Habíamos salido afuera, no para ratearnos, si no solo para pasar el rato antes de entrar y hablar de lo que vine convencida de hacer. Pero me siento tan asustada, y no puedo parar de pensar en lo que acababa de ver. No sentía como lo hice en las demás visiones. Esta vez solo veía. Ni siquiera podía escuchar. Y... estaba pálida al igual que él. Y la puerta... solo la traspasé. Como si no estuviera ahí, pero a la vez sí.
-Mar... ¿fue una visión? –Me pregunta confuso. Estamos sentados sobre el cordón de la vereda, y yo solo miraba a la nada. Pero me obligo a olvidar todo. Vine acá por algo. Y lo quiero hacer. No voy a arruinarlo.
-No. –Digo convencida en mentir. [Me odio, me odio]. –No... solo que... todavía me siento mal por lo de ayer –Tartamudeo –Creo que no voy a tomar más en toda mi vida –Lo miro y río. –Es decir, terminé en la enfermería, con fiebre, cortes y un golpe muy duro de cabeza. Así que, definitivamente, jamás voy a volver a tomar. –Él solo niega con la cabeza, como algo... arrepentido.
-Cuando ya te vi tomando mucho no debí dejarte seguir, fue toda mi culpa.
-No digas boludeces, por favor. –Río. –Vine acá por algo, convencida. Necesito que hablemos, ¿está bien? –Él asiente, tratando de que siga hablando. Y estoy segura de que ya se imagina el por qué. –Solo quiero decir, ahora, antes que nada, que, si cago nuestra amistad...
-¿Cagar nuestra amistad? –Me interrumpe, totalmente confundido, sin dejar de mirarme. –Mar, jamás me voy a separar de vos, no quiero que eso pase. Y no voy a dejar que pase. Te quiero conmigo, siempre. –Dice seguro de sí mismo. Aunque no se imagina lo que voy a decir. [Ay, por Dios, Mariana, ¿algún día podrías dejar en negativismo de lado?] –Nunca voy a dejar ir a una persona como vos de mi vida. –Sonrío. Enamorada. Viendo sus hermosos ojos, su barba de pocos días. Pero luego la sonrisa se me elimina y... con la valentía que todos estos años me faltó, lo digo:
-¿Y si te digo que estoy enamorada de vos? ¿Desde el primer día que pasamos juntos y tanto nos divertimos? ¿Si te digo que te amo como nunca ame a nadie en mi vida? ¿Si te digo que... cada día que pasa, cada palabra que digas, cada mínimo detalle tuyo me enamora todavía más? ¿Si te digo que por vos me despierto cada mañana con ganas de seguir?. –Le digo, y comienzo a lagrimear. –Te amo, G. Tanto... que ya me duele. –Dejo de mirarlo. -Ni siquiera sé... ¿Por qué estoy llorando? -Digo con una sonrisa tonta. Realmente no tenía pensado llorar.
Me sequé las lágrimas con mi dedo índice, me mordí los labios, y agarré una de las tantas hojas caídas del árbol del piso. Lo rompía en diminutos pedacitos, mientras seguí hablando:
-No me di cuenta que lo había ocultado durante tanto tiempo, es que todo pasó tan rápido. Vos con Paula, luego me decías los nombres de las tantas chicas lindas de la escuela que te gustaban, o yo cuando me confundía con chicos –Sonrío un poco recordando a Merlín Rouvier. Pasé lindos momentos con él, que me confundieron y termine siendo su novia, pero luego me di cuenta que solo era para darles celos a Guido. –O tal vez solo por miedo. –Digo al fin. –Por miedo a que me rechaces. –Confieso y lo miro, él también. Otra vez seco las lágrimas que me caen con mis dedos temblorosos y sigo: -Cinco... seis años pasaron –Río melancólica, mientras trato de respirar bien –No podía decírtelo, me costaba... simplemente era una maricona –Río otra vez, mirando hacia el cielo. [¿Por qué mis lágrimas no paran?]. –¡Y ahora te lo digo y no puedo parar!, y me resulta tan fácil... pero tan doloroso... -Tengo que parar. Ya basta. Mucho por hoy. Ya no puedo aguantar, tengo que gritar y llorar con fuerza, tal vez el nudo en la garganta que siento en este momento se vaya.
-Mar... -Apenas dice, y yo lo interrumpo, me da terror la contestación que podría llegar a darme.
-No... no necesito una respuesta... –Le digo moviendo ligeramente la cabeza. Suspiro y le sonrío sinceramente, no sé porque, pero al decirle todo lo que me pasa me siento tan feliz... liberada. No llegó ni al minuto lo que estuvimos en silencio, mirándonos, pero parecía una eternidad. Aprieto los dientes, y cuándo él estaba por hablar, le doy un suave beso en sus labios, apoyando mi mano en su cachete. Y siento su mano sobre la mía, en el piso, cuando lentamente me separo. Mirándolo a los ojos, con una pequeña sonrisa de parte de ambos, una última lágrima mía, y alejando su mano de la mía, me levanto y vuelvo hacia la escuela.
![](https://img.wattpad.com/cover/58325952-288-k253928.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Todo parece un sueño
Romance"Todo parece un sueño" se centra en una chica común y corriente, que quiere vivir su adolescencia al máximo, fiestas, diversión, amigos... amor; pero un día despierta sintiéndose muy extraña por un sueño que no recordaba. A pasar los días, seguía te...