Capítulo 32 - Frialdad y tutelas

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No he podido evitar dedicarte el capítulo @BlakeEvansonTeViolo el nombre ha podido conmigo😂

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Capítulo treinta y dos — Frialdad y tutelas ღ

— ¿Entonces no vas? —Vuelve a presionar Kenner. Blake niega por tercera vez y vuelve a hacer girar las llaves de su coche en su mano. Parece un gesto nervioso, su mirada dice lo contrario. Hay molestia en ella—. Tío, tú amas jugar a paintball, ¿estás seguro?

— Pasarlo bien —espeta, una mirada amenazante a modo de despedida. Amanda ya ha intentado que se quedara, le ha tratado nada más Blake ha expuesto su intención de no asistir a La Cabaña Guerrera al salir de la cafetería. Él se había negado rotundamente, alegando que no tenía ganas y que solo quería dormir en vez de estar entre tres y cuatro horas para jugar todas las partidas que hoy teníamos oportunidad de hacer. Ahora ella está de pie junto a Johnson algo más adelante, se han rendido y avanzado hacia el lugar mientras hablan. Kenner es el único que se ha vuelto a acercar a Blake en un último intento de que él cediera.

Landon está a mi lado, todavía sostengo su mano prácticamente desde que nos hemos sentado en la mesa. Le he hecho dejar de andar conmigo, a la espera de que Blake cediera. A él le gusta jugar, ¿qué tenía ahora en la cabeza para no ir?

— Blake, piénsalo —Vuelve a presionar Kenner.

El rubio sigue con la mirada algo perdida, él necesita la distracción del paintball para ignorar sus propios problemas, el miedo de perder a su hermana. Ahora mismo me necesita como punto de apoyo y entiendo eso, pero la forma en la que Blake parece haberse vuelto de hielo en menos de un instante, como su cuerpo se mantiene tenso y da la sensación de que fuera a golpear al primero que se cruzara en su camino me preocupa. Me preocupa porque nunca antes le había visto así y no me cuesta adivinar que algo va mal. Kenner termina por aceptar que su amigo no vaya y se gira hacia nosotros, encogiéndose de hombros.

No puede dejarle solo, no ahora. Lo sé y empezar a ver cómo Blake se aleja solo me pone más nerviosa. Está mal, ¿es que nadie va a hacer nada?

Antes de que Kenner llegara hasta nosotros suelto la mano de Landon y golpeo su brazo con suavidad para devolverle a la realidad.

— Dales una paliza —con un guiño, él lo entiende y trata de sonreír, pero está demasiado perdido en sus pensamientos para hacerlo. Me siento mal por dejarle aquí, pero tiene al resto de los chicos a su lado y la distracción que le va a regalar jugar a paintball las siguientes horas. Blake está desapareciendo y nadie se ha mostrado dispuesto a ceder por él. Quizás por la forma tan fría tras la que se ha ocultado—. No dejéis solo a Landon —pido al acercarme a Kenner. No me hace falta dar alguna explicación para que ellos entiendan que voy a volver con Blake al internado.

Tengo que echar a correr para llegar a su coche antes de que él arrancara, me hago con el asiento del copiloto, sobresaltándole al entrar.

— Joder, Alisson —gruñe al verme cerrar la puerta.

Me pongo el cinturón—. ¿Nos vamos?

El azul de sus ojos nunca se ha mostrado tan desafiante como ahora, tensa la mandíbula y deja escapar un bufido. Apoya sus manos sobre el volante con fuerza. Poco después, nos saca del lugar, negándose a pronunciar palabra alguna y aumentando mi preocupación a cada minuto que pasa. Sin poder evitarlo, termino por abrir la boca pasados cerca de diez minutos de camino.

— ¿Quieres hablar?

Siguiendo en sus cuarenta, no responde. Con cuidado, poso una de mis manos sobre su brazo en busca de hacerle reaccionar. Su respuesta me hiela por completo. Aparta su brazo con tanta brusquedad y asco que me quedo estática.

Internado MilitarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora