Capítulo 28 I

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ALDO'S POV

Desperté y vi el reloj. Pasaban de las 12 de la noche y mi esposa no estaba en la cama. Llegué tan cansado de la remodelación del hotel que ni supe cuando me dormí.

Busqué una botella de agua y la escuché en el primer piso. La observé desde la escalera y yo no sabía cómo rayos duré tanto en ir por ella aquella vez.

Estaba en el suelo recogiendo con mucho cuidado las fotos de nosotros para la luego llevarlas a una caja.

Caminé con sigilo hacia ella y me senté justo detrás de ella. Abracé su cintura y besé su cuello.

Se sorprendió de inmediato y al notar que era yo haciendo de las mías, se relajó en la curva de mi cuello.

-Por qué despertaste? Hice escándalo? Preguntó concentrada en una de las fotos de nuestra boda. Tomó periódico y la envolvió como si se tratase de oro.

Usaba un blusón casi transparente y llevé mis manos hasta sus pezones. Respiró profundo y trató de ignorarme. -Déjame tranquila, ya casi termino mi amor.

Reí al oír su dulce voz. Un López nunca se rendía. Mis manos estaban limpias, así que aproveché y llevé mi mano hasta aquel punto flexible. Intentó cerrar las piernas pero no podía por la caja que tenía en frente. Besaba su cuello y el lóbulo de su oreja y a la vez jugaba con su clítoris. Empecé a escuchar sus dulces jadeos y se recostó encima mío. Abrió más sus piernas y su mirada me pedía a gritos que la llevara a las estrellas. Tomé uno de sus pezones en mi boca y cuando estaba cerca de su orgasmo, me detuve y la llevé en mis brazos hasta nuestra cama.

La dejé agotada y se durmió en mi pecho repitiendo que me amaba. Qué haría yo en este mundo sin ella?

No pude dejar de verla por mucho rato. Jim había hablado conmigo dejándome más asustado de lo normal. Ellos decían que tanto silencio por parte de Dorian no era bueno. Era cierto. Mi hermano ama los escándalos. Acaso estaría planeando algo?

Apreté a mi mujer fuerte.

Me puse a pensar en su rostro cada vez que hablamos sobre Inglaterra. A ella y a La Niña les gusta aquí. Sin embargo, aquí está el peligro. Se que está empacando con dolor y que prefiere mejor no comentarme nada. Peiné su cabello y besé su frente.

La amo tanto por miles de razones. Hay una que creo que es la que me tiene como un perro detrás de ella. A parte del amor que sentimos el uno por el otro, creo qué hay algo más. Nina y yo tenemos una conexión especial, algo diferente a cualquier romance.

-Eres mi vida princesa. Le susurré.

Desperté y ella estaba en el baño. Me llamó desesperada y tuve que sostenerle el cabello mientras vomitaba.

La sequé con una toalla y luego le ayudé a cepillarse. Sus ojos se veían cansados y regresó a la cama.

Me senté a su lado y le acaricié la mejilla. -Quieres ir al médico?

Negó de inmediato. -Tengo varios días igual y me duele mucho la cabeza.

La miré confundido. -Por qué no me habías dicho nada?

Se encogió de hombros. -No quería preocuparte.

Me paré de prisa, la emoción era demasiado grande. Busqué una prueba de embarazo y la llevé hasta el baño.

Ella sonrió tierna y se acarició el abdomen. -Crees que sea eso? No tengo retrasos.

Estaba nervioso y le señalé el toilet. -Hazlo vida, te imaginas que el tratamiento haya funcionado?

¿CULPABLE?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora