Creyente [ Justin Bieber Fanfic ]

Capitulo Nueve:

- ¿Donde esta Mad? -pregunté con el ceño fruncido. No la veía por ningún maldito lado.

- ¡No lo sé! -dijo Leigh- me ha dicho que iba a ir al baño, pero fui y no estaba.

-Maldición -dije- Leigh, ve al baño otra vez.

Pasé mis manos por mi rostro. Estaba muerto. Su padre va a matarme. Pero era lo que menos me importaba ahora, lo que importa es encontrarla. Sabía que no había salido del club, por lo tanto, debía estar no muy lejos.

-Maldición -dije- Leigh, ve al baño de nuevo. Alfredo, tu busca por la pista. Yo la buscaré en la barr...

Al girar mi cabeza hacia la barra, la vi. Leigh soltó un suspiro de alivio junto con Alfredo. Mis manos se formaron un puño al ver que no estaba sola.

Estaba con un chico. Bebiendo.

Me abrí camino hasta llegar donde ellos. Y evité que Mad tomara un sorbo más a su vodka. Un vodka para la primera borrachera fue una mala elección. Ella me miró frunciendo el ceño.

- ¿Qué estás haciendo? -me preguntó.

- ¿Qué es lo que pasa por tu cabeza?, ¿te volviste loca?, ¿sabes cuánto alcohol contiene esto? -le pregunté. Ignorando al otro chico.

-Eh, hombre, ¿eres su padre? Ya está lo bastante grande como para cuidarse por sí sola.

Si lo golpeaba, esto saldría en las portadas de las revistas mañana, así que preferí ignorarlo. Respiré hondo, y me concentré en la Mad borracha que estaba frente a mí.

-Nos vamos -dije.

-Pero no me quiero ir.

-Nos vamos, Mad.

Tomé su mano, haciendo que se bajara de la barra. No protestó ni nada, solo me siguió. Llegamos donde Leigh y Alfredo, que nos observaban atentos.

-No podemos salir por la puerta principal -dije- los paparazzis están esperando. Tendremos que salir por detrás.

-Yo conduciré -dijo Alfredo.

-Justin... -dijo Mad, y rodeo sus brazos en mi cuello. Apoyando sus narices en este.

- ¿Qué pasa?

- ¿Estas enojado conmigo?

-No, no contigo.

Sonrió, y yo tragué saliva. Debíamos salir de aquí lo antes posible. Rodeé mi brazo por la cintura de Mad y la ayudé a caminar hasta la puerta trasera. No había nadie, por suerte. La subí a la parte de atrás de mi auto conmigo. Alfredo y Leigh iban adelante.

-Me gusta estar contigo -dijo ella. Y abrazó mi brazo tatuado- ¿a ti te gusta estar conmigo?

-Si, nena. Me gusta.

-Te quiero mucho -Leigh soltó una carcajada.

-También yo.

-Mi papá me va a matar. ¿Me ayudaras a fugarme de casa durante mi castigo?

-No te van a castigar. Te quedarás en mi casa. Leigh, ¿podrías llamar a su padre y decirle que se quedara contigo?, por favor.

-Está bien.

Mad no me soltaba, y no dejaba de mirarme. A pesar de estar pasada de copas se veía muy bonita. La miré, y le sonreí. ¿Siempre era así cuando estaba borracha? Cuando Leigh terminó de hablar con el padre de Mad, habló.

-Dijo que estaba bien. Que se cuidara -acerté con la cabeza.

- ¿Es primera vez que bebe en exceso? -le pregunté.