5

10.1K 557 24
                                    

Rose miraba con orgullo a Mona vistiendo ese hermoso vestido de novia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Rose miraba con orgullo a Mona vistiendo ese hermoso vestido de novia. Era blanco y muy sencillo, lo cual era irónico; de las cinco amigas, Mona era aquella que no salía de su hogar si no vestía una prenda de color brillante, exagerados accesorios o su típico labial rojo intenso. Esta vez, ella lucía sencilla y hermosa. El vestido se acentuaba perfectamente a su curvilíneo cuerpo, que tanto le ha costado amar y respetar. De pronto, los ojos de Rose se llenaron de lágrimas, recordando aquellos días donde Mona se ocultaba entre grandes prendas de vestir, y es que ella siempre fue tímida y avergonzada a mostrar sus grandes pechos y trasero. Siempre tuvo kilos de más, los cuales ella odió por largos años. Con el apoyo de sus amigas, logró finalmente amar el cuerpo que tiene, y con un poco de dieta y ejercicios, la chica se sentía segura de sí misma.

Hope se removió un poco entre los brazos de la castaña, cuando Val comenzó a llorar, dando un desgarrador grito en los brazos de la novia, quien reía divertida. Rose acomodó a su hija entre sus brazos, para que siga durmiendo.

-Niña, tu maquillaje -Chilló Annie desde un rincón.

Finalmente, Hope despertó de su siesta, dando un largo bostezo, Rose besó con entusiasmo aquellas sonrojadas mejillas regordetas que tanto amaba.

-Buenas tardes, cariño -Susurró Rose.

Observó nuevamente a sus amigas, todas lucían, al igual que ella, excepto obviamente Mona; un vestido rojo. Todos eran diferentes, pero del mismo color. Y es que, desde la primera boda de las cinco chicas, las damas de honor vestían vestidos rojos. El de Rose era largo y con la espalda descubierta. Lucía bastante incómodo de usar, pero la verdad es que, la chica se sentía a gusto, sus largas horas de ejercicios habían sacado frutos, ella estaba bastante a gusto con su cuerpo, no era perfecto y ella lo tenía claro, pero se amaba a sí misma y eso era lo único que le importaba. ¡Tenía una hija de casi dos años! Ella no pretendía lucir como una jodida modelo de Victoria Secret.

La puerta de la habitación del hotel se abrió, dejando ver a una sonriente Amandla, la hermana menor de Rose. La adolescente se acercó a su hermana, sin despega sus ojos de Mona.

-¿No estabas con mamá? -Preguntó Rose sin entender, tras acercarse a ella.

-Mamá me mandó a preguntar si querías que cuidáramos a Hope -Dijo ella viendo con adoración a la novia.

-Oh, no. Puedo con ella, gracias.

La chica la ignoró y caminó hacia Mona, es que Amandla ama los vestidos y confeccionarlos, ha hecho un par de prendas de vestir, suele arreglar su propia ropa, su sueño es estudiar diseño de vestuario y lo lograría, es muy talentosa. Todas las paredes de su habitación están decoradas con bocetos de vestidos y atuendos que ella misma dibujó.

-Supe que tu chico está aquí -Comentó Annie, secando las últimas lágrimas que aún adornaban su rostro. Rose negó riendo.

-No es mi chico, Annie -Dijo ella.

TREINTA Y UN ROSAS PARA ROSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora