Canción en multimedia: Someone new — Banks
Chico en multimedia: Blake Evanson (Vince Kowalski)
Capítulo dos — Blake Evanson ღ
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Lo bueno de haber llegado tarde es que he perdido la mitad del entrenamiento y, al terminar, soy de las pocas personas que no están sudadas. Aun así nuestro instructor no me ha dejado pasar desapercibida. Se ha enfocado en presionarme más que al resto, en marcar cada pequeño desliz, en restregarme mi mala forma física.
No estoy acostumbrada ha hacer demasiado deporte. Antes quizás sí, pero desde que dejé el equipo de voleibol a principios del curso pasado no he vuelto a pisar un gimnasio más que para ir a clases de yoga. Quitando esos días que iba a dar una vuelta en bicicleta por la ciudad con algunos amigos ahí se quedaba todo, así que estar una hora sin parar me deja sin respiración.
Pero si creía que los continuos gritos del Oficial eran demasiado, irme ha sido peor.
Él me ha mantenido unos minutos más para "compensar" haber llegado durante la mitad del entrenamiento. Me ha tenido haciendo abdominales hasta aburrirse, burlándose, criticando, humillándome con cada frase que se escapaba de sus labios hasta hacer que realmente me sintiera como él decía: torpe, inútil.
Todavía siento la presión de su mano sobre mi hombro al hacer el amago de irme junto al resto. Ahora mantengo la mano en la zona en busca de aliviar el dolor que me ha dejado porque, sí, ha empleado demasiada fuerza y, por su forma de actuar, no creo que haya sido por error.
Me he callado y he seguido, he tratado con todas mis fuerzas de hacer caso a mi padre y sus consejos, pero sigue sin parecerme bien. No me gusta su trato, me incomoda, me hace querer esconderme en un rincón y no volver a salir así que, en cuanto puedo irme, voy en su busca. Me refugio en la idea de poder unirme a su grupo o aunque sea en unas palabras amables de él. El problema es que no sé ni por dónde empezar a buscar.
El Oficial puede haberse portado como un completo capullo, pero al menos tenía claro lo que tenía que hacer, ahora estoy en un momento donde ni siquiera sé adónde he de ir, con quién o qué se supone que haga.
Recuerdo de mala manera el horario, era confuso para mí cuando mi padre me lo dio un día antes de venir. Tuve que subrayar partes y hacer mis propios apuntes para dividir mejor los días. Tarda en venirme a la cabeza de nuevo que lo que hay antes de la cena es algo de tiempo libre y, después, un par de horas de estudio hasta que apaguen las luces. Sin ganas de empezar a relacionarme, de hablar con desconocidos y volver a tener que ser esa versión alegre y amistosa que lleva semanas apagada, busco la lavandería.
Eso me da algo que hacer hasta que encuentro a más personas dentro y me voy para investigar un poco el lugar. Busco el comedor, las aulas, recorro los alrededores y, durante todo ese tiempo, no veo a ningún superior, menos a mi padre.
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Internado Militar
Teen FictionN/A: Este fue el primer libro que escribí, tiene muchos años y lo escribí siendo una completa novata. Sigue aquí por el recuerdo y porque sé que hay muchas personas que le guardan aprecio, pero, si quieres leer algo mío, te recomendaría leer otro de...