Capítulo I

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Recibió su paga en el pequeño banco para el que trabajaba. Contó por 5ta vez los 350.00 dólares que había recibido y respiró profundo. Estaba recién graduada de negocios y había visitado plaza por plaza del pequeño pueblo regando sus hojas de vida. Nada le había dado resultado y sentía que en cualquier momento colapsaría.

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Había empezado a llover y yo no desaprovecharía que estaba cerca de la farmacia para comprar los medicamentos.

La viejecilla ya me conocía y me sonrió con lástima. -Qué tal Nina? Pensé que no pasarías por aquí por la lluvia.

-Usted sabe que si tengo el dinero es lo primero que hago.

Asintió con lástima e inmediatamente pasó a rebuscar en las vitrinas, abrió los ojos aún más de repente y se ajustó los anteojos. -Pequeña pero esto ha subido 20 dólares en tan solo una semana.

Le entregué los 290 dólares.-Sí, eso nos dijo el doctor.

Caminé hacia la casa y entré a la sala. Allí estaba mi querido viejecillo viendo televisión, le besé la frente y le acomodè la silla de ruedas. -Bendiciones Papá. -Le mostrè la caja de las pastillas-.

Bajó su cabeza triste y era lo que menos yo quería. -Nada de estar triste, yo te amo mucho.

Mi padre había envejecido unos 10 años después del accidente. No podía caminar, habla muy pocas cosas y teníamos que ayudarlo en todo.

-Eres tan-lin-da. Susurró con los ojos llorosos.

Le hice la cena y lo acompañè en la sala. Busqué la agenda y empecé a buscar nuevas compañías, necesita ganar dinero y ayudar a mi padre con las terapias.

Escuchamos el coche viejo de mi madre. Cerró la puerta tan fuerte que puedo asegurar que pudo haberla roto.

Le acariciè el hombro a mi padre y como todos los viernes, esperè a que mi madre entrara con su tan divino saludo.

-Es increíble que los 350 dólares que cobré se fueron en medicamentos, comida y rentas. Estoy harta de esta vida.

No podía enojarme con ella, entiendo su punto pero una familia debe estar unida en las buenas y en las malas. -Buenas noches mamá.

-Ahora vienes a darme tu discurso de que todo va a mejorar, de que debemos esperar en Dios, etc, etc... No quiero oír otra palabra más.

Se marchó del salón y se llevó con ella a mi padre.

Me dormí y despertè con el bendito trauma. Todavía sentía a mi hermana mayor dando vueltas en la habitación o usando mis cosas. Encendí la luz y vi su foto. Te extraño Valerie. No creo que pueda aguantar esta vida por mucho tiempo. Nuestra madre es otra, no hay amor en su corazón hermana.

Me levanté y di gracias a Dios porque era domingo, iría a la iglesia y le haría ojitos lindos al sobrino de los vecinos.

Así lo hice y me llevé a mi padre. Regresamos y una X-6 estaba parqueada en el frente. Mi padre se resistió a seguir avanzado y yo hice lo mismo.

La puerta del vehículo se abrió y una mujer se desmontó del lujoso auto. Corrió hacia nosotros y se sentó en las piernas de mi padre. -Papá 2! Hola!

Sonreí al ver a mi mejor amiga. Camila me llenó de besos y yo le respondí igual.

Avanzamos hacia la casa y la pellizquè cuando dejé a mi padre en su lugar.

¿CULPABLE?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora