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Será un capítulo extraño, con varios saltos al pasado de Rose

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Será un capítulo extraño, con varios saltos al pasado de Rose. Espero y puedan seguir la corriente de todo.

*Los saltos al pasado serán separados entre este signo ~ y en letra cursiva.*

***

Sin poder dormir durante toda la noche, los débiles rayos del sol de invierno se colaron por las cortinas, dándole saber a Rose que era de día, por lo tanto, debía ir a la corte de familia en unas horas, a enfrentar a Harrison Barebone, el padre de su bebé, por la posible tuición de Hope, o visitas programadas, a lo cual, la castaña se negaba rotundamente. No confiaba en Harry y sus intenciones de ver a Hope. ¿Y si él la dañaba? No se permitiría cargar con algo como eso, ver a Harry lastimando a Hope. Y, aunque probablemente Harry tenía derecho de ver a su hija, Rose sabía que algo no andaba bien con las peticiones del hombre, algo olía mal en sus intenciones de ser un padre.

A su lado, Austin comenzó a despertar, debido al sonido de la alarma, la cual Rose apagó. Dio un bostezo y se sorprendió cuando los brazos de Austin la atrajeron hacia ella con fuerza.

-No dormiste nada -No fue una pregunta, él sabía sobre el insomnio de Rose.

Amanecer junto a ella todos estos días, había sido espectacular. Pero, aun así, Rose no había parado de tener recuerdos, de pensar en su pasado, en las cosas malas que tenían que ver con el padre biológico de Hope.

~~~

-Tú y tus antojos se están llevando mi sueldo completo -Dijo Max entre risas.

Rose lo miró triste, alejando levemente su helado de copa, dejando la cuchara sobre la servilleta que ocupaba lugar en la mesa. Su hermano mayor la miró y rio mucho más fuerte, negando con la cabeza. A él le parecía divertido los repentinos cambios de humor de Rose y su sensibilidad ante absolutamente todo, durante los pocos meses de embarazo que tenía, se había convertido en una mujer llena de emociones encendidas en cada segundo, lloraba y reía con facilidad, ante cualquier cosa.

-Oye, mocosa, ¿no lloraras? ¿O sí?

-No me gusta que me digas cosas feas -Dijo ella, intentando no llorar.

-Era una broma y lo sabes, embarazada. Come ese helado y prometo comprarte otro luego.

-¡¿Otro?! ¿Igual de grande que este? -Preguntó Rose, cambiando su humor con rapidez, nuevamente. Sus ojos se abrieron de felicidad y su apetito aumentó, aun cuando su gran copa de helado estaba casi vacía

-Todos los que mi hermanita quiera, del tamaño que quieras -Dijo él sonriendo feliz.

Ella acercó su helado y tomó la cuchara, comiendo otro gran bocado del helado de chocolate con almendras que tanto amaba.

-Mi teoría es la siguiente -Max aclaró su voz antes de proseguir-. No estás embarazada y esa barriga que tienes, no es nada más que una masa gigante de helado de chocolate y almendras.

TREINTA Y UN ROSAS PARA ROSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora