Capítulo 48 - Pov Blake

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Canción en multimedia: While you sleep — Mary Lambert


Capítulo cuarenta y ocho — Unidos por Scrat  (POV Blake)



No logro conciliar el sueño.

Me remuevo sobre la cama hasta que no puedo más y termino dando vueltas por la habitación. Es viernes, mis compañeros no están. No hay nadie a quien poder molestar. Aun así no logro relajarme. He estado comiéndome la cabeza desde que volví. Desde que, pese a que sintiera una completa satisfacción al hacer caer a Gabriel en escasos segundos con duraderas magulladuras, lo que más logró aliviar esa presión que estaba sintiendo tras enterarme de lo que ese idiota había estado diciendo fueron esos comentarios de otros cadetes que se acercaban a mí con una sonrisa y quejándose de Gabriel ante mí. Esos "No le hagas caso, es un idiota" o "Hazle ver quien manda a ese perdedor" que había terminado grabándose en mi cabeza. ¿Cómo no hacerlo cuando el miedo de que la historia se repitiera después de sus comentarios me había estado persiguiendo como si se tratara de mi propia sombra?

Y ese es el problema. Que el apoyo de algunos me hiciera sentirme mejor que mi propia revancha. No logro entenderlo, no quiero hacerlo. Hacerlo implicaría aceptar un error que no fui yo quien cometió.

Ahogo un grito, volviendo hasta mi baúl para sacar el móvil por quinta vez en lo que va de día. Lo enciendo y conecto los datos para ir directo a la aplicación que busco. Instagram. Como las otras veces, puedo apreciar el aviso de los nuevos mensajes, alcanzando a leer el principio del último sin necesidad de abrirlo. Mis dedos vacilan. Termino por apagarlo de nuevo, frustrado con la situación, frustrado conmigo mismo antes de volver a dejarlo dentro del baúl y cerrarlo con fuerza.

¿Por qué no podía ser más fácil?

Mi plan era sólido. Se supone que me sentiría bien cuando lo cumpliese, que eso cerraría la puerta con cualquier inseguridad que haya llegado a sentir. Eso me arreglaría. Incluso Alisson se merecía al lado a alguien que fuera más estable. Pero no quiere ver que esta es la mejor forma. No se supone que termináramos por esto, Rose ha sido capaz de romperme una segunda vez sin tener que hacer acto de presencia.

Paso las manos por mi nuca con nerviosismo, siento el hilo del que cuelga la brújula, el "No arrepentimientos" grabado en la parte de atrás. Me recuerdo que tengo que mantenerme enfocado, centrado en la meta que me he marcado como la aguja que está permanentemente señalando al norte. Siempre he preferido la bala, lo hago desde que la usé para ocultar el verdadero significado tras ese pequeño objeto cuando peor estuve. Aun así, soy incapaz de volver a ponérmelo, siento que ya no es a mí a quien le pertenece. Desde que me fue devuelto ha estado colgando de uno de los barrotes que hay junto a la almohada. Un recordatorio.

Es irónico. Lo fue cuando lo entendí. Ese colgante me había recordado que no debía de sentirme mal cuando algo pequeño pudiera conmigo. Algo pequeño como esa bala, bala que literalmente me dio a conocer el completo significado cuando me fue devuelta. Las cosas pequeñas podían destruir, incluso las físicas que parecen pasar de unas manos a otras con completa inocencia y cuidado.

Termino por sentarme sobre el colchón, apoyando los codos sobre las rodillas y la frente sobre las manos. No puedo seguir un minuto más en esta habitación.

Si realmente el golpe que Gabriel recibió por mi parte no terminó de relajarme, Alisson tendría razón. Ella defendía que una venganza no acabaría con nada, que sólo lo empeoraría. Quizás no se equivocara, la rabia que sentí al no notar el alivio que se supone que debería me terminó llevando a golpear a Gabriel con más fuerza. Mismo resultado. Aparto las manos de mi cabeza con nerviosismo. No puede tener razón, hacerlo me volvería todo lo que ella dijo. Aun así, esa idea no deja de pasar por mi cabeza. Se vuelve cruel, me vuelve cruel conmigo mismo al verlo de esa manera.

Internado MilitarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora