Tras haber vivido un sinfín de obstáculos, la vida de Rose comenzó a mejorar. Con Hope, su pequeña hija a su lado, no había nada que ella necesitara, lo tenía todo; un lindo auto, una casa, un trabajo estable, su familia a su lado.
Aceptando a rega...
¡Holaaaa! Como ya les dije en mi nueva historia Después de 12 años (que por cierto, deberían leer, jaja), ¡les tenía una pequeña sorpresa! Un especial de día de San Valentín de nuestros hermosos-queridos-maravillosos Austin y Rose.
¡Espero les guste!
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El timbre de la espaciosa casa resonó muy temprano esa mañana y Rose, sin entender muy bien de donde provenía aquel ruido, se despertó desorientada.
-Mierda... -Murmuró Rose con la voz gastada.
El timbre sonó una vez más y Rose, a regañadientes, se despertó por completo. Se puso de pie y caminó, golpeándose con todo lo que había en su camino, hacia la puerta principal de la casa.
Al abrirla, la luz del sol golpeando en sus ojos, la obligaron a cerrarlos de inmediato.
-¡Sorpresa! -Chilló la voz de Oliver y Amandla, amenazándola con dejarla sorda.
-Jesucristo -Murmuró ella, tapando sus oídos-. Chicos, ¿están conscientes de la hora?
-Son las diez de la mañana, dramática.
Su hermana menor pasó por su lado, adentrándose en la casa. Oliver por otro lado, se quedó allí, frente a la castaña, quien tenía los ojos entrecerrados.
-¿Por qué estás tan muerta? ¿Tuvieron fiesta anoche?
-Los niños tuvieron la genial idea de dormir con nosotros anoche. Ellos duermen muy felices con su padre en la cama king, pero yo dormí en una jodida cama de una plaza. No me dejaron espacio, me golpeaban la espalda, decidí escapar de allí... Tu padre cierra los ojos y se olvida del mundo, mientras yo dormía, muy incómoda por cierto, en la cama de Hope.
-¡Oh, no seas exagerada! ¡Hoy es día de san Valentín! ¡Todo el mundo sonríe!
Rose rodó los ojos.
-¿Desde cuándo estás tan feliz por un catorce de febrero, Ollie?
-Desde que tu hermana está embarazada y quiere comer todos los chocolates del mundo -Dijo él, cambiando hasta su tono de voz, está vez, pareciendo cansado.
Rose rió divertida.
-Cuando estés despierto a las tres de la mañana, porque la bebé llora sin razón alguna... Extrañarás los chocolates.
-¿La idea es asustarme?
-La idea es que corras por toda la ciudad buscando chocolates, con una enorme sonrisa en tus labios, cariño.
Oliver dio un largo suspiro, para luego, abrazar con fuerza a su segunda madre. Ambos caminaron hacia la sala, donde Amandla se encontraba sentada en el sofá, revisando algo en su celular. Su barriga deslumbraba con aquel vestido celeste que había elegido aquella mañana, la mujer ya había cumplido seis meses de embarazo.
