Internado Militar

Capítulo 26 - Antiguo instituto y temas que no tocar

Os reto a poner el emoticono de una fruta al final de cada comentario que dejéis en este capítulo;)

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Capítulo veintiséis— Antiguo instituto y temas que no tocar ღ

— ¿Tienes frío?

La pregunta de Blake me saca de mis pensamientos. Aparto la mirada del oscuro exterior, de la carretera. Mi cuerpo sintiendo el cansancio y los ojos empezando a cerrárseme mientras que él conduce nuevamente hacia el internado.

— Un poco.

Con eso él enciendo la calefacción del coche.

— ¿Mejor así?

Acomodo mi chaqueta, esa que me he quitado un par de minutos atrás para poder darle la vuelta y que me cubriera como una manta tras haberme acomodado en el asiento del copiloto. Asiento cuando el primer golpe de calor corta el frío de segundos atrás. Landon había tenido razón antes, estoy cansada. Siempre parezco estarlo desde que llegué aquí, aunque lo curioso es que eso ha aumentado nada más entrar en el coche. Quizás sea por la comodidad que este me proporciona o porque, una vez he cerrado los ojos los primeros segundos, el sueño ha venido como si el gesto hubiera sido una petición abierta.

— Trata de mantenerte despierta —No puedo evitar que la sombra de una sonrisa se asome por mis labios al recordar sus mismas palabras del día que terminó por cargarme a la cabaña, a su cabaña. Ignorándole, mantengo los ojos cerrados. Los párpados me pesan y, sí, el sueño me puede dar fuerte de un segundo a otro, y cuando eso pasa sería capaz de quedarme dormida en medio de la carretera si hiciera falta—. No lo hagas de nuevo.

Junto a su petición, siento una de sus manos caer sobre mi rodilla.

— Tú déjame una alarma puesta y el coche cerrado, puedo dormir aquí.

Su risa hace eco en el coche, sonando como algo precioso que no me había parado antes a escuchar.

— No voy a dejarte aquí. ¿Quién te crees que soy?

— No me voy a morir dentro del coche, sólo tengo sueño.

— Joder, Alisson, empiezo a creer que tienes trastocado el sueño ¿Has pensado en ir al médico?

— ¿A ir al médico por tener sueño? —Río—. No exageres, Blake.

— ¿Ya duermes bien?

Me fuerzo a abrir los ojos, volviendo a sentarme como debe ser en el asiento y dejando que la chaqueta quede sobre mis piernas. Ahogo un bostezo tras la palma de mi mano antes de responder, con mis párpados sintiéndose extremadamente pesados.

— Pues, veamos —Hago tronar mis nudillos para aliviar la tensión de mis dedos antes de empezar a enumerar—. Está la preocupación continua por ser expulsada de aquí si no apruebo el examen físico —callo antes de soltar el nombre de Amanda como segundo en la lista. Ella y la forma de hacerme sentir marginada en el grupo incluso cuando parece llena de buenas intenciones—, Dakota y sus ganas de demostrar que soy una inútil —ruedo los ojos—, cosa que no soy. Ah, y ya conoces el tema con mi padre, madre y psicóloga. Tengo muchas cosas en la cabeza como para dormir bien —explico al fin.

Dormir sí duermo, pero son esas preocupaciones, la tensión continua, lo que me hace despertar antes de tiempo o no poder dormir hasta muy tarde. Eso ha bajado mis horas de sueño, desde un par de semanas antes de que mi madre muriera, a entre poco más de trés y escasamente cinco horas diarias.