Capítulo 2: ¿Se va?

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Volví a abrir los ojos en la misma habitación que desperté la última vez. Cuando salgo encuentro a Cami, Agostina y Luana sentadas en las mismas banquetas.

-Agos –Digo, se levanta y la abrazo fuerte, acariciando su cabello. Estaba llorando.

-¿Como estas, Guido? –Escucho decir a alguien detrás de Agos, levanto la vista y veo al padre de Mar. Me separo de Agos y solo asentí. Mar me había contado que su relación con él estaba mejorando, pero todavía siento ese odio por él al recordar los momentos en que él no estuvo para fortalecer a su hija cuando lo necesitaba. –¿Sabes algo del... estado de Mar? –Me dice amablemente, dudando si estaba bien o no su pregunta –Los médicos no me dicen nada.

Entonces todos los que estaban presentes me miran. Y no hago más que volver a sentir mi corazón en la garganta y un dolor inmenso que solo me daban ganas de llorar y desquitarme con la vida. ¿Por qué le hace esto a la persona que menos se lo merece?. Me desesperaba saber que podría no volver a verla, no volver a ver su sonrisa. Y tan solo ayer estaba conmigo... ¿se va? ¿Y con ella mis esperanzas, mis sueños... mi vitalidad?. Me asusta tanto, me da terror saber que la puedo llegar a perder.

Suspiro hondo y evito la información. No podía permitir que todas estas personas, que aman tanto como yo a Mar, sufrieran. Así que niego con la cabeza y me siento.

Los enfermeros dicen que Luli esté acostada y haga reposo, pero no se mueve de mi lado. Cami fue a ver a Sebastián, ya que parece que van a tener que emputarle una de sus piernas.

-¿Te sentís bien? –Asiente con la cabeza y yo la observo. Está ojerosa, embobada y sigue con la venda en su cabeza. Ahora niega –¿Qué pasa?

-¿Cómo me voy a sentir bien? Mi mejor amiga falleció, otra no despierta y otra está delicada. No recuerdo nada del accidente, comienzan a medicarme, es la manera de evitarme un shock emocional para no sentirme más mal de lo que estoy y...

-¿Qué? –Le digo frunciendo el ceño –¿Te drogan? -Empiezo a decir enojado, pero me interrumpe.

-Mi madre los autorizó, dicen que hoy a la mañana casi rompo todas las cosas de la sala, ¡estoy acelerada, traumatizada! Y esto me calma... -Dice y se para tambaleante, para irse.

Todo parece un sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora