobre mis hombros y yo paso el mío por su espalda. Tratando de esquivar un carrito de bebé, tropiezo con él y es Johnson quien evita que me caiga, haciéndonos reír con más fuerza. Tanto que empieza a costarme respirar.

— ¿Adónde ahora? —Pregunta él, mis ojos iluminándose como los de una niña pequeña al darme cuenta de todas las posibilidades que nos quedan. Logrando dejar de reír, señalo una atracción que tiene "boomerang" como nombre.

Johnson la mira, sonríe y me toma de la mano para que no nos perdamos entre la gente. Ni siquiera nos paramos a buscar al resto del grupo. Sin móviles y con toda la gente que hay eso sería prácticamente imposible. Y ellos ya habrán seguido con su camino.

Así que creamos nuestro plan.

Primero es el Boomerang, dos veces seguidas antes de terminar en el Top Gun. Después fui convencida para pasar por los Rápidos antes de ir al Extreme. Nosotros pisando todas las atracciones de la feria que te daban un subidón de adrenalina, dejando la mejor para el final. El Boster. Más de sesenta metros con una velocidad de caída cerca a los ciento cuarenta kilómetros por hora. Todo adrenalina.

Cuando estamos frente a la taquilla, mi pelo ya recogido en una coleta tras el paso por el resto de las atracciones, Johnson se apoya sobre mi hombro, señalando la caída que está teniendo lugar para las cuatro personas que se encontraban en la parte superior.

Sus gritos resuenan con tanta fuerza que ni siquiera la música que están poniendo en el resto de atracciones los acallan. Incluso ese sonido me llena de ganas de subir.

— ¿Vamos? —Extiendo una mano hacia él. El cielo ya ha empezado a volverse más oscuro, las luces de las atracciones ganando más potencia y dejando que la oscuridad de la noche que empieza a envolvernos provocara algo bonito en el lugar.

Johnson toma mi mano—. Vamos.

Cerca de cincuenta minutos de espera después, llega nuestro turno. Mi estómago ya está rugiendo para entonces.

— Después de esto te invito a cenar si quieres.

No me lo planteo dos veces—. Si invitas, no me quejo.

Internado MilitarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora