Eran las siete de la mañana de un 16 de noviembre. Las chicas me preguntaron qué hacía despierta, si dormí algo, y porqué estaba con los ojos tan rojos...
-Chicas, han descubierto mi gran secreto... -Me miraban con los ojos tan abiertos que no tengo idea de cómo es que pude aguantarme la risa –Me drogo...
Escuché más de un suspiro, vi a Camila que sonrió y me dijo casi en un susurro "Andá a lavarte la cara, estúpida", y sé que ya sabe que algo me pasa, sé que me quiere preguntar pero sabe que si me pregunta puedo llegar a explotar y llorar peor, sé que sabe que simplemente necesito su abrazo. Y lo hace. Lo hace cuando las chicas bajan a desayunar, y me dice "Quiero que siempre sepas que estoy, que te amo. Que sos lo más lindo que la vida me dio"; Y eso bastó para sentirme totalmente protegida, bastó para seguir en pie el resto del día. Y entonces me di cuenta que lo necesitaba. Necesitaba desahogarme y decir ese gran secreto que me torturaba tanto.
Salimos a recorrer los siete lagos y almorzamos en "Weiss"
A las 15hs volvimos al hotel y decidimos ir a la gran pileta climatizada.
-¿No te metes?
-No, voy a tomar sol... -Dije jodiendo. Se ríe. Y yo de a poco me voy desatando los nudos de la zapatilla.
-Tardas mucho... -Dijo saliendo de la gran pileta, y de una maniobra me tuvo en sus brazos, terminó de sacarme las zapatillas y la remera que me llegaba hasta abajo del trasero, y se tira al agua conmigo gritando y riendo como boba.
Salí debajo del agua, respiro y me tiro hacia atrás el cabello, nadando hacia el borde.
-Estás loco -Dije riendo y él se me acercó tanto que el cemento de la orilla de la pileta me apretó la espalda, me agarré a su cuello y lo besé.
-Te amo, te amo mucho. –Dije entre besos, justo cuando le tiraron la pelota de vóley a la cabeza, y él se distrae con ésta y empieza a jugar con sus amigos.
Salí de la piscina y en un paso acelerado, agarré mi toalla y salí corriendo hacia mi habitación. Al llegar me encerré en el baño y grité. Grité llorando, dejándome caer en el suelo. Necesitaba deshacerme de ese nudo que llevaba en la garganta desde el primer día aquí. Pero aun así no podía, y lloraba con fuerzas. No había nadie, estaba sola. Podía llorar todo lo que quisiera. Y lloré, y el nudo no se iba. Me propuse parar, parar de maquinarme, dejar de pensar.
Me paré con pocas fuerzas y me miré al espejo. Veía una chica que necesitaba ayuda, apoyo, que necesitaba desahogarse pero no podía... no debía. Veía una chica lastimada. En un lugar donde no había nadie, donde estaba totalmente sola.
Negué con la cabeza.
No estaba sola.
No estoy sola.
Me mojé la cara con el agua helada, y me vestí. El frío me hacía temblar. [Si... el frío... claro...].
Abrí la puerta y me sobresalté al ver a Cami sentada en la cama. Reaccioné girando otra vez hacia el baño tan rápido como pude, pero de lo alborotada que estaba no podía abrir la puerta.
-Andate, por favor. –Le dije sin girarme para que vea mi rostro.
-No –Espera un momento –Nunca, Mariana.
Y otra vez el nudo.
Respiro entrecortadamente y muerdo mi labio, diciéndome constantemente, una y otra vez «Se fuerte».
ESTÁS LEYENDO
Todo parece un sueño
Storie d'amore"Todo parece un sueño" se centra en una chica común y corriente, que quiere vivir su adolescencia al máximo, fiestas, diversión, amigos... amor; pero un día despierta sintiéndose muy extraña por un sueño que no recordaba. A pasar los días, seguía te...