-El estaba ahí mientras yo estuve interna. Solo pude susurrar.
Empezaba a tener miedo, ese hombre no era bueno y no se detendría hasta desatar una desgracia.
Aldo tomó su celular. -Jim, refuerza la seguridad de la casa grande y la de Rose. Dorian quiere jugar con nosotros y no se lo voy a permitir. Encontré una foto en las cosas de Ally, quería matarla. Búscalo dónde sea que esté.
Aldo se sentó y por primera vez vi temblores en sus manos. Lo abracé. -Quería matar a mi niña Nina, a mi única bebé y luego culparte a ti. Maldito desgraciado! Qué más haré para desaparecerlo? Tendré que matarlo? Es mi maldito hermano nina! Nunca le hecho daño.
Limpié sus lágrimas. -Juntos saldremos de esto. Yo no te voy a dejar solo mi amor. Te amo mi Ángel.
Sonrió leve y se tomó el té que le había preparado Carmela. -Así me gusta... respira profundo y piensa en que la bebé ya está bien.
Acarició mi mejilla. -No me arrepiento de quererte como lo hago, no me arrepentiré nunca de tenerte como mi mujer. Mi Nina.
Me besó fuerte y le respondí con la misma intensidad. Me soltó para dejarme respirar y sonrió. -Mi futura esposa.
Íbamos camino al hospital y aquellas tres palabras aún danzaban en mi cabeza. Dijo que yo soy su futura esposa!!!
Tomó mi mano como era ya de su costumbre y la besó. Lo miré y aún estaba enojado pero sus gestos ahora eran más tranquilos.
Hicimos entrada a la habitación y Ally al verme me sonrió. No esperaba aquello y fui y sin darme ni cuenta la senté en mis piernas. -Me alegro mucho de que la princesa esté mejorando. Te quiero mucho! Le di dos besos en la frente y sonrió como el padre.
Tenía moretones en la cara y estaba un poco hinchada. -No estás enojada conmigo?
Negué. -Solo quiero que te sanes.
Aldo se había detenido a escucharnos hablar y la pequeña lo miró con temor. -Papito, perdóname.
Aldo sacó la foto. -Quién te dio esto? Por qué no me lo dijiste?
La Niña estaba nerviosa y le pedí con los ojos que se calmara.
Aldo respiró profundo y se sentó en la silla frente a ella. -Soy el señor conejos ahora mismo, mis orejas han crecido para escucharte.
-Es que no quería que te fueras otra vez por tanto tiempo, si no lo hacía te llevarían a la càrcel y me mandarían a algo llamado orfanatorio.
-Quién te dijo eso pequeña?
La Niña me miró y lloró. -El señor de Los helados en el campamento, me dijo que Nina es mala y me dio su foto, me dijo que tú llevaste a mi papito a la càrcel y que lo harás otra vez para siempre. Me dijo que yo podía detenerte si guardaba el secreto y te decía que me dieras almendras o...
Lloró abrazándome antes de decir lo otro. -O que te llevara conmigo al próximo campamento para que no pudieras hacernos daño.
Qué?
Aldo le besó la frente. -Papi no va a volver a la carcel y nunca te dejará sola. Nina quiere ser tu nueva mamá y nunca te haría daño. Debiste contármelo de inmediato, ese hombre sí es malo, el sabe que si comes almendras puedes morir y quería llevarte de mis brazos. Si te vas de mi vida, sabes qué pasaría con papá conejo?
ESTÁS LEYENDO
¿CULPABLE?
RomanceNina Adams Se despertó desnuda al lado de un extraño y la desesperación la dominó. El atractivo hombre que había visto la noche anterior en un evento, la miraba como si la conociera. El la había violado y no le importó ni disimular que por lo menos...