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VOTEN Y COMENTEN, POR FAVOR

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VOTEN Y COMENTEN, POR FAVOR. LO MEREZCO, SON DOS PUTOS CAPÍTULOS EN UN DÍA, MALDITA SEA ;)  

PD: Les amo.

***

La llamada de celular a las cinco de la mañana, dio aviso de lo obvio; Mona estaba dando a luz. Rose se reincorporó de la cama, buscando su celular en la mesita de la noche, completamente emocionada. Contestó, viendo el nombre de John en la pantalla. Sonrió con emoción al escuchar la voz del esposo de su mejor amiga, Mona había tenido un hermoso niño.

Austin y Rose se vistieron con rapidez, así también lo hicieron con Hope, poniéndole una chaqueta, sobre su pijama de alguna princesa de Disney. Oliver también estuvo listo, tan rápido como pudo. Subieron al auto, directo a la misma clínica donde a Austin lo atendieron luego del disparo.

Subieron hasta el último piso del lugar, encontrándose con familia de la nueva madre. Saludaron a todo el mundo, dejando a sus amigas hasta el final.

-No puedo creer que esta perra haya esperado hasta esta hora para tener al bebé -Dijo una divertida, emocionada y adormilada Miranda-. ¡Nos jode hasta el día del nacimiento de su bebé, mierda! Mi cama estaba tan rica...

Todos rieron. Rose se sentó, junto a Austin, quien cargaba a una dormida Hope.

-Espero y tu bebé nazca a una hora adecuada, Rosie -Bromeó Annie.

-Yo también lo espero -Dijo Austin sonriendo, para luego, besar la frente de la castaña.

John salió de una puerta, tan feliz como nunca. Su familia fue la primera en felicitarlo. Rose se acercó a él y lo abrazó con fuerza, soltando lágrimas de emoción por aquel momento.

-Es un niño -Dijo John conmovido, es lo único que había podido decir desde que salió por aquella puerta.

-¿Cómo está Mona? -Preguntó Val, una de las amigas de Rose.

-Muy bien, y un poco adormilada aún. Fue cesárea, como lo programamos.

Rose sonrió, deseando poder ver al nuevo miembro de la familia.

***

-Es tan bello -Susurró Sean observando al pequeño Zachary, quien dormía en los brazos de Rose.

Su cabello era fino y muy rubio, igual que Mona cuando era pequeña, Rose podía recordarlo. Su amiga siempre tuvo un cabello que llamaba la atención de la gente, cuando el grupo de amigas eran unas pequeñas niñas.

Besó con cuidado la frente del bebé, quien dio un enorme bostezo, ganándose un pequeño suspiro de todos los presentes.

-¿Crees que será niño? -Preguntó Austin tras de ella, susurrando en su oído-. Un amiguito para el pequeño Zac.

Rose sonrió, con sus ojos llenos de lágrimas. Tenía apenas dos meses de embarazo y ya quería conocer al pequeño o pequeña habitante de su propio cuerpo. Quería conocerlo, abrazarlo, besarlo.

TREINTA Y UN ROSAS PARA ROSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora