Etapa Culminante
Ally corrió por todo el jardín en compañía de Luna. Estaba tan contenta cuando mi bebé se dejó sentir con una patadita, que aún no lo superaba.
Rose me había dejado a sus dos hijos mayores por una semana, para poder avanzar en un nuevo hotel que estaban por inaugurar.
Aldo estaba trabajando con ella o ella con él en otro continente y aunque lo extrañaba, no me quejaba de la compañía.
Acosté a los tres niños y vimos una película juntos antes de dormirse. Ally fue la última en cerrar los ojos y la cargué con cuidado. -Te amo mucho mi princesa.
Sonrió como si aquello fuera lo más lindo que hubiese escuchado. -Yo te amo a tí y a mi hermanito.
Me sorprendía la seguridad que tenía ella en conjunto con su padre de que sería un varoncito. Acarició el ya abultado abdomen y lo regó de besos.
-Te amo hermanito. Te cuidaré mucho.
Acaricié su pelo, regando besos en su frentecita hasta dejarla dormida.
Fui a la cocina a buscar frutas. Tenía hambre todo el tiempo.
Carmela estaba allí verificando el menú del día siguiente. -Hey! La saludé. Tenía dos días libres y hasta me hacía falta.
Me sonrió maternalmente. -Señora López, su barriga se nota hoy más que nunca. Está hermosa!
Asentí orgullosa. -Mi bebé y yo te extrañamos.
-Gracias Señora. ¿Cómo le fue en la cita?
Le mostré mi sonrisa. -Ya tengo 4 meses y no se dejó ver. Será hasta la próxima. Pero todo está bien, tiene buen peso y ya no hay ninguna amenaza.
Ella aplaudió. -Gracias al cielo. Su esposo ha de estar feliz.
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Aldo estaba en su despacho y no mostraba tranquilidad. Algo lo estaba preocupando y creía saber que era.
Le preparé su cena y se la llevé en una bandeja. De inmediato sonrió tierno y me hizo amarlo más.
-Harás que Carmela renuncie. Regañó, mientras se levantaba a ayudarme.
Nos sentamos y me llevó hasta sus piernas. Acarició a nuestro bebé y cerré los ojos. -Hola pequeño. Papá te ama un mundo.
Besó mi cuello y con cuidado me sentó frente a él. Mis piernas rodeaban su fuerte cadera y mi vientre chocaba con el suyo. -Estás hermosa mi amor.
Me sonrojé y lo besé con pasión. Me derretía en sus brazos y sus toques nunca me cansarían. Cada día me sentía más enamorada.
Acaricié su rostro y me alejé de el. -No caeré en tu juego. Es hora de cenar.
Levantó sus manos rendido y reí a carcajadas al ver todavía su erección.
-En la habitación te pondré de castigo.
-No te atreverías. Recalqué acariciando a mi hijo.
Cenamos y cuando vi que ya estaba satisfecho, lo miré serio. -¿Qué le preocupa, Sr. López?
Su semblante decayó. -Creo que me estoy ausentando demasiado en los meses que más me necesitas. Te estoy cargando demasiado con Ally, sabiendo que estás muy delicada. No me perdonaría si algo te pasase.
Me senté en sus piernas y lo hice mirarme. -¿Tendrás que viajar otra vez? Fue lo único que pude expresar.
Asintió como si se tratase de una bala. -Un director ha renunciado en el norte y debo estar allí. Ese maldito!
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¿CULPABLE?
RomanceNina Adams Se despertó desnuda al lado de un extraño y la desesperación la dominó. El atractivo hombre que había visto la noche anterior en un evento, la miraba como si la conociera. El la había violado y no le importó ni disimular que por lo menos...