Capítulo XVII

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No sabía qué tiempo el tenía allí escuchando todo lo que le había contado a Camila.

Me miró nervioso y respiró. -No te escuché entrar...

-La SUV no es muy escandalosa, me alegra verte.

Caminé hacia el y le quité el saco. Se veía agotado. -Tenemos muchas cosas que...

Como si le doliera aquello puso un dedo en mi boca...-Lo se, pero dame tiempo, déjame disfrutarte, necesito que sigas confiando en mi porque ya yo también, necesito confiar en mi mujer.

Eso había dolido y tenía razón.

Acarició mi rostro y me dejó allí, se fue a la habitación.

Lo dejé solo por 5 minutos y me decidí a ir a la habitación. Estaba allí sentado en el sofá y miraba a ningún lado, sus codos apoyados en sus piernas con cara de pocos amigos.

Caminé hacia el y nerviosa me senté en el otro extremo del mueble. -Mis comentarios te molestaron... pero necesito que me entiendas.

Detuvo sus ojos en mi y miró mi abdomen. -Te verías hermosa embarazada, te imaginas un hijo nuestro?

Le sonreí y lo abracé. -Confía en mi, qué te pasa?

Negó y besó mis labios. -Mañana nos vamos al Caribe por una semana, te encantará.

-Lo único que me encanta eres tú.

Aquello le alegró y charlamos de cosas sin sentido hasta verlo dormido. Pero y las dudas?

Cuando lo estaba acomodando algo me llamó la atención, habían señales de un suero en su mano. Tenía unos 5 años de experiencia porque yo misma se los ponía a mi padre.

Me dolió el corazón. Y si aquello a lo que se refería su hermana era a que el estaba enfermo?

Esa noche no pude dormir y cuando el sol salió lo vi restregarse los ojos y abrazarme con tanto amor que me hizo olvidar de todo.

Me desnudó y me hizo gemir hasta que su celular sonó.

Achicó sus ojos enojado y lo besé. -Jim-.

-Ya está todo recogido. Bien.

Saboreó uno de mis pezones y me llevó en sus brazos hasta el baño. Nos bañamos juntos y allí también me hizo suya.

No había conocido un lugar tan hermoso como el Caribe. Teníamos una villa solo para nosotros con vista a la playa.

Contemplamos el atardecer en una Hamaca al estilo del campo y besó mi cabello. -Traes paz a mi vida Virginia. No quiero perderte nunca.

Aquella mirada sincera me hizo amarlo más. -Nunca me perderás.

Tomó mi mano y la besó. -Quiero que hablemos de tus padres...te escuché hablando con Camila sobre ellos. Tu padre sigue enfermo?

Escondí mi cara en la curva de su cuello. -No lo sé. Tengo una orden de restricción solo por ir a saludar a mi papá.

Cerró sus puños. -Ella es la responsable! Es tan vil como...

¿CULPABLE?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora