Internado Militar

Capítulo 45 - "Un paso cada vez"

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Canción en multimedia: The story of tonight — We the kings

Capítulo cuarenta y cinco — "Un paso cada vez" ღ

La mañana del martes hago lo que Aaron me dijo, buscar a Zeke después de desayunar y seguirle hasta el aula donde empezamos la mañana con una clase de física. Las mesas son largas, aunque únicamente estamos tres personas por cada mesa. Puedo resumir todo el tiempo que estamos ahí metidos como un hueco en blanco en mi memoria. No van a retrasar la teoría que quieren dar por uno o dos nuevos cadetes que estemos aquí de intercambio, tampoco pretendo entender algo de lo que no me voy a tener que examinar.

Así que me paso la hora mirando cómo Zeke hace cálculos en las hojas y pasa los datos a un programa de ordenador increíblemente confuso. La profesora se pasea por el aula con gran autoridad, resolviendo las dudas de algunos cadetes y haciendo algún que otro cálculo en la pizarra. Procuro bajar la mirada cada vez que ella mira hacia nosotros, turno bajar la mirada con desviarla hacia el ordenador de Zeke.

— ¿Qué es eso? —Pregunto una de las veces, pasando la mano sobre el teclado con mortal aburrimiento. Zeke toma mi mano y la aparta con rapidez. Es ahí cuando apoyo la barbilla sobre mi mano y llevo la otra hacia la calculadora, Zeke me la arrebata también.

Él ahora lleva unas gafas de pasta blancas, se las quita cada vez que aparta la mirada del ordenador o de su cuaderno.

— No toques nada.

Dejo escapar un suspiro, la mano que tengo sobre la mesa deslizándose hacia uno de los bolígrafos, él golpea mi mano con un gesto aburrido.

— ¿Alguna vez te han dicho que eres como uno de esos gatos molestos que tiran todo lo que tienen cerca?

— Estoy aburrida.

Tratando de alcanzar el cuaderno, él lo aparta de mi lado, coloca la calculadora encima y apoya ambas manos sobre este.

— Alisson, basta.

Es ahí cuando se quita las gafas, colocando los dedos sobre el puente de su nariz. Por un segundo, cierra los ojos.

— Joder, eres peor que Aaron.

— Gracias —murmuro, incapaz de sentirme realmente ofendida por la comparación—. ¿Cuándo acaba esta clase?

— Acaba de empezar.

Miro el reloj y hago una mueca—. Ha pasado más de media hora.

— Hoy hay dos y media de física aplicada.

— ¿Sin descanso?

Zeke se acomoda en la silla y vuelve a colocarse las gafas antes de tomar el bolígrafo. Con eso empieza a golpetear el cuaderno.

— Llevas todo el rato descansando.

— No es lo mismo distraerse que tener un descanso.

Con una última mirada me manda callar. Tapo un bostezo con mi mano y me muestro decidida a dejarle hacer. Mantengo la barbilla sobre mi mano y me dedico a seguir como antes, ignorando las miradas por parte de la profesora u otros alumnos y haciendo lo posible por no volver a lograr una queja por parte de Zeke. Cuando logro hacerme con un portaminas, él arranca una hoja de su cuaderno para mí, deja la goma de borrar cerca.

Llega a mostrarse curioso cuando empiezo a garabatear.

— De haber sabido que sólo necesitabas una hoja para estarte quieta, te la hubiera dado nada más cruzar la puerta.