Capítulo II

4.8K 239 5
                                    

Camila tenía alrededor de una hora maquillando mi cara, ya me dolía el cuello y la detuve.-No quiero parecer un payaso! Qué es lo que tanto me pones?

-No me hagas perder la paciencia Adams, casi terminamos, callada te ves más linda.

Mark entró en Pijamas charló unos minutos y se quedó dormido. Camila lo miró detenidamente y puso sus manos como dos tazas. -Pero mírenlo, nos estaba atacando hace un rato y se durmió.

Caminó hacia y el lo empezó a despertar a besos, era lo menos que pensé que ella haría. El abrió los ojos y la besó.-Aún no están listas?

Estar al lado de ellos dos me hacía sentir una completa intrusa pero por otro lado, era como ver un mundo diferente. Las risas, los abrazos y esa mirada que tenían el uno con el otro acaso serían para siempre? O solo ellos podrían ser los privilegiados?
Yo estaba totalmente segura desde aquel diciembre que hay dos tipos de personas, unas tristes y otras felices y sin ninguna duda, yo pertenecía al primer equipo.

-Ves Mark? A veces creo que debo buscarle un psicólogo.

Mark le dio una palmada en el trasero. -Te estoy defendiendo Nina.

Le agradecí y lo vi salir sonriente. La tomé de las dos manos y la senté frente a mi. -Sabes, soy la menos indicada para hablarte sobre felicidad y eso no tengo ni que decírtelo, pero, no dejes que esta relación termine jamás. Mark te mira como a su princesa y tu como a ese hombre que siempre soñamos.

Sus ojos se llenaron de lágrimas. -Si mi maquillaje se corre por tu culpa te daré muchas mordidas.

Me abrazó. -Ustedes dos son mis personas favoritas en todo el mundo. Y seré 100% feliz cuando te vea con un anillo como este. Me mostró su mano.

Fuimos a la recepción que nos habían invitado. Las mujeres miraban a Mark como a cual prenda preciosa y a nosotras como a dos enemigas. Camila no lo soltaba ni de relajo y el tampoco a ella.

A las 9:00 pm fui al baño y llamé a mi padre. -Papito...

Mi voz afligida lo inquietó y habló tan claro como pudo. -Hi- ja mía no te pre-o-cu-pes. Ya ce-né.

Evité las lágrimas y le sonreí. -No te imaginas en el tipo de evento que estoy. El lunes tengo una entrevista papá!!! Podré pagarte las terapias!

-So-lo quiero que se-as fe-liz.

Colgué para no empezar a llorar. Me miré al espejo y seguía demasiado delgada. Ya no me daba hambre. Camila entró al baño y me sonrió con lástima. -Hablaste con papi 2?

-Te puedo asegurar que estaba sentado desde que se levantó al lado del teléfono esperando mi llamada. Solo timbró una sola vez.

-Okey, vamos a la recepción duramos unos minutos más y regresamos a ver a Sex and the Beach. Okey?

Le sonreí.

Así lo hicimos, pero en esa ocasión Mark estaba dormido con los pies encima de nosotras para que le diéramos masajes.

Camila se estaba durmiendo a mi lado y yo me fui a mi suite y los dejé solos.

Desperté porque esos locos me estaban arrastrando de la cama. -Pero cuál es el problema! Quiero dormir.

-Es hora de despertarse y correr un kilómetro.

No lo podía creer pero lo estaba haciendo. Me detenía en cada esquina y Camila casi por igual mientras que el jugador de la NBA iba a dos cuadras más lejos. -Nunca nos podremos comparar con esas piernas.

Regresamos al Hotel y el revisó su celular. -El hijo de puta de Aldo no aparece. Gritó por allí. -Creo que no recuerda que hoy es su cumpleaños. Yo le dije que hoy no podría asistir pero ni eso le importó. Quiere que crea que el es el culito trigueño manda más.

¿CULPABLE?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora