Tras haber vivido un sinfín de obstáculos, la vida de Rose comenzó a mejorar. Con Hope, su pequeña hija a su lado, no había nada que ella necesitara, lo tenía todo; un lindo auto, una casa, un trabajo estable, su familia a su lado.
Aceptando a rega...
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Los días nevados eran los favoritos en la vida de Rose, y aunque Austin se presentó reacio a estar cubierto de nieve al principio, las cosas cambiaron en cuanto Oliver le lanzó la primera bola blanca, impactando justo en su rostro, haciendo reír a todos, incluso a Hope, quien, abrigada de pies a cabeza, reía divertida al ver la cara de Austin totalmente llena de nieve.
El hombre tomó con sus dos manos, gran cantidad de nieve, pero antes de lanzarla, Amandla y Oliver fueron más rápidos, lanzando nuevamente nieve directo a su cara, haciendo a Hope reír mucho más fuerte.
-¡Atin! -Chillaba la pequeña entre risas.
Austin hizo una pequeña mueca, limpió su rostro y caminó hacia Hope, tomándola en sus brazos.
-Serás mi escudo, bonita -Dijo Austin.
-¡Es injusto! -Chilló Oliver-. Eso es trampa.
-¡Diez puntos menos para Karlshof mayor! -Gritó Amandla.
Rose llegó desde el interior de su casa, con una zanahoria en sus manos. Los ojos de Austin se abrieron, captando la idea de la castaña.
-¡Hagamos un muñeco de nieve! -Dijo Austin, dejando a Hope nuevamente en el piso nevado.
Él se sentó a un lado de la bebé, mientras su hijo y Amandla se encontraba en medio de una gran guerra de nieve. Rose, por otro lado, se mantuvo sentada cerca de Hope y Austin, tomando fotografías, mientras ellos hacían un no muy perfecto muñeco de nieve, con bastante dificultad, ya que se encontraban justo al medio de una batalla campal, pero lo lograron. Austin cargó a Hope, para que ella pusiera la zanahoria al medio de la cara del muñeco. Él se quitó su gorro, incluso su bufanda para adornarlo, puso algunas ramas de árbol que se encontraban en el suelo, para hacer la forma de sus brazos, y pequeñas piedras, para formar sus ojos. Hope se encontraba bastante emocionada, sonriendo y chillando en los brazos de Austin.
-¡Lo hicimos, bella! -Gritó Austin feliz.
-¡Atin! -Chilló la pequeña, apuntando el muñeco de nieve.
-Debes parar de nombrar Austin a cada cosa que ves, hija -Dijo Rose riendo-. Está perfecto.
-La verdad es que sí, quedó mejor de lo que imaginaba -Dijo Austin sonriendo.
Hope estiró sus pequeños brazos hacia su madre, ella la cargó.
-¿Vamos adentro? -Preguntó Austin sonriendo, viendo como Amandla y Oliver seguían en guerra.
-Muero de frío. Además, huelo a que hay algo malo en el trasero de esta bebé -Dijo Rose-. Mientras tomaba fotografías, tu hijo y mi hermanita me lanzaron al menos diez bolas de nieve. Tengo nieve donde no debería tener.
