Antes del fuego✔

27. Discusión de clase

Ruido en mi puerta, dolor en todo mi cuerpo y pelo enredado y metido en mi boca me despiertan. Abro mis ojos y hay claridad. Los recuerdos de una noche caliente y mutuamente feliz vienen a mi mente e inmediatamente me pongo toda roja y feliz. Tanteo a mi lado, está vacío. Jeremy se ha ido, y no se despidió.

Miro la hora en el despertador y mis ojos se abren. ¡Mierda! Es tarde, ¡maldito Jeremy!; por qué no me despertó. Salto de la cama, y me entra frío en las nalgas, no llevo pantis. Lo busco otra vez por todos los lados posibles y nada, no los encuentro. Me doy por vencida y me meto al baño para tomar una ducha rápida. Calzones limpios, sujetador, vaqueros negros ajustados, una camisa azul holgada, mi melena de león en una coleta alta, mis útiles, y bajo corriendo a la cocina. Ian está sentado en la mesa tomando café.

―Hey, buenos días. ¿Qué tal dormiste sin mí?

―Que gracioso Ian; te recuerdo que yo no duermo contigo. Además papá hará una fogata con tu hermoso pelo si intentas algo.

―Sigue engañándote primor ―se mofa y yo ruedo mis ojos, tampoco cambia.

―¿Mis padres?

―Ya salieron. Y tú, ¿tienes clases?

Asiento.

―Apúrate y te dejo allá, voy a Montgomery, y creo que me demore. Así que no podré rocogerte.

Le miro y lo medito; solo va a llevarme y viendo la hora, no puedo negarme. Acepto y una vez termino mi plato de cereal y frutas, salgo con Ian. En exactamente diez minutos estoy en la puerta de la escuela. Ian se despide y sigue su rumbo y yo corro como loca hasta mi primera clase. En mi apurado recorrido casi tropiezo con Kate.

―Que, no sabes que no se debe correr por los pasillos ―ella espeta.

―Lo siento reina; pero eso no aplica para cuando llevas un apuro.

―Lo que digas. También voy a esa clase así que cálmate.

Lo olvidaba, esta clase la vemos casi todos; excepto Phoebe.

―Está bien ―acepto a regañadientes; aunque aún tengo entre ceja y ceja lo que hizo en su fiesta de cumpleaños en compinche con Verónica.

―¿Y qué tal van tú y Jeremy? ―Ella pregunta y yo me atraganto con una comida inexistente en mi boca. Toso.

―¿A qué te refieres?

―No te hagas. Los he visto salir juntos de la disco. ¿Te gustan las sobras Emily?

¡Sobras! Cielos, no esperaba algo mejor de Kate. Es obvio que lo dice con malicia.

―En fin, ya le dejé ―prosigue toda sobrada.

―¿¡Y eso qué!? ―Espeto dispuesta a no seguirle el juego.

―Que respondona.

―Mira, en vez de preguntar tonterías; porque no me dices desde cuando tú y Verónica son tan amigas.

―Ah, eso.

―Sí. Eso.

―Era una broma.

―No me gustan las bromas.

―Te llamó zorra; pero alégrate nadie se dio cuenta, excepto yo.

―Eso no fue una broma ―espeto de nuevo.

―Bien, no tengo por qué explicártelo; pero te lo diré. Ella es la hija de uno de los nuevos socios de mi padre. Me pidió que la invitara; y solo cuando hizo lo que hizo y te llamó zorra, entendí de qué iba. Además, pobrecita. Ella dice que tú le quieres arrebatar a su novio. Y tú no eres de esas. Estoy de tu lado Emily ―Kate dice todo eso aparentando inocencia y seguido se mete al salón de clase.