Capítulo 43 - Peleas, castigos y colgantes

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Canción en multimedia: Silhouette — Aquilo (Amor de canción)

Capítulo cuarenta y tres — Peleas, castigos y colgantes

Apoyo la cabeza sobre el hombro de Landon y él pasa un brazo sobre mi espalda. El viento ha cesado, dejando de mover la hierba sobre la que estamos sentados, el lago a tan poca distancia que fácilmente podría meter los pies en el agua si me estirara un poco más.

— ¿Tan malo ha sido?

Un áspero "ajá" logra salir a través de mi garganta. Llevo sintiendo el nudo en la garganta desde ayer, esa opresión en el pecho y malestar que no quiere abandonarme. Se pega a mí como una sombra, sentándose a mi lado para ver cómo se escapa todo aquello a lo que creía estar adaptándome. Me duele dejarlo ir porque sé que el sentimiento que yo tenía no era un simple "me importa" y, aunque viera un borroso y quizás doloroso futuro, la forma en la que cada uno de los gestos que Blake había ido teniendo conmigo, cada momento de ayuda, abrazo, consejo y sonrisa se habían clavado con fuerza en mi corazón. Cierro los ojos con fuerza y dejo escapar el aire de mis pulmones con lentitud. No quiero dejarlo ir.

— Venga, Ally, estoy seguro de que terminaréis arreglándolo. Todas las parejas tienen riñas.

Termino por morderme el interior de las mejillas, incapaz de mirar a los ojos a Landon y contarle una versión con sumo detalle por miedo a derrumbarme. Sabía que Blake había sido mi mayor pilar aquí. Landon es un buen amigo, me ayuda y apoya, pero no es lo mismo. Aunque quisiera negarlo, hubiera priorizado a Blake una y mil veces porque él tenía ese inexplicable "algo" que podía reconfortarme con su sola presencia.

— No ha sido una simple riña.

— ¿Quieres que hable yo con él?

Suelto un "uh-uh" a modo de no antes de apartarme, encoger las rodillas y echarme el pelo hacia adelante como si eso fuera a protegerme de cualquier sentimiento que busque hacer mella en mi interior. Aunque fuera yo quien buscara la solución más lógica y buena para ambos no quiere decir que duela menos. Al contrario, darme cuenta de que alguien a quien he llegado a querer, en quien he confiado no podía devolverme el sentimiento como una vez creí ha sido una nueva herida sobre mi piel.

— Me gustaba Blake porque era atento y parecía incapaz de dañar a nadie —Coloco una mano sobre el césped y arranco un par de hierbas al levantarla—. Pero es vengativo, eso no es bueno, Landon.

— Es idiota muchas veces, pero no vengativo.

Es ahí cuando levanto la mirada hacia él. De verdad se está creyendo sus propias palabras—. ¿Así que no lo sabes? ¿No sabes que él estaba mandándose mensajes con Rose como si fueran amantes para luego verse en navidades y humillarla de la forma en la que se le ocurriese? Él quería que ella cayera a sus pies para luego pisarla de vuelta.

El rubio traga saliva, suelta un silbido y desvía la mirada hacia el lago.

— Vale, puede que algo vengativo sí sea.

Apoyo la barbilla sobre mis rodillas, rodeando las piernas con mis brazos y dejando escapar un molesto suspiro.

— Por favor, dime que no he hecho mal.

— ¿Con qué?

— Le he dejado porque veo que está tan enfocado en hundir a Rose que siento que sólo me quería utilizar. Ni siquiera puedo asegura si algo de lo que me decía era real, Blake quería llevarme con él en navidad sólo para decirle a Rose que estábamos juntos ¿No es eso utilizar?

Internado MilitarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora