Décima semana:
-¿Quiere un poco de café? –Le digo en un tono suave a Gustavo, el padre de Mar. Estaba sentado en la silla, casi durmiéndose. –¿Por qué no se va a descansar? Cuente conmigo para informarle de lo que pueda suceder acá. –Sonríe y me mira.
-Gracias. –Dice solamente. Y luego de un silencio sigue –Por lo que acabas de decirme, pero también por lo feliz que fue mi hija con vos. Con vos y sus amigas. Gracias. –Yo me siento a su lado y le cedo el vaso de café, él lo agarra.
-¿Le puedo hacer una pregunta? –Digo mirando hacia la puerta. Sin que me conteste, continúo –¿Cómo puede ser que no haya estado con su hija todo este tiempo? –Niego con la cabeza. –Es única... le juro que uno la mira y... brilla, es extraordinaria.
-De por vida voy a estar arrepentido; no tengo perdón de Dios, estuve totalmente ciego. –Solo contesta. Pero puedo notar en su voz quebrada que en verdad estaba arrepentido. Y sé que Mar lo amaba, lo supe desde esa vez que la mamá la llamó para decirle que él estaba en el hospital.
-Otra de las cosas que siempre rondó por mi cabeza fue que... simplemente no creo que exista otra persona como Mar, que a pesar de todo lo que le hiciste falta en su vida, ella siempre te quiso. Es incríble. –Pensaba en voz alta, mientras sonreía triste. Y mis ojos lo miraban a él y luego a la puerta blanca de siempre.
-Nunca supe cuánto puede amar una persona a alguien, hasta que te vi pidiéndole casamiento a Mar... viéndote ahora cuando hablas de ella. –Dice luego de varios minutos, con su voz ronca y quebrada.
Lo miro.
[¿Me observó pidiéndole casamiento a su hija?, ¿Dónde se encontraba?]
Justo cuando estaba por decir algo, Sebastián y Camila salen de la sala 121.
-¿Puedo... entrar? –Me pregunta con cuidado.
-Claro –Digo sin entender por qué me lo preguntaba.
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Todo parece un sueño
Romance"Todo parece un sueño" se centra en una chica común y corriente, que quiere vivir su adolescencia al máximo, fiestas, diversión, amigos... amor; pero un día despierta sintiéndose muy extraña por un sueño que no recordaba. A pasar los días, seguía te...